RASAL

LINGÜÍSTICA

Recibido: 06.08.2023 | Aceptado: 15.12.2023

DOI: https://doi.org/10.56683/rs241005

Codificación de la referencia en aché (Tupí-guaraní)

Reference marking in the ache (tupi-guarani)

Juan Krojzl
Universidad de Buenos Aires
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
https://orcid.org/0009-0000-2238-0428

Resumen

El objetivo de este artículo consiste en realizar una primera aproximación al estudio de algunos de los mecanismos para marcar la referencia en aché, lengua de la familia tupí-guaraní. Se propone un abordaje cualitativo de los recursos morfosintácticos al examinar una narrativa aché, recogida por la misionera lingüista Ruth Sammons en 1976, cuando la lengua se encontraba en una situación de vitalidad, a diferencia de lo que se observa en la actualidad. Este análisis ha sido complementado con datos obtenidos por el autor en un trabajo de campo realizado en la comunidad aché de Cerro Morotí (Caaguazú, Paraguay).

El aché presenta varias diferencias estructurales con respecto a otras lenguas de la familia. Entre otras, esta variedad se destaca por no poder marcar los argumentos en los verbos, algo característico en la mayoría de las lenguas tupí-guaraní. A partir de este rasgo, proponemos como hipótesis que, en el discurso narrativo, los hablantes de aché van a priorizar los marcadores de baja accesibilidad por sobre aquellos que denotan alta accesibilidad, pese al estatus cognitivo que dicho referente posea en la mente de los interlocutores y a la distancia que exista entre sus subsecuentes menciones.

palabras clave: referencialidad; aché; tupí-guaraní; gramática.

Abstract

The objective of this paper consists in making a first approximation of some of the devices for tracking reference in the ache, a language of the tupi-guarani linguistic family. Primary and secondary data was used to make this research. In the first place, we are going to do a qualitative analysis of the resources utilized to track the reference in an ache narrative, picked up by the missionary linguistic Ruth Sammons in 1976, when the language presented still a situation of high vitality. This analysis was complemented with data obtained in my fieldwork, in the Ache community of Cerro Morotí (Caaguazú, Paraguay).

Ache presents many differences with other languages within the family. Among those differences, this variety stands out for being unable to mark the core arguments in the verbs, as happens with the other languages of this subgroup. Considering this ache feature, we propose as hypothesis that the speakers are going to prioritize in their speeches low accessibility markers instead of high accessibility ones, without considering the cognitive status that such referent had in the speaker’s mind and the distance between their mentions.

keywords: referenciality; ache; tupi-guarani; grammar.

1. Introducción

El aché pertenece al subgrupo 1 de la familia lingüística tupí-guaraní (Aryon Rodrigues, 1984/85) y comparte con otras lenguas de este subgrupo (que incluye al guaraní paraguayo, al mbyá, al kaiowã y al avá ñandeva), gran parte del léxico y la morfología. Como ellas, el aché es una lengua aglutinante que parece tener un orden canónico SOV, si bien aún no se han emprendido investigaciones que describan el orden de palabras en esta lengua. Sin embargo, el aché también presenta varias características que lo distinguen en gran medida respecto a otras lenguas de la familia. Si bien es una lengua aglutinante, los elementos léxicos del aché no tienen permitido incorporar morfología como prefijos, lo que conlleva a que en aché los argumentos no se marquen en el verbo, como sucede con la mayor parte de las lenguas de la familia, que presentan una marcación obligatoria en el núcleo (cf. Vilacy Galucio, 2016). Este rasgo del aché ha llevado a que algunos investigadores sostengan que la lengua presenta rasgos aislantes (Rössler, 2018, p. 21), si bien la lengua es claramente aglutinante, ya que los elementos que conforman el sistema de tiempo, acción y modo, el sistema interrogativo y la negación se codifican siempre mediante la sufijación a las bases.

Para ilustrar este caso, véanse los ejemplos de guaraní paraguayo (1) y aché (2):

  • (1)Guaraní paraguayo
a. che a-guata
1SG 1SG-caminar
‘yo camino’
 
b. nde che-nupa-kuri
2SG 1SG-golpear-PST
‘vos me golpeaste’
  • (2)Aché
a. cho wata
1SG caminar
‘yo camino’
 
b. dje pacho-ma cho-pe
2SG golpear-PST 1SG-DAT
‘vos me golpeaste’

En guaraní paraguayo, así como en el resto de las lenguas del subgrupo 1, los verbos suelen marcar al Sujeto agente de la oración (Jensen, 1998), como por ejemplo en (1a), en la que la primera persona singular se manifiesta tanto en el pronombre personal che (que se podría omitir, como posiblemente suceda en la mayoría de los casos de conversaciones reales) como en el prefijo verbal a- ‘1SG’; además en el guaraní paraguayo también se pueden expresar el Objeto pacientivo 1 como sucede en (1b). En este caso, el pronombre de primera persona che marca el argumento interno del predicado. En aché, por el contrario, los argumentos no pueden marcarse en el verbo, ya que estos no permiten la prefijación y, por esta razón, tienen que expresarse en frases nominales externas (los pronombres cho y je en (2a) y (2b)).

Tomando esto en consideración, nuestra hipótesis es que en el aché habría una proporción mayor de marcadores de baja accesibilidad por sobre marcadores de alta accesibilidad, sin que importen para esto la distancia y el estatus cognitivo (Gundel, Hedberg y Zacharski, 1993) que tengan los referentes en la mente de los interlocutores en un segmento específico del discurso. De esta forma, mi hipótesis es que los hablantes escogerían recursos referenciales que no se atengan a la jerarquía propuesta por Ariel (2014[1990]), con la intención de producir discursos que no sean interpretables de modo ambiguo por sus destinatarios. En otras palabras, como la lengua no puede codificar los argumentos en el núcleo verbal, se espera encontrar en aché un predominio mayor de expresiones referenciales completas (frases nominales) por sobre otro tipo de marcadores referenciales, como pronombres (personales y de otros tipos) y pronombres o marcadores cero.

Para demostrar esto, se plantean dos objetivos: en primer lugar, rastrear distintos mecanismos que posee la lengua para marcar la referencia a las entidades nominales (principalmente las animadas); y en segundo lugar, mostrar la preponderancia de marcadores de baja accesibilidad por sobre los recursos y marcadores de alta accesibilidad.

2. Marco Teórico

Como se mencionó, esta investigación se encuentra enmarcada en la teoría de la accesibilidad de Ariel (2001, 2014 [1990]), que describe cómo el lenguaje (específicamente el sistema referencial) se conecta con la memoria de los hablantes. Esta autora sostiene que hay una correlación entre los tipos de marcadores utilizados para referir entidades nominales y la distancia que existe entre las distintas menciones de dichos referentes: “El cuadro general que surge desde valores restringidos hasta referencias textuales (por ejemplo, el contexto lingüístico) es que respecto a la distancia de sus antecedentes, los pronombres (marcadores de alta accesibilidad) son usados predominantemente cuando hay una distancia más breve, los demostrativos (marcadores de accesibilidad intermedios) en una distancia intermedia, y las descripciones definidas (marcadores de baja accesibilidad) cuando hay mayor distancia.” (Ariel, 2014 [1990], p. 18)

Ahora bien, una distancia reducida no es el único factor decisivo para la selección de una determinada forma referencial de alta accesibilidad, si bien es una de las más prominentes. Ariel critica a Givón porque en su teoría de la topicalidad adopta la distancia como el único criterio relevante y, retomando a Toole, incorpora la topicalidad o frecuencia y la competencia de referentes como decisivos para la elección de una forma gramatical dada (Ariel, 2001, p. 37-38).

Los dispositivos referenciales utilizados por el hablante están determinados por la codificación del grado de activación que tenga el referente en la mente de los interlocutores. Este tipo de activación es referido en la teoría como ‘accesibilidad’. Cuánto más activado estén los referentes en la mente de los hablantes, éstos usarían expresiones lingüísticas más económicas. Mientras menos activados se encuentren los referentes, los hablantes utilizarán expresiones menos económicas. En los textos referenciados, Ariel propone la siguiente jerarquía de accesibilidad: Nombre completo más modificador > nombre completo > descripción larga definida > descripción corte definida > apellido (last name) > nombre > demostrativo distal más modificador > demostrativo distal más frase nominal > demostrativo próximo más frase nominal > demostrativo distal (sin frase nominal) > demostrativo próximo (sin frase nominal) > pronombre enfático más gesto > pronombre enfático > pronombre átono > pronombre clítico > inflexiones verbales personales > pronombres cero.

Las distintas lenguas pueden tener, o no, este tipo de expresiones, pero esta jerarquía pretende ser universal y abarcar la totalidad de las lenguas humanas. No es tan inusual que los hablantes “violen” la jerarquía. Existen incluso consideraciones de origen sociocultural que motivan a los hablantes a utilizar marcadores de cierto tipo para referirse a ciertos grupos sociales (Ariel, 2001, p. 38-42).

Considerando este marco teórico para la investigación que condujo a este artículo, adopté como relevantes dos criterios: la distancia que existe entre las ocurrencias de los referentes, así como a la competencia que existe entre estos para ser referenciados por alguna codificación gramatical.

3. Metodología y corpus analizado

Realizo trabajo de campo en la comunidad aché de Cerro Morotí, localizada en el departamento de Caaguazú, desde el año 2018 ―interrumpido en los años 2020-2021 debido a la pandemia de COVID. En este marco, he podido registrar interacciones verbales en aché dentro de su contexto sociocultural. Debido al avanzado estado de retracción lingüística en el que se encuentra esta lengua, la mayor parte de los habitantes de la comunidad de Cerro Morotí casi no hablan aché, excepto en contextos específicos2. Por este motivo, utilicé principalmente datos secundarios para este trabajo, si bien consulté con mis colaboradores sobre algunas cuestiones gramaticales, cuyo análisis, en mi opinión, no resultaba del todo claro. En algunas ocasiones realicé elicitación directa de material lingüistico y formulé preguntas sobre la interpretación de determinados segmentos por parte de mis consultantes aché.

En este trabajo me concentré en una narrativa recopilada por la lingüista Ruth Sammons. Sammons era una misionera evangélica perteneciente a la organización New Tribes Mission, que permaneció en Cerro Morotí entre 1972 y 1989 en calidad de administradores, luego que las denuncias de maltrato y abuso dirigidas a Pereira, antiguo administrador de la comunidad, alcanzaran un estatuto internacional y forzaran al gobierno militar de Stroessner a removerlo. Sammons recibió además formación lingüística por el Instituto Lingüístico de Verano (SIL, sigla que refleja el nombre original de la organización, en inglés), y comenzó a documentar y analizar la lengua aché con el propósito de que esto les facilitara la evangelización. Esta lingüista publicó en 1978 una recopilación de quince narrativas obtenidas dos años antes de dicha publicación, contadas en la lengua ancestral por miembros relativamente jóvenes de la comunidad. Ninguna de las narrativas tiene título, sino que presentan solamente el nombre aché del autor, su posible fecha de nacimiento, y su área geográfica de procedencia. Ya en ese momento temprano de la sedentarización aparecen algunos elementos léxicos y gramaticales de guaraní paraguayo en las narrativas aché.

Sammons transcribió y segmentó las narrativas aché en oraciones (algunas de ellas conformadas por varias cláusulas). Al final de cada narrativa, realizó una traducción al inglés oración por oración. Para emprender nuestro análisis, en un primer momento esta información fue volcada a una base de datos utilizando el programa Fieldworks (version 9.1.24) que permite emplear filtros y búsquedas de construcciones específicas. Realicé la glosa interlineal de las oraciones bajo el sistema de glosado de Leipzig, así como la traducción de las oraciones al castellano desde el aché y no desde su traducción al inglés (por lo que hay algunas diferencias respecto a lo que interpretó Sammons). Para este artículo mantuve en todo momento la elección de grafía que realizó Sammons3, y solo corregí algún detalle de la puntuación y la segmentación de palabras. Por ejemplo, ella transcribió la palabra mebe (un tipo de serpiente) en vez de mẽbe o membe, y el comparativo noga en vez de nõga o nonga; y colocó al sufijo de procedencia -kua como una forma libre y no como un sufijo, como transcribo aquí. Incluí ejemplos de más de una oración para reponer el contexto en el que las frases nominales referenciales aparecen inscriptas. Asimismo, hice notas de pie de página con aclaraciones sobre elementos léxicos imposibles de traducir al castellano, y elementos gramaticales que no están claros en la bibliografía sobre el aché.

4. Análisis del corpus

Del grupo de narrativas recogidas por Sammons, escogí para analizar la primera, que consta de 797 oraciones. Esta narrativa pertenece a Fausto Bywãgi, hablante del subgrupo de los aché purã nacido hacia 1953 en el monte y llevado hacia la Colonia Nacional Guayakí de Arroyo Morotí cuando era un niño. En la sección 4.1 analizo las formas referenciales completas, así como el uso de pronombres cero o nulos, mientras que en la sección 4.2 me enfoco en un grupo específico de pronombres de tercera persona en la lengua aché.

4.1. Formas referenciales completas y pronombres cero

Los recursos para marcar la referencia que voy a analizar en esta sección consisten en el uso de frases nominales, por un lado y pronombres cero o nulos, por el otro. Encontré que estos dos mecanismos fueron los más frecuentes en la narrativa. De acuerdo con la hipótesis que propuse, se pudo constatar que, en este texto, el hablante priorizó el uso de la forma referencial completa (incluyendo aquí tanto las descripciones definidas como los nombres propios según la terminología de Ariel) para mencionar a los referentes, siempre que fue posible. Por ejemplo, la narrativa comienza de la siguiente forma:

  • (3)Aché (Sammons, 1978, p. 4)
a. Apã tatu juka-bu ore jache apã rupi
papá armadillo matar-COND 1PL.EX cargar papá detrás
‘Cuando papá caza armadillo(s), lo(s) llevamos (cargamos) detrás de él)
 
b. Go-bu ore tatu kuara apã-ji
DEM-COND 1PL.EX armadillo buscar papá-INS
‘Entonces nosotros buscamos el armadillo con papá’
 
c. Go-bu ore ikua peche tatu ikua ore juka-rã4
DEM-COND 1PL.EX agujero cubrir armadillo agujero 1PL.EX matar-FIN
‘Entonces nosotros tapamos el agujero, el agujero del tatú, para matarlo’
 
d. apã tatu kuara
papá armadillo buscar
‘papá busca al tatú’

En (3) aparecen cuatro referentes: apã (‘papá’), ore (‘nosotros’), tatu (el/un ‘armadillo’), y tatu ikua/ikua (la ‘madriguera’ del ‘armadillo’). Tres de estos aparecen siempre mencionados por medio de una frase nominal completa, e incluso en (3), el mismo referente puede aparecer mencionados de esta forma más de una vez. La madriguera del tatú ocurre dos veces, primero por medio de una forma genérica (ikua), e inmediatamente después, mediante una reparación del hablante, especificada como perteneciente al armadillo (tatu ikua). El único referente que es mencionado con otro recurso es el pronombre ore que señala al hablante. No aparece aquí ningún referente elidido, en consonancia con la hipótesis enunciada. No obstante, en otras cláusulas del texto sí se puede encontrar tanto pronombres cero como pronombres personales, para referirse a los participantes que ya fueron introducidos como por ejemplo en (4):

  • (4)Aché (Sammons, 1978, p. 4)
a. cho apã rupi go koẽ-bu pepy
POSS1 papá detrás DEM amanecer-COND sustituir
‘Cuando amanezca será mi turno (sustituiré) para ir detrás de papá’
 
b. apã jyvo-bu o vachu tayro u-verã cho pave-ji
papá flechar-COND carne venado nalga comer-FUT POSS1 hermano-INS
‘Cuando/Si papá flechaba (a uno) (yo) iba a comer/comía la carne de la nalga de un venado con mi hermano.’

En (4b) hay dos referentes que no son mencionados explícitamente por el hablante. En la segunda cláusula que comienza en o yachu se omite al Sujeto agente del verbo u ‘comer’, mientras que en la primera cláusula (Apã jyvobu) tampoco es mencionado el Objeto de jyvo ´flechar´. Nos preguntamos entonces por qué el hablante decidió omitir mencionar al Objeto del verbo, siendo que usó solo formas referenciales completas en (3), pese a que en (4b) se introduzca un nuevo referente, Para responder esto se debe hacer un análisis más detallado de este segmento.

El venado (vachu) no había sido introducido en el texto hasta (4b), sino que el narrador había mencionado solamente armadillos (tatu) y coatíes (karẽ), y ningún tipo de animal en (4a). Sin embargo, estos referentes no podrían ser el Objeto de jyvo, ya que estos animales no eran flechados por los achés, sino que para cazarlos utilizaban otro tipo de técnica que se expresa con otros verbos en la lengua. De esta forma, la única interpretación posible para una persona discursivamente competente, es que el animal cazado fuera el venado que se menciona por primera vez en (4b). Así, se ve cómo el conocimiento del mundo puede ser decisivo para eliminar ambigüedades en el texto. Algo similar pasa con el Sujeto en (4b), que tampoco es mencionado. En (4a) y (4b) hay un Sujeto animado, apã, que para el intérprete incauto podría ser también el Sujeto de la segunda claúsula en (4b). Sin embargo, los hablantes saben, por su conocimiento del mundo, que los cazadores achés no tenían permitido comer carne de una nalga de un venado que cazaran, sino que sus hijos eran los que tenían este privilegio. Por esta razón, el padre del narrador, el cazador al que se alude en (4), aunque se trate de un referente animado, e incluso aparezca como más cercano al narrador en el texto, queda eliminado como posible Sujeto de la segunda cláusula, a partir del conocimiento del mundo que tienen los hablantes. Se muestra así cómo se resuelve la potencial ambigüedad a partir del conocimiento cultural que tienen los hablantes (en este caso los tabúes alimenticios). Algo similar a (4) sucede en (5):

  • (5)Aché (Sammons, 1978, p. 4)
a. Go-bu ore karẽ ju-ma jopi-ve
DEM-COND 1PL.EX coatí encontrar-PST subir-NOM
‘Entonces nosotros encontramos al/los coatí(es), que estaba(n) subido(s) (arriba de un árbol5)’
 
b. Go-bu ore ju-bu vapi-ma
DEM-COND 1PL.EX encontrar-COND matar-PST
‘Cuando nosotros lo(s) encontramos (al/los coatí(es)), (nosotros) lo(s) matamos’.

En (5b) se omite la mención al coatí (karẽ). Se puede saber con seguridad que el narrador se refiere a ese animal no solamente porque fue mencionado en el segmento del texto inmediatamente anterior, (5a), sino porque además el verbo vapi denota una técnica de cacería que los achés utilizaban para matar específicamente a los coatíes (mientras que los demás animales mencionados en el texto podían ser cazados a partir de otras técnicas). En contraste con ello, cuando los verbos denotan acciones que pueden tomar como Objeto a un número extenso e indefinido de animales, éstos tienen que ser explicitados por los hablantes, como sucede con la mención del armadillo en el ejemplo (3), o como se puede ver en (6):

  • (6)Aché (Sammons, 1978, p. 4)
a. Go-bu ore eru-verã tatu
DEM-COND 1PL.EX traer-FUT armadillo
‘entonces nosotros traeremos armadillo’
 
b. Cho o-jue-bu apã rupi cho o-verã
1SG ir-DES-COND papá detrás 1SG ir-FUT
‘cuando yo quería, yo iba detrás de papá’
 
c. Go-bu ore eru-verã tatu juka-py-re
DEM-COND 1PL.EX traer-FUT armadillo cazar-PASS-PST
‘entonces nosotros traeremos armadillo que ha sido cazado.’

En (6) no sólo el hablante especifica otra vez que estamos en presencia de un armadillo debido a que usa el verbojuka, más genérico que otros comovapi, sino que se advierte un juego entre la elección de pronombres de primera persona singular y plural, que el hablante explicita, puesto que de otra forma la oración resultaría ambigua. Esta, entonces, es la segunda circunstancia que parece posibilitar el uso de pronombres cero. A continuación, voy a mostrar al segmento (7), donde aparecen varios actantes:

  • (7)Aché (Sammons, 1978, p. 13
a. Go-bu emi karẽ puka-verã duve Ache chupa-kua-gi-pe
DEM-COND soler coatí llamar-FUT otro Aché campamento-ORIG-HUM-DAT
‘y entonces (él/ellos) darán un llamado de coatí a los otros achés del campamento’
 
b. Go-bu ja ray juja ury-bu Ache na’ ã juja ury-eme apã 6
DEM-COND POSS3 hijo reir TRAD-COND aché decir reir-IMP.NEG paraguayo
ekoã go nõga kaẽda
venir DEM similar enojado
‘entonces si su hijo reía bastante un aché le decía “no te rías, los paraguayos vienen’, se enojaba algo así.’
 
c. Go-bu ache baereka o-pa-bu breko purã 7 mẽbe ity
DEM-COND aché ir a cazar ir-COMP-COND esposa POSS membé talar
‘Entonces cuando los achés se iban a cazar, sus esposas talaban membé’
 
d. Goae chupa-kua vata-llã-gi8 rõ9 go kujã mechã-ve
DEM campamento-origen caminar-NEG-HUM FOC DEM mujer ver-NOM
myga jua-vã
miel talar-FIN
‘Entonces el/los del campamento que se quedaron (no caminaron) “derriban” la miel que vieron las mujeres’
 
e. go-bu duve vata-llã-ve-gi myga jua’a chupa-pe
DEM-COND otro caminar-NEG-NOM-HUM miel talar campamento-LOC
go baereka-ve-gi u-rã
DEM ir a cazar-NOM-HUM comer-FIN
‘Entonces otro que no fue a cazar (no caminó) “derribará” la miel en el campamento para que coman los que salieron a cazar
 
f. Go-bu baereka-ve ejo-ma lle-llã
DEM-COND ir a cazar-NOM volver-PST estómago-NEG
‘entonces cuando vuelvan los que salieron a cazar estarán hambrientos10” (Ib. 13).

Si se excluyen a los coatíes como participantes (a los que se menciona en las cláusulas inmediatamente anteriores a la secuencia presentada en (7)), este es un fragmento en donde intervienen varios participantes humanos: los achés del campamento, que después se subdividen en los que salieron a cazar de los que no; las mujeres, que anteriormente habían visto miel; un niño que ríe bastante, su padre y los paraguayos que están cerca de ellos, constantemente amenazantes. Todos estos referentes mencionados por el narrador comparten las mismas características semánticas, siendo potenciales generadores de ambigüedad con respecto a la referencia. Por esta razón, estimo que las frases nominales referenciales son mencionadas en todas las ocasiones, lo que otra vez indicaría que el uso de elipsis o pronombre cero es poco posible sin despertar una ambigüedad interpretativa que los hablantes prefieren evitar. Por último, voy a mostrar qué sucede cuando aparecen en el discurso distintas entidades nominales como en (8), pero ahora con características semánticas diferentes a las de los participantes referidos en (7):

  • (8)Aché (Sammons, 1978, p. 11)
a. Kbae tãgy jua-ty go-bu ja beko toi jocho jãve
‘hombre’ FOC palmito talar-HAB DEM-COND POSS3 esposa pindó machacar COM
tãgy jo’o
palmito lavar
‘los hombres suelen talar el palmito, entonces sus esposas machacan la pindó, (él) limpia el palmito’.
 
b. go-bu chupa-pe eru-ma nakõpe campamento DEM-COND traer-PST cesto-LOC
‘Luego (lo) traen al campamento en sus cestos’
 
c. go ache tarã u-pa-vã DEM aché muchos comer-COMPL-FIN
‘Para que muchos achés (lo) coman.’
 
d. go-bu duve koẽ-bu o-ma emi toi jua-vã ja vaichy11
DEM-COND otro amanecer-COND salir-PST HAB pindó talar-FIN POS3 vaichy
u-rã
comer- FIN
‘Entonces al otro día (ellos) salen para talar pindó, para que coma la vaichy’
 
e. Ichy12-ve-pe toi jocho-py-ty
madre-NOM-DAT FOC pindó machacar-PASS-HAB
‘la pindó suele ser machacada por la que fue madre’
 
f. tãgy erupyty
tãgy eru-py-ty
palmito traer-PASS-HAB
‘el palmito suele ser traído (por alguien)’

En esta secuencia narrativa ocurre lo contrario a lo que se vió en (7). En (8), la entidad que predomina es la palmera pindó, elemento central para la vida ritual de los achés. En algunas partes de la secuencia se encuentra diferenciado el palmito respecto a la palmera en su conjunto (podríamos considerar que el palmito conlleva el atributo de ser directamente comestible, a diferencia de otras partes de la palmera que pueden ser comestibles solo luego de un proceso de elaboración o cocción). Además, aparecen distintos participantes que intervienen en el proceso de obtención y preparación de la palmera para su consumo. Estos, por su parte, son referidos por medio de pronombres cero a través de las oraciones. Esto sucede porque, al contrario de lo que se mencionó en (7), la ambigüedad no es posible en (8), ya que todos los verbos presentes en este fragmento demandan un Sujeto animado. En (8c), el Sujeto es mencionado explícitamente, pero hay una omisión explícita del objeto tãgy (‘palmito’), mencionado dos líneas atrás. No hay posibilidad de ambigüedad porque en (8b) no se mencionó ningún sustantivo referido a un elemento comestible, Objeto del verbo ‘comer’). Asimismo, en (8d), hay otro pronombre cero, esta vez refiriendo al Sujeto y, como sucede con los ejemplos ya mostrados, tampoco es posible ningún tipo de ambigüedad, ya que ache tarã (‘muchos achés’) es la única entidad referencial que tiene la posibilidad de salir a talar palmeras pindó. Como se mencionó en el ejemplo (3), además de las características semánticas es fundamental el conocimiento del mundo que tienen los hablantes. Así es como también se puede interpretar (8b) como una oración no-ambigua, pese a que en la primera son mencionados tanto hombres como mujeres, ya que en la cultura aché sólo éstas últimas tienen permitidos llevar los cestos nakõ.

A modo de síntesis, se observó que los hablantes tienden a escoger el uso de formas referenciales completas (frases nominales y pronombres libres), considerando que en esta lengua los participantes no se manifiestan como parte del núcleo verbal. Sin embargo, la lengua permite la elipsis de las formas referenciales explícitas (tanto formas nominales completas como pronombres), siempre y cuando la supresión no genere ambigüedad en la interpretación textual, tanto por las características semánticas de los referentes (como por ejemplo, ser animado o no), como por el conocimiento del mundo que puedan tener los hablantes. De manera contraria a lo que cabría esperar según la teoría de la accesibilidad de Ariel, la distancia existente entre los referentes no resulta un motivo para la elección de una expresión referencial completa; sino que esta parece depender exclusivamente de la ambigüedad interpretativa del texto, sin importar la distancia en el texto en la que se halla la última mención del referente.

4.2. Pronombres de tercera persona

Además de las formas nominales y el uso de pronombres cero, el aché puede marcar la referencia a las entidades del discurso mediante el uso de pronombres personales. Omito en esta sección el análisis de la primera y la segunda persona, singular y plural, debido a que los participantes del acto de habla (PAH) sólo pueden expresarse pronominalmente o bien ser elididos, como ya se mostró en la sección 4.1. Por ello, en este apartado solamente se detallará el uso de pronombres para codificar la tercera persona, que son pasibles de sustituir a las frases nominales referenciales.

El sistema de pronombres personales de la lengua aché difiere principalmente de las otras lenguas guaraníes del subgrupo 1 en el pronombre de la tercera persona, ya que este que no es un cognado claro, a diferencia de los otros pronombres personales del sistema. En el Cuadro 1 presento los pronombres personales tanto en aché (variedad norteña 13) como en las lenguas del subgrupo 1 más cercanas (excluyo a las variedades chaqueñas así como al xetá, que está menos documentado). Se puede apreciar aquí que el aché no presenta muchas diferencias con las otras lenguas en cuanto a las formas para la primera y la segunda persona, pero que la situación cambia cuando consideramos a la tercera.

Persona Aché (norteño) Avá-Guaraní / Ñandeva (Viola, 2015) Guaraní paraguayo Kaiowá / Pai tavytera (Viola, 2015) Mbyá (Dooley, 2015)
1SG cho che che ʃe xee
1PL.IN naje (o nadje) ñande nande ɲãne nhande
1PL.EX ore ore ore Ore ore
2SG je (o dje) nde nde Ne ndee
2PL peje (o pedje) peẽ peẽ / pende (g. correntino) peẽ peẽ
3 gogi / avegi ha’e ha’e ha?e ha’e

Cuadro 1: Pronombres personales en aché y las otras lenguas del subgrupo 1 más cercanas.

Las diferencias que hay en el aché con otras lenguas de la familia ha conducido a equívocos por parte de algunos investigadores, quienes mencionan que la forma posesiva ija/ja14, puede desempeñar la función de pronombre libre de tercera persona singular (Rössler, 2008, p. 74; 2018, p. 97). Si bien hoy en día algunos hablantes consideran que el ija/ja es un pronombre personal de tercera persona, es importante resaltar que, en primer lugar, el aché tenía históricamente otras formas pronominales; en segundo lugar, la adopción del posesivo ija/ja como pronombre de tercera persona no es un rasgo extendido entre los achés15 y, alterna su uso con el pronombre guaraní ha’e, debido al avanzado grado retracción que presenta el aché en las comunidades visitadas. En las narrativas de Sammons, así como en otros textos recogidos décadas atrás, el pronombre ija/ja siempre aparece como posesivo, en la función del modificador del nombre o sustantivo, tal como se observa en los ejemplos (7b) y (8a).

Las diferencias que hay en el aché con otras lenguas de la familia ha conducido a equívocos por parte de algunos investigadores, quienes mencionan que la forma posesiva ija/ja14, puede desempeñar la función de pronombre libre de tercera persona singular (Rössler, 2008, p. 74; 2018, p. 97). Si bien hoy en día algunos hablantes consideran que el ija/ja es un pronombre personal de tercera persona, es importante resaltar que, en primer lugar, el aché tenía históricamente otras formas pronominales; en segundo lugar, la adopción del posesivo ija/ja como pronombre de tercera persona no es un rasgo extendido entre los achés15 y, alterna su uso con el pronombre guaraní ha’e, debido al avanzado grado retracción que presenta el aché en las comunidades visitadas. En las narrativas de Sammons, así como en otros textos recogidos décadas atrás, el pronombre ija/ja siempre aparece como posesivo, en la función del modificador del nombre o sustantivo, tal como se observa en los ejemplos (7b) y (8a).

Por otra parte, en el curso del trabajo de campo, registré tres paradigmas diferentes que funcionan como pronombres de la tercera persona. No obstante, su distribución y frecuencia en nuestro corpus y en las fuentes secundarias amerita un estudio más profundo que el presentado aquí.

En primer lugar, se encuentran los pronombres derivados gogi (‘DEM-HUM’) y avegi (‘DEM-HUM’), que se conforman mediante la adjunción del sufijo clasificador -gi a los pronombres demostrativos go y ave16. Estos dos pronombres refieren en aché a la tercera persona, y agregan información sobre la distancia en espacio o tiempo del referente, respecto de la situación de enunciación. Además, el sufijo clasificador -gi denota que la entidad referenciada es humana (o un animal antropomorfizado), lo que restringe su uso a este tipo de referentes.

Estos pronombres aparecieron escasamente en la narrativa de nuestro corpus, con una sola ocurrencia de la forma gogi (que transcribo en el ejemplo 9) y ninguna de avegi:

  • (9)Aché (Sammons, 1978, p. 19)
a. Goae katu17-gi va-ve Kuagi
DEM blanco-HUM nacer-PST Kuagi
‘Entonces nació Kuági, que era blanco’
 
b. Go-gi-pe apã jo
DEM-HUM-DAT FOC papá levantar
‘A él lo alzó el papá’

Si bien la lengua aché no admite la formaave (‘DEM’) sin un complemento, es posible utilizar al pronombre de tercera personago como forma libre, con un significado mucho más genérico que el que aportagogi.Go (‘DEM’) puede referir a un grupo diverso de entidades, incluyendo referentes humanos (como sucede cuando se usagogi), animados no humanos, inanimados e incluso pueden ser usados como una forma genérica utilizada en una secuencia narrativa donde se mencionen referentes de diferente naturaleza. Esta forma se manifiesta comogobu, donde-bu codifica un significado modal que tiene alcance oracional. El hablante utilizó la forma pronominalgo más frecuentemente que la formagogi, con unas 28 apariciones18 en el texto:

  • (10)Aché (Sammons, 1978, p. 4)
a. karẽ lly-ji ju-bu
coatí arbusto-LOC encontrar-COND
ore puka-ma duve Ache-pe vapi-pa-vã
1PL.EX llamar-PST otro Aché-DAT matar-COMPL-FIN
‘cuando (nosotros) encontrábamos coatís en los arbustos, nosotros llamábamos a otros Aché para que los mataran a todos’
 
b. Go karẽ vapipabu chupape oma
Go karẽ vapi-pa-bu chupa-pe o-ma
DEM coatí matar-COMPL-COND campamento-LOC ir-PST
‘Cuando ellos mataban a todos los coatís, (ellos) volvían (iban) al campamento19’
  • (11)Aché (Sammons, 1978, p. 16)
a. go-bu ache duve picha ache-pe na’ã, bre-pe ga jono tatu
DET-COND aché otro
semejante aché-DAT decir bre-LOC IMP colocar armadillo
‘Entonces un aché le decía a otro (aché): “poné el armadillo en el bree20”.
 
b. bre kua-re ga muba gatu
bre colocar-PST IMP chupar lindo
‘Si lo pusiste en el bree es rico chuparlo’
 
c. bre-pe ga jono ache go nõga na’ã
bre-LOC IMP colocar, Aché DEM similar decir
‘ “Pone(lo) en el bree”, algo así decían/dicen los aché.’

En (10b) el pronombre go refiere a los otros aché (duve ache) mencionados en (10a), siendo en este caso el pronombre sustituible por gogi. Sin embargo, en secuencias como (11a) go refiere a una cita enunciada en discurso directo, es decir, a un Objeto no animado. En el primer caso el go podría ser sustituido por gogi; en el segundo esto no sería posible.

Por otro lado, el aché además posee un pronombre oblicuo para referirse a la tercera persona, la forma libre e. Como sucede con gogi/avegi, su contexto de uso se encuentra ampliamente restringido, esta vez no por características semánticas del referente, sino sintácticas, ya que en prácticamente todos los casos recogidos por Sammons aparece siempre seguida por dos posposiciones, “rupi” y “jãve21, pudiéndose traducir como “detrás de él/ella” o “junto a él/ella” respectivamente. Esta forma pronominal no fue tenida en cuenta en estudios anteriores sobre el aché. No obstante fue advertido por Cadogan, que la recoge en su diccionario, pero definiéndola como un “afijo expletivo” (Cadogan, 1968, p. 45); por Mayntzhusen (2017, p. 111) y Susnik (1974a, p. 122), respectivamente, que le dan un valor posposicional22; por otro lado, ni en el trabajo de Rössler (2018) ni en el diccionario elaborado por el Proyecto Kuatiañe’ẽ se menciona esta forma. Sammons, no analiza esta forma como un pronombre en este texto (ya que es una recopilación de narrativas), pero debido a la traducción que hace de las oraciones con este pronombre al inglés, parece interpretarla correctamente como forma pronominal. Durante mi trabajo de campo nunca la registré en un contexto natural, pero algunos achés adultos aún la comprenden y es posible elicitarla directamente.

A diferencia de gogi y avegi, el pronombre e no manifiesta alguna información semántica adicional. Este pronombre parece codificar otros tipos de referentes animados, pero en esta narrativa se usó principalmente para referirse a entes humanos, como también sucede con gogi/avegi. Además, aparece en cláusulas en las que hay otros referentes nominales de entidades animadas (también humanas), como se advierte en (12) y (13):

  • (12)Ache (Sammons, 1978, p., 9)
a. jamo veja-py-ty chupa-pe
abuelo abandonar-PASS-HAB campamento-LOC
‘el abuelo suele ser dejado (abandonado) en el campamento’
 
b. jarypurã-gi e jãve-va 22
abuela-HUM 3 COM-NOM
‘la abuela se queda (está) junto/con él’ (Sammons, 1978: xx)
  • (13)Ache (Sammons, 1978, p., 9)
a. Krey vycho-bu ejo-verã chupa-pe
Sol descender-COND volver-FUT campamento-LOC
‘Cuando el sol descienda (ellos) volverán a su campamento’
 
 
b. ija breko ra-pa-ma e rupi
3POSS esposa traer-COMPL-PST 3 detrás
‘(Ellos) llevaron a sus esposas detrás de ellos’

En (12b) y (13b), el pronombre e refiere a una entidad nominal humana que se encuentra en la cláusula inmediatamente anterior, las que por su parte solo tienen un referente humano. Este pronombre tampoco aparece en gran medida en esta narrativa, contando con 20 apariciones de la expresión “e rupi” y 6 de “e jãve”.

El Cuadro 2 consigna el número de ocurrencias de los distintos pronombres con los que se puede marcar la tercera persona en la narrativa, que se vieron en esta sección.

Recurso gramatical Cantidad de ocurrencias en el texto Porcentaje de cláusulas del texto
gogi 1 0,12%
avegi 0 0%
go 28 3,5%
e (e rupi; e jãve) 26 3,26%
Total de ocurrencias de pronombres de tercera persona 55 6,90%

Cuadro 2: Ocurrencias y porcentajes de los pronombres de tercera persona en la narrativa 1 recogida por Sammons.

En síntesis, se mostró que los hablantes de aché pueden utilizar estas expresiones pronominales que funcionan como pronombres de tercera persona, pero que, sin embargo, fueron utilizadas con bastante poca frecuencia en esta narrativa. El hablante produjo una sola ocurrencia de gogi frente a 28 de go y ninguna de avegi; y 26 de e (20 con la posposición rupi, y 6 con jãve). Si las sumamos a todas serían 55 ocurrencias en un texto de 797 oraciones (varias conformadas por más de una cláusula), es decir, estas formas fueron utilizadas solamente en un 6,9% del total de las oraciones de la narrativa. En contraste, un análisis preliminar sobre el uso de la forma pronominal cho, primera persona del singular, arroja como resultado un total de 101 ocurrencias (diferenciando al pronombre personal del posesivo de primera persona, que son homófonos), un 12,67% del total de cláusulas de la narrativa. Estos datos indicarían un uso bastante reducido de los pronombres de tercera persona, si bien sería necesario cotejar estos números con los de otras narrativas para poder afirmarlo de manera más conclusiva. Por otra parte, el uso de estos pronombres también ocurre en contextos donde no hay ambigüedad posible para el interlocutor, para señalar referentes ya mencionados. Enfatizo, sin embargo, que es necesario cotejar este análisis con un volumen más amplio de textos, pero aquí la distancia entre el uso de un pronombre y su mención como expresión nominal no pareció encontrarse a una distancia mayor de dos cláusulas, factor que está influenciado seguramente por la ausencia de expresiones nominales alternativas que puedan disputarse la interpretación de una forma referencial. También será necesario confirmar si en la mayor presencia de elipsis nominales por sobre el uso de pronombres personales, tiene incidencia la distancia existente entre los referentes o el estatus cognitivo que estos tengan en la mente de los hablantes.

5. Resultados y conclusiones

En este artículo analicé, si bien de modo exploratorio, el uso de recursos gramaticales para referenciar entidades en la lengua aché, haciendo énfasis en las entidades animadas; y, dentro de este grupo, las entidades humanas, que pueden ser codificadas por medio de frases nominales y pronombres (entre otros, ore, gogi/avegi, e). Mostré que en aché existen tres formas para codificar estas entidades referenciales: formas nominales completas, uso de pronombres, y utilización de formas cero o nulas. Respecto a los pronombres personales, si bien el sistema pronominal aché no difiere en gran medida del que tienen otras lenguas de la familia lingüística para la primera y la segunda persona, presenta ciertas particularidades para la tercera persona, a partir del uso de las formas gogi y avegi, por un lado; y la forma oblicua e, por el otro.

Respecto a la hipótesis presentada, parece confirmarse que en la narrativa analizada el hablante escoge principalmente el uso de las formas referenciales completas por sobre los otros mecanismos para mantener activa la referencia a un determinado participante. El uso de pronombres de tercera persona pareció ser, por su parte, bastante más reducido no solo porque el uso de las formas nominales completas las supera en número, sino también porque el uso de pronombres cero es mucho más frecuente que el uso de pronombres personales para referirse en la primera y segunda persona, al menos en este texto, y estos a su vez mucho más frecuentes que la presencia de pronombres explícitos para señalar a la tercera persona.

Será necesario ampliar el corpus, para ver si estas tendencias se confirman, así como incorporar a un estudio de estas características en otras lenguas guaraníes en la que los verbos admitan la expresión de argumentos oracionales, a fin de determinar en qué medida estos patrones de uso en aché se acercan o difieren del resto de las lenguas tupí-guaraní de este subgrupo.

Abreviaturas

1 primera persona; 2 segunda persona; 3 tercera persona; A agente; COM comitativo; COMPL completivo; COND condicional; DAT dativo; DEM demostrativo; EX exclusivo; FOC foco; FIN finalidad; FUT futuro; HAB habitualidad; HUM humano; IMP imperativo; IN inclusivo; INS instrumental; LOC locativo; NEG negativo; NOM nominalizador; PASS pasivo; PL plural; POSS posesivo; PST pasado; SG singular.

Notas

  1. El guaraní paraguayo ―así como todas las lenguas de la familia― realiza esto a partir de un sistema de alineamiento jerárquico que no desarrollaré en este artículo, ya que no existe en el aché debido a que la lengua no expresa argumentos en el verbo. Por ejemplo, en guaraní paraguayo si el Sujeto está en 2da o 3ra persona, un paciente en la primera persona puede expresarse en la morfología verbal.
  2. En la comunidad de Cerro Morotí, donde realizo mi trabajo de campo, se habla aché en contextos muy reducidos, como en los servicios de la iglesia de la comunidad (la lectura del Nuevo Testamento o la ejecución de canciones religiosas), en algunas actividades escolares, o durante la Semana Cultural Aché. La lengua de uso en la comunidad es el guaraché, lengua mixta que combina elementos guaraní con aché.
  3. La elección de la grafía aché es un problema en sí mismo. Hasta principios del siglo XXI cada etnógrafo, misionero u otro tipo de persona interesada en la lengua, transcribía el aché con cualquier sistema que les pareciera mejor; los achés por su parte aprendían el sistema utilizado por la organización cristiana que estuviera en la misma comunidad en la que ellos vivían. A partir de los años 2007-2008, por presiones de los investigadores Hauck, Rössler y Thompson, así como la organización evangélica Letra Paraguay (que estaba traduciendo el nuevo testamento al aché), se adoptó un sistema ortográfico unificado para todas las comunidades. Este sistema, sin embargo, no fue aceptado por todos los achés y en la actualidad hay procesos de resistencia para adoptarlo.
  4. El aché tiene dos sufijos de finalidad -vã y -rã. La alternancia entre ambos no es clara, y generalmente ha sido obviada en la bibliografía. Rössler considera a -rã como un sufijo de futuro (y a la forma -verã como la yuxtaposición de un sufijo de pasado a uno de futuro) (Rössler, 2008, p. 83, 98), que se aplica tanto para raíces verbales como nominales. Sin embargo, durante mi trabajo de campo mis colaboradores me tradujeron siempre este sufijo con un valor de finalidad, y rechazaron la posibilidad de aplicarlo a varias raíces en las que aparece el sufijo -verã, por lo que no serían sufijos intercambiables. En 2022 realicé elicitaciones en las que les sugerí a colaboradores achés que tal vez -rã sea un sufijo de finalidad futura; y -vã uno de presente/pasado, pero encontré varios contraejemplos. Después de trabajar con ellos, considero que la distinción entre estos dos podría ser más bien de un carácter semántico, ya que -rã es utilizado principalmente para marcar verbos que tengan que ver con la obtención, preparación y consumo de la comida, y -vã para los demás casos (y creo que los ejemplos que aparecen en este artículo pueden dar cuenta de esto). Sin embargo, también es posible encontrar contraejemplos, que posiblemente tengan que ver con las diferencias existentes entre las distintas subvariedades de aché (Ver nota 12).
  5. Que estaban subidos a un árbol ―y no a otro elemento de la naturaleza― también es algo implícito para los achés debido a su conocimiento del mundo, si bien en otros momento de la narrativa el hablante lo aclara (lly-ji).
  6. Como se vio en (3), apã también es la palabra aché para papá. A partir del contacto con los paraguayos, se comenzó a utilizar esta palabra, con una clara connotación positiva, para designarlos, así como otra con una clara connotación negativa, mberu (mosca). Los informantes de Sammons, jóvenes y más proclives a la sedentarización y la evangelización, tienden a preferir el uso de apã para referirse a paraguayos, como sucede en esta oración.
  7. Purã es una palabra que tiene distintos significados en aché. Cuando acompaña a los términos de parentesco breko (“esposa”) o ime (“esposo”) funciona como posesivo, siendo equivalente a ija breko o ija ime. Por otro lado, purã también significa que algo es una “copia, algo que no es genuino”. Por ejemplo, cuando hablo de ache purã, me refiero a un grupo designado por otros como “no verdaderos achés”. Puede utilizarse también para denotar relaciones de parentesco con algunos animales ― acepción que distinguimos, pero que podría pensarse como idéntica a la primera, si se concibe a la cría de los coatíes u otro animal, como una copia no auténtica de las relaciones de parentesco humana. Finalmente, purã puede utilizarse para conformar entradas léxicas compuestas como “abuela” (jaryipurã).
  8. En un primer momento consideré que el sufijo -gi, que marca a un referente humano, podría ser otro elemento destinado para distinguir referentes. No obstante, como una gran parte de los referentes del texto son humanos, y este morfema muchas veces se omite en conversaciones reales entre hablantes, tuvo una importancia menor de la que esperaba, aunque debería profundizarse su investigación. El hecho de que sea un sufijo que se encuentra ausente en las otras lenguas del subgrupo 1 de la familia lingüística tupí-guaraní; sumado a que el aché no exprese los argumentos en los verbos, podría indicar que tiene alguna importancia al respecto.
  9. Considero aquí a como focalizador, siguiendo a Rössler (2008). No obstante, como suele suceder con el aché, esta partícula necesitaría ser estudiada con un detalle mayor. En muchas ocasiones vi a esta forma usada para marcar órdenes sintácticos, que no son canónicos (como muestra se puede ver el ejemplo (9) que tomé de Sammons).
  10. Llellã es una expresión aché para señalar que alguien está hambriento, si bien literalmente la expresión se construye con lle (estómago) más el sufijo de negación -llã.
  11. La vaichy era una mujer que asistió a la madre y al recién nacido en el parto. León Cadogan la traduce como comadre (Cadogan, 1968, p. 144).
  12. Guaranismo adoptado muy tempranamente por los achés. Esta palabra tiene una entrada en el glosario etnolingüístico elaborado por Gómez-Perasso, con datos obtenidos en otra comunidad aché, pocos años antes del trabajo de Sammons (Gómez-Perasso, 1975, p. 96).
  13. El aché cuenta con al menos tres variedades, la del grupo norteño (o aché gatú); la del grupo sureño; y la de los aché wa; el grupo norteño además tuvo una escisión en la primera mitad del siglo veinte, con un grupo quedado aislado del resto de la parcialidad norteña, cuyo habla presentó algunas características particulares (Edeb Piragi, 2001, p. 151-154). El cuadro que presenté yo fue elaborado a partir del sistema pronominal de la variedad norteña. En los trabajos referenciados del Proyecto Kuatiañe’ẽ o Rössler que referencié anteriormente aparecen otras formas complementarias, como pẽde para la 2da persona del plural. Debido al carácter poco sistemático de estas investigaciones, y la falta de otras complementarias (especialmente sobre la variedad sureña) resulta imposible afirmar si estas diferencias corresponden al sistema pronominal de otras variedades achés, como el grupo sureño, o si son el resultado de un fenómeno de contacto con el guaraní paraguayo, como sucede con gran parte de la gramática y el léxico de esta lengua, aunque el precursor trabajo de Mayntzhusen parecería indicar lo primero (Maynzthusen, 2017, p. 77).
  14. Las formas ja e ija pueden intercambiarse, hasta donde sé, de forma indistinta. En la bibliografía aché no se trabajó esta distinción ni se propuso algún tipo de explicación para poder explicar esta diferencia.
  15. De hecho una de las primeras cosas que pregunté en mi primer trabajo de campo fue sobre el sistema pronominal y las respuestas más usuales fueron go y avegi.
  16. Se podría traducir a go como “este/ese” y ave como “aquel”. Nótese que en aché no se puede decir ave solo, sino que ha sido lexicalizado y requiere un sufijo. El marcador go por su parte es mucho más productivo y puede aparecer sólo, como se verá a continuación, o junto a otros sufijos como “-bu”, “-ty”, “-pe”, etc. El aché tiene entonces un sistema de demostrativos bipartito y no tripartito como en otras lenguas de la familia. En algunos materiales bibliográficos, como el diccionario del Proyecto Kuatiañe’ẽ se menciona al pe como propio del aché, pero tanto por el cotejo con materiales recopilados cuando el contacto aún era incipiente, como por mi propio trabajo de campo, infiero que es un fenómeno de contacto con el guaraní paraguayo.
  17. Cadogan considera katu como sinónimo de gatu (“bueno, lindo, genuino”) (Cadogan, 1968, p. 51, 89). Sin duda las dos palabras se encuentran históricamente ligadas. Sin embargo, uno de mis colaboradores me indicó que esta palabra se usaba para indicar a aquellos achés nacidos con un fenotipo “blanco”; la preocupación de los achés tradicionales por el fenotipo de sus hijos fue descripta en otras ocasiones por el registro etnográfico (Clastres, 1972).
  18. En este caso el -gi sí parecería funcionar como un mecanismo desambigüador que tiene la lengua (véase la nota 7), ya que los pronombres con este sufijo permitirían una distancia mayor que los pronombres sin él. Sin embargo, no es el caso del único ejemplo con gogi de esta narrativa, en el que éste refiere al antecedente inmediatamente anterior.
  19. Para la traducción de esta oración descarté la posibilidad de que go funcionara como un determinante demostrativo (go karẽ, ‘éstos coatíes’), que en otros contextos sería posible, debido a la presencia del verbo ‘matar’. Para que la oración sea gramatical en este caso debería incluir, entiendo, al sufijo de pasivo -py o -mby (la construcción usada sería seguramente vapi-py-re). Esta potencial ambigüedad da cuenta de la polisemia que tiene en aché el pronombre go.
  20. El bree es una especie de harina (hoy en día los achés pueden traducir harina por esta palabra), que los achés elaboraban a partir de médula de la palmera pindó, y era fundamental para la vida ritual de la etnia (Edeb Piragi, 1994, p. 40 y ss.).
  21. La única excepción que encontré en toda la bibliografía aché es justamente en la narrativa 1 recogida por Sammons, donde esta forma aparece una vez junto al sufijo “-ji”, lo que posiblemente sea un indicador temprano de retracción del aché (Sammons, 1978, p. 10). También podría utilizarse con el sufijo “-pe” según Mayntzhusen (ver siguiente nota), pero no vi ningún ejemplo en Sammons ni lo registré en mi corpus.
  22. Sin embargo quizás Mayntzhusen se haya dado cuenta de su uso, aunque careciera de nociones lingüísticas para definirla. La entrada en su diccionario es “E (erupi, épe)”, remarcando esto que para él esta partícula no aparecía nunca en soledad, tal como señalé aquí. La traducción que hace sin embargo es “con, a, en, junto a”/”mit, an, in, bei” (Mayntzhusen, 2017, p. 111). Susnik por su parte le da un valor conjuntivo. Ella dice, de manera críptica, que “é, di, / di , dú , vé, vi”, son las voces ponentes que más frecuentemente componen los correlativos de carácter conjuntivo” (Susnik, 1974a, p. 96). Sin embargo, en su vocabulario, bastante más comprensible, se encuentra la entrada “épe” que ella traduce como “junto con, junto a”, bastante más similar a lo que dice Mayntzhusen (Susnik 1974b, p. 122). En cualquier caso, en el aché serían las posposiciones jãve y el sufijo -ji los que podrían traducirse con este valor “conjuntivo”, no el pronombre e, aunque, como se mostró en este artículo, aparezca siempre con otra entidad nominal.
  23. La forma -va es propia del guaraní paraguayo, siendo esta oración un temprano ejemplo del contacto existente entre esta lengua con el aché en las comunidades. No existe en el aché y cuando le interrogué a mis colaboradores achés sobre ésta, pensaron que me refería al sufijo de finalidad -vã.

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