RASAL

LINGÜÍSTICA

Recibido: 01.05.2021 | Aceptado: 21.06.2021

DOI: https://doi.org/10.56683/rs221055

ARK: http://id.caicyt.gov.ar/ark:/s26183455/7c5ruv642

Aportes empíricos y teóricos al estudio del guaraní jopara como una lengua mixta en Formosa

Empirical and theoretical contributions to the study of guaraní jopara as a mixed language in Formosa

Silvina Paz

Universidad Nacional de Formosa

https://orcid.org/0000-0001-7886-6574

Resumen

Este artículo se inserta en el marco de los debates sobre las lenguas mixtas e indaga los aspectos estructurales y sociohistóricos de una variedad del guaraní hablado en Formosa (Argentina). A partir de evidencias empíricas —provenientes del análisis de los préstamos en el dominio verbal— postula al jopara como una variedad mixta, emergente del contacto histórico guaraní - español en la región. Entre los rasgos definitorios del jopara como lengua mixta, el trabajo indaga y describe la conformación de las comunidades guaraní hablantes en Formosa, en el seno de las cuales la mezcla de lenguas es interpretada como una necesidad identitaria. A nivel lingüístico, analiza la escisión estructural en el léxico verbal guaraní, que presenta morfología guaraní y un alto porcentaje de temas verbales de origen hispánico, el grado de relexificación y los cambios internos en esta variedad que permiten entenderla como un sistema diferente al español y al guaraní.

palabras clave: guaraní; Formosa; contacto; bilingüismo.

Abstract

This paper aims to contribute to the debate on mixed languages, by inquiring into the structural and sociohistorical aspects of a Guarani variety spoken in Formosa (Argentina). Based on empirical evidence obtained by the analysis of borrowings in the verbal domain it is argued that the Jopara is a mixed variety, emerging from the historical Guarani-Spanish contact in the region. Among the defining characteristics of Jopara as a mixed language, this study explores and describes the formation of Guarani speaking communities in Formosa, in which the mixture of languages is interpreted as an identity need. At the linguistic level, the structural split in the Guarani verbal lexicon is analysed, which shows Guarani morphology and a high degree of Hispanic verb stems. The degree of relexification and the internal changes in this variety allow it to be considered as a different system from Spanish and Guarani.

keywords: guarani; Formosa; contact; bilingualism.

1. Introducción

El guaraní criollo —variedad hablada por amplios sectores de la población no indígena y diferente del guaraní étnico y del guaraní clásico— es una lengua ampliamente extendida no solo en Paraguay, sino también en Bolivia, Brasil y Argentina. En la provincia de Formosa (Argentina) es hablada en la región noreste del territorio y denominada por sus hablantes como jopara (‘mezcla’).

El guaraní jopara o simplemente jopara es una variedad de contacto guaraní-español que se caracteriza entre otras cosas por la alternancia y presencia de elementos hispánicos a nivel léxico y gramatical. El debate teórico sobre la naturaleza del jopara se basa en algunos casos, en trabajos de carácter especulativo y no en el análisis de evidencias empíricas. Asimismo, hasta el momento, no hay afirmaciones concluyentes sobre el fenómeno jopara y ha sido interpretado como un caso extremo de cambio de código (Estigarribia, 2017, p. 326), como una “variedad diastrática y diasituacional del guaraní paraguayo” (Lustig, 1996, p. 21) o bien, se ha enfatizado su carácter inestable y asistemático, definiéndolo como una “técnica del habla” (Dietrich, 2010, p. 40).

Sin desconocer la continuidad lingüística entre el guaraní jopara hablado en Paraguay y la variedad de Formosa, este trabajo proporciona nuevas evidencias de los préstamos léxicos de origen hispánico en el dominio verbal guaraní, obtenidas a partir del análisis de datos primarios de una variedad escasamente explorada de la lengua guaraní hablada en Formosa (Argentina). Inserta la discusión en torno al estatus del guaraní jopara de Formosa en el marco de los estudios sobre la formación de lenguas mixtas bilingües o language intertwining. Ello supone considerar no solo los resultados del contacto a nivel de la estructura lingüística, sino también los factores sociohistóricos en las que la variedad jopara emerge en el territorio formoseño y que permiten considerarla como una lengua mixta.

La base empírica que sustenta este trabajo es un corpus de textos orales en guaraní jopara, obtenidos a partir del trabajo de campo realizado durante el período 2013-2016 en las ciudades argentinas de Formosa (departamento homónimo) y Laguna Blanca (departamento Pilcomayo) con hablantes bilingües guaraní-español. Las técnicas empleadas para la recolección de los datos fueron la observación y registro de interacciones espontáneas y la realización de entrevistas semidirigidas.

La estimación sobre el grado de bilinguismo de los hablantes se desprende de la valoración subjetiva de cada entrevistado y de la interpretación de la información proporcionada en las entrevistas: las habilidades en guaraní se manifiestan en la comprensión y producción oral, ya que todos los entrevistados son capaces de sostener interacciones en guaraní. Asimismo, dado el nivel de formación que manifiestan y la lengua de instrucción dominante en la educación formal en el contexto de enseñanza de Argentina, las habilidades en español abarcan no solo habilidades orales de comprensión y producción, sino también habilidades de comprensión y producción escrita.

Los lugares donde se realizó el trabajo de campo fueron elegidos por la relevancia demográfica del colectivo paraguayo en la región noreste de la provincia de Formosa y la ubicación estratégica de estas ciudades en puntos próximos a la frontera con Paraguay, donde se establece un intenso comercio y tránsito permanente de personas principalmente con las ciudades paraguayas de Asunción y Alberdi (véase figura 1).

Figura 1. Ubicación geográfica de las ciudades donde se realizó el trabajo de campo

El artículo se estructura de la siguiente manera: la primera sección de la que forma parte la presente introducción expone los alcances y objetivos del trabajo. En la segunda sección, se realiza un recorrido por las diferentes definiciones que se han propuesto para el fenómeno lingüístico jopara. En la sección 3, se describen algunos aspectos de orden sociohistórico relacionados con la situación de bilingüismo extendido en la región, la identidad lingüístico cultural de las comunidades guaraní hablantes en Formosa y la ausencia de una conciencia normativa. En la sección 4, se analizan y discuten los rasgos estructurales definitorios de una lengua mixta identificados en el corpus guaraní jopara. Por último, en la sección 5 se presentan las principales conclusiones y proyecciones del trabajo.

2. Aproximaciones al fenómeno jopara

El término jopara ‘mezcla, mezcolanza’ es utilizado coloquialmente para referirse a una forma particular de hablar guaraní y español. En el ámbito académico, el apelativo intenta dar cuenta de la variedad lingüística resultante del contacto histórico entre el guaraní y el español. Por lo general, la oposición entre los términos jopara y guaraní criollo se basa en el presupuesto de que la variedad jopara presenta mayor grado de influencia del español. Así lo entiende Lustig (1996, p. 19), quien sostiene “el jopara se nos presenta como una zona de interferencia de borrosos límites, difícil de captar y describir, entre el guaraní paraguayo y el español paraguayo”.

Esta definición, concibe al jopara como una realidad lingüística cuyos límites son el guaraní y el español paraguayo, categorías que no son de carácter estrictamente lingüístico, ya que al ser entendidas como extremos exentos de la influencia interlingüística, indudablemente constituyen una abstracción. Sin embargo, lo que se define como guaraní paraguayo o criollo ha manifestado la influencia del español ya desde el primer momento de contacto con la lengua de los colonizadores, diferenciándose gradualmente de las variedades étnicas. En este sentido, los comentarios metalingüísticos del jesuita Cardiel, de mediados del siglo XVIII, dan cuenta de que la “mezcla” de lenguas era una práctica común ya desde los primeros años de la colonización:

El lenguaje o jeringoza que a los principios sabían no es otra cosa que un agregado de solecismos y barbarismos de la lengua guaraní y guaraní y castellano, como se usa en toda la gobernación del Paraguay y en la jurisdicción de Corrientes. En una y otra ciudad, los más saben castellano, pero en las villas y en todas las poblaciones del campo, chacras y estancias no se habla ni se sabe por lo común, especialmente entre las mujeres [,] más que esta lengua tan corrupta (…) [por lo que] me fue necesario aprender esta tan adulterada lengua para darme a entender, porque la propia guaraní no la entendían, y menos el castellano; y así les predicaba en su desconcertado lenguaje (Cardiel, 1900 [1785], en Meliá, 2013 [1974]).

En esta primera aproximación al fenómeno jopara, realizada por un lego, aparecen ya ciertos apelativos tales como ‘corrupta’, ‘adulterada’ para definir a la mezcla lingüística tomando como parámetro la supuesta “pureza” de la lengua, representación que, bajo diferentes formas y sentidos, atraviesa gran parte de la discusión en torno al jopara.

En las discusiones en torno al guaraní jopara confluyen diferentes perspectivas de análisis y definiciones respecto a la naturaleza de esta entidad lingüística. Desde una perspectiva filológica, en un recorrido histórico que va desde mediados del siglo XVI, con la llegada de los europeos al continente americano, hasta el siglo XX, Meliá (2013 [1974], p. 81), en consonancia con lo que proponemos en este trabajo, sostiene que el jopara o guarañol constituye una tercera lengua, dentro de un continuum cuyos polos estarían representados por el español estándar y un guaraní vernáculo culturalmente identificado con grupos tribales.

En el marco de la antropología, Boidin Caravias (2006, p. 326) analiza el término jopara, como mezcla lingüística que constituye una expresión del mestizaje cultural en Paraguay. Desde una perspectiva que promueve la revalorización del mestizaje y sus rasgos de ambivalencia, ambigüedad y alternancia, la autora distingue el jopara como proceso de convergencia lingüística del guaraní jopara entendido como resultado de una mezcla. A partir de la indagación etimológica, concluye que el uso de la palabra jopara para nombrar un proceso de convergencia lingüística es muy adecuado:

Jopara describe mezclas que contraponen elementos sin que se diluyan el uno en el otro (…) Son uniones de elementos que no pierden sus identidades respectivas sino que contrastan uno relativamente a otro. Se juntan sin confusión. Los elementos no quedan idénticos (idem) pero sí identificables (ipse). (Boidin Caravias, 2006, p. 326).

Desde una perspectiva sociolingüística, Dietrich (2010, p. 49), a partir del análisis de la distribución geográfica de diferentes variantes léxicas, sostiene que el jopara no tiene un sistema lingüístico fijo, y por lo tanto no puede ser definido como una lengua en el sentido tradicional. Plantea que es un tipo de comportamiento lingüístico, un estilo de expresarse, que se caracteriza por evitar hablar exclusivamente guaraní o exclusivamente la variedad regional de español.

En esta misma línea, los trabajos desarrollados en el marco de la lingüística del contacto presentan conclusiones que en muchos casos no se sustentan en el análisis de datos naturales. Lustig (1996) y Estigarribia (2015) basan sus observaciones en una misma obra literaria y llegan a conclusiones diferentes. Lustig (1996, p.38) señala que lo que caracteriza al jopara es la falta de normatividad, que contribuye al carácter innovador y creativo de la lengua. Estigarribia analiza el fenómeno jopara desde la teoría del codeswitching y lo define, al igual que Gómez Rendón (2008a, p. 155) como un mixed lect (lecto mixto), es decir como una variedad que se caracteriza por presentar alternancias a nivel inter- e intraoracional y con un alto grado de variabilidad.

El trabajo de Kallfell (2016, p. 42-51), enmarcado en la lingüística descriptiva, desestima la posibilidad de que el jopara represente un caso de lengua mixta, ya que no presentaría el grado de relexificación ni la estabilidad de otras variedades mixtas, y lo define como:

…un ideolecto (sic), que también se puede encontrar en las capas formadas. Naturalmente, el repertorio verbal y el registro de la gente formada son mucho más diferenciados que en los incultos, que no pueden distinguir entre las diferentes variedades, y menos aún están capacitados para acceder conscientemente a ellas. Finalmente, por los citados motivos, no es posible hablar aquí de una variedad diastrática baja, sino más bien de una informal mezcla lingüística ligada a la esfera íntima. (Kallfell, 2016, p. 47).

Un aspecto contradictorio en el planteo de este autor es que mientras afirma que el jopara no es una lengua con una norma determinable —o que presenta un ilimitado número de normas, ya que los enunciados de los hablantes cambian muy fuertemente (Kallfell, 2016, p. 40)— emprende la tarea de describir la gramática del jopara, es decir que presupone que hay un sistema lingüístico cuyo funcionamiento presenta regularidades y puede ser explicitado y explicado como tal.

Zajícová (2009) introduce su discusión acerca del jopara en la perspectiva de la sociología del lenguaje, y realiza un pormenorizado recorrido sobre las diferentes acepciones y explicaciones del término jopara. En su análisis la autora desestima la posibilidad de considerar al jopara como una lengua mixta, dado que en primer lugar no presentaría el grado de relexificación de otras lenguas mixtas. Sin embargo, dada la naturaleza y los objetivos de su investigación —un estudio cuantitativo sobre los usos y actitudes hacia el guaraní y el español en Paraguay—, la autora no presenta datos lingüísticos concretos que permitan corroborar el alcance de su afirmación.

En cuanto a los factores sociales que favorecen la conformación de las lenguas mixtas, Zajícová afirma que en Paraguay no existe ningún grupo étnico ni social con el deseo de crear una lengua identificadora o secreta del grupo, rasgo característico de las lenguas mixtas. En tercer lugar, señala que para que surja una lengua pidgin, criolla o mixta, tiene que haberse perdido la conciencia de la norma de las dos lenguas y aceptarse la nueva norma ‘mezclada’. Por último, la autora diferencia entre el guaraní hablado o coloquial, es decir el sistema lingüístico con interferencias del castellano, del jopara entendido como el uso de los hablantes bilingües (Zajícová, 2009, p. 87-93).

Retomando la discusión sobre el origen y desarrollo de las lenguas mixtas, Gómez Rendón (2012) compara el chapu shimi y el jopara, dos variedades mixtas desarrolladas a partir del contacto entre el español y una lengua indígena: el kichwa ecuatoriano en el primer caso y el guaraní paraguayo en el segundo. Las diferencias en la configuración de cada variedad conducen al autor a definir al chapu shimi dentro del grupo de lenguas mixtas bilingües, dada la presencia de préstamos léxicos y estructurales, y al jopara como un sociolecto mixto de amplia variación y relativamente inestable, que se caracteriza principalmente por las alternancias de código.

Si bien el autor no profundiza en la definición de sociolecto mixto, esta categoría tomada de Backus (2003, p. 238) refiere a cualquier tipo de discurso bilingüe que constituye la forma no marcada de hablar en una determinada comunidad y que, a diferencia de las lenguas mixtas, manifiesta un menor grado de convencionalización de los fenómenos de codeswitching.

Según Gómez Rendón (2007, p. 526; 2012, p. 74), el jopara muestra un grado de polisíntesis menor que el guaraní tradicional debido a la presencia de conjunciones y a la abundancia de calcos sintácticos del español, que no permiten identificar con exactitud la lengua matriz, es decir la lengua que proporciona la estructura morfosintáctica. Uno de los ejemplos proporcionados por el autor para demostrar el menor grado de polisíntesis del jopara es (1), una construcción de carácter analítico, en la que el verbo kuaa ‘saber’ presenta dos argumentos, uno expresado a través del prefijo re(i)- ‘2 persona, singular, activa’ y el otro a través de una construcción nominal la ñe’e ‘la lengua’ en función de objeto.

(1) a-medida-que la ñe’ẽ rei-kuaa
a medida que dem hablar 2sg-saber
‘a medida que conocés la lengua’ (Gómez Rendón, 2007, p. 526)

Según el autor, si bien este tipo de construcción es gramatical en guaraní paraguayo es sintácticamente diferente a la construcción más sintética reñe’ekuaa ‘conoces la lengua’. A partir de estas y otras evidencias, define el jopara como un sociolecto mixto y no como una lengua mixta dado que no presenta una división léxico-gramática clara.

Ahora bien, la comparación entre la media lengua quechua y el jopara se realiza sobre el presupuesto de que la media lengua constituye una lengua mixta prototípica, desconociendo que justamente por las condiciones sociohistóricas que explican el surgimiento de estas variedades mixtas, sus características estructurales pueden diferir entre sí. De esta manera, además de la media lengua quechua, caracterizada por el alto grado de relexificación y la marcada división entre el léxico y la gramática, se han identificado en diferentes partes del mundo variedades mixtas que presentan otros rasgos estructurales (§ 3).

3. El guaraní jopara como variedad emergente de la inmigración y el contacto

Thomason (2001, p. 197) considera bajo la categoría de lenguas mixtas a los pidgins, los criollos y las lenguas mixtas bilingües. La diferencia entre las lenguas mixtas bilingües y los pidgins y los criollos radica, según esta autora, no tanto en sus características lingüísticas sino en las condiciones en las que surgen y fundamentalmente, los procesos de aprendizaje de la segunda lengua. De esta manera, mientras que en la conformación de los pidgin y criollos la adquisición de competencias en una segunda lengua es relevante para la comunicación, en la formación de las lenguas mixtas bilingües no lo es, ya que estas se caracterizan por surgir en situaciones de bilingüismo extendido, donde en principio, no existe la necesidad de “aprender” la otra lengua. Asimismo, frente al factor de “comunicación” que determina el surgimiento de los pidgin y criollos; la conformación de las lenguas mixtas bilingües se explica fundamentalmente por la necesidad de expresar una identidad étnica o grupal dentro de una comunidad de habla.

Una de las objeciones de Zajícová (2009) para definir al jopara como lengua mixta se sustenta en el factor identitario. De acuerdo con su planteo, en Paraguay el jopara no estaría asociado a la identidad de un grupo ni existiría tampoco el deseo de crear una lengua identificadora o secreta del grupo.

Ahora bien, esta explicación no puede hacerse extensiva a las comunidades guaraní hablantes de Formosa constituidas históricamente a partir de diferentes grupos inmigratorios. Además, la presencia de nativos paraguayos en el territorio es anterior a la constitución de Formosa como provincia, dado que hasta la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), el actual territorio provincial estuvo bajo la administración de la ciudad de Asunción (capital en un primer momento de la provincia del Paraguay y posteriormente de la República del Paraguay).

Posteriormente, y en el marco de la redefinición de los límites territoriales de la Argentina, la población del Territorio Nacional de Formosa se conformó con inmigrantes provenientes de Paraguay, originarios en su mayoría de Villa Occidental y una minoría de inmigrantes europeos. El censo de 1895 señala que la población del Territorio Nacional de Formosa estaba conformada por un 49,5% de argentinos y un 50,5% de extranjeros, en su gran mayoría paraguayos (72,4% de los extranjeros), y una minoría de origen europeo que alcanzaba el 23,9% (Memorias del Territorio Nacional de Formosa, 1979, p. 13).

Los datos demográficos no proporcionan información acerca de la/s lengua/s hablada/s por estos primeros pobladores, de origen paraguayo. No obstante, si tal como afirma Zajícová (2009, p. 54) “no es posible hablar sobre el bilingüismo como hecho social en el siglo XIX, por lo menos hasta la guerra de la Triple Alianza”, respecto a la situación lingüística del Paraguay, presumiblemente una gran parte de los migrantes paraguayos llegados a Formosa a fines del siglo XIX hayan sido monolingües en guaraní.

Este proceso inmigratorio desde Paraguay hacia el Nordeste Argentino (NEA) y específicamente hacia Formosa se mantuvo relativamente estable hasta la mitad del siglo XX. Entre los factores expulsores de migrantes paraguayos, los más relevantes son los de orden político y económico, vinculados a hechos históricos del país de origen, como la guerra del Chaco (1932-1935), la guerra Civil que se desarrolla entre los meses de marzo y agosto del 1947 y el ascenso y permanencia en el poder del General Stroessner (1954-1989) (Bruno, 2005, p. 1; Halpern, 2006, p. 68).

El mayor porcentaje de inmigración paraguaya a la Argentina se produjo entre 1947 y 1960. Hasta entonces, la migración era principalmente estacional (vinculada a la actividad agrícola). A partir de la década del sesenta este flujo migratorio tiende a fijar residencia en el país de destino; en esa década, 23,7% del total de paraguayos decidieron adoptar la nacionalidad argentina (Palau Viladeseau, 2013 [2011], p. 445).

Ahora bien, además de estos flujos inmigratorios provenientes de Paraguay, relevantes para el poblamiento histórico del territorio, es necesario reconocer la inserción de Formosa en una zona de frontera en la que se despliegan flujos migratorios transfronterizos que, por lo general, no son registrados en los relevamientos censales. En el caso de las ciudades de Formosa y Laguna Blanca, hay una fuerte vinculación fronteriza con las ciudades paraguayas de Alberdi y Asunción, con las cuales se establecen relaciones económicas (principalmente, comerciales), sociales y culturales.

En este marco, la lengua guaraní es un factor determinante de la continuidad cultural en ambos países. Palau Viladesau (1995, p. 11), en su trabajo sobre la frontera paraguayo-argentina, destaca el uso del guaraní, y específicamente de la variedad jopara, como un elemento de hibridización cultural:

Un elemento cultural de suma relevancia en el caso de la frontera paraguayo-argentina es el del uso del idioma, constituyendo —como se dijera— uno de los elementos de hibridización cultural. Por cierto, siendo el español el idioma preponderante en la Argentina y el guaraní el idioma materno y de mayor uso en los sectores populares del Paraguay, se ha encontrado que la modalidad idiomática predominante de los pobladores de la muestra es el yopará (que en la jerga popular designa a la mezcla o combinación del guaraní con el español) con el 54% del total. El 20% se comunica exclusivamente con el guaraní y el 26% restante declara que lo hace en castellano, por lo cual se deduce que las tres cuartas partes de los encuestados conocen y manejan, según las circunstancias, el guaraní.

En Paraguay, el guaraní es la lengua que identifica el “ser paraguayo” y es por lo tanto un componente de la identidad nacional que goza de cierto prestigio (Zajícová, 2009, p. 58). En el contexto nacional argentino en cambio, desde fines del siglo XIX, el castellano se erigió como elemento cohesionador de la nacionalidad y el proceso de la castellanización de amplios sectores de la sociedad —principalmente inmigrantes europeos— se realizó fundamentalmente a través de la escuela, el servicio militar y los medios de comunicación (Arnoux y Bein, 2015).

En este marco, la situación de desplazamiento territorial desde Paraguay hacia Argentina pudo haber promovido en los hablantes la necesidad de expresar una identidad diferente, a través de la mezcla lingüística que permitía retener componentes de la lengua nativa —asociada a su país de origen— y reemplazar o desplazar partes significativas del guaraní a partir de la incorporación de elementos de la lengua dominante. Este “hablar mezclado” se constituiría entonces en un acto identitario resultado de la necesidad de reinsertarse en un nuevo contexto sociocultural, donde la lengua vernácula no tuvo ni tiene el mismo estatus que en Paraguay.

Un proceso similar se advierte en la media lengua, surgida también como diacrítico de una identidad étnica aculturada en migrantes quechuas, que emigraban de manera cíclica del campo a la ciudad (Muysken, 1996, p. 376). En este contexto, según el autor, los indígenas no podían identificarse completamente ni con la cultura quechua ni con la cultura hispánica. De esta manera, la media lengua constituiría una etapa en el proceso de castellanización de las comunidades quechua hablantes. La principal diferencia entre la media lengua andina y el guaraní jopara radica en que este último no representa a un grupo étnico particular sino a sectores de la comunidad criolla, que en Formosa está constituida por descendientes en primer y segundo grado de inmigrantes paraguayos.

Un aspecto importante por considerar es el carácter diglósico atribuido a la situación lingüística de Paraguay y su mantenimiento o no en las comunidades guaraní hablantes de Formosa. La diglosia, entendida como la diferenciación funcional de dos lenguas y la consecuente compartimentalización de los usos lingüísticos, restringiría las posibilidades de mezclar las lenguas, ya que cada variedad presupone normas, valores y funciones asociados a dominios diferentes, limitando las posibilidades de alternancia en un mismo contexto. En cambio, cuando la diferenciación funcional de las lenguas se desdibuja, tal como plantea Fishman (1974, p. 132) para las situaciones de bilingüismo sin diglosia, “las lenguas y las variedades anteriormente mantenidas aparte, vienen a influenciarse mutuamente fonética, léxica, semántica, e incluso gramaticalmente más que antes”.

Según se desprende del trabajo de Rubin (1974) —basado en datos procedentes de cuestionarios y no en datos lingüísticos obtenidos a partir de la observación empírica de comportamientos de uso— la única variable claramente determinante en la elección de lenguas en Paraguay es la ubicación en la que ocurre la interacción, de modo tal que en ámbitos rurales prevalece el guaraní y en ámbitos urbanos el español. A su vez, en estos últimos, el grado de formalidad de las situaciones determina que el español sea la lengua preferida en contextos formales, y en los no formales la separación funcional de ambas lenguas parece difuminarse. Es probable que las normas que determinan la elección de lenguas según la ubicación y el grado de formalidad se desdibujen en dominios informales, habilitando por tanto el uso de una u otra lengua e incluso la mezcla entre ambas.

La vasta producción de instrumentos lingüísticos e instituciones tendientes a regular el uso del guaraní surgidas en Paraguay desde la segunda mitad del siglo XX (sustentados en una ideología purista que censura la mezcla del guaraní con el español), sumado al estatus social de la lengua (pasó de ser lengua nacional en 1967 a ser declarada lengua oficial en 1992) y su implementación como lengua de enseñanza en todos los niveles educativos, pudo haber acentuado la compartimentalización en el uso del guaraní y el español en ese país.

Por el contrario, en el territorio formoseño, la lengua guaraní —pese a su presencia histórica y a su vitalidad actual— ha sido soslayada en las políticas lingüísticas y educativas a nivel local, que entienden la diversidad cultural y lingüística de la provincia solo en relación con las comunidades indígenas (qom, pilaga, wichi y nivaĉle) y sus lenguas. A nivel nacional, la situación es similar, la Encuesta complementaria de Pueblos Indígenas (2004-2005), solo releva datos sobre las lenguas de la población de origen étnico guaraní, pero no proporciona ninguna información acerca de los hablantes del llamado guaraní paraguayo o criollo. La ausencia de datos respecto al número de hablantes en la provincia y en el país son indicadores de la invisibilización y minorización del guaraní en el contexto argentino.

En consecuencia, en Argentina y, particularmente en Formosa, no se ha generado una conciencia normativa que regule los usos del guaraní, hecho que pudo haber contribuido a atenuar la diferenciación funcional de las lenguas, principalmente en los dominios informales, y propiciar, por lo tanto, la práctica de mezclar ambas lenguas en un mismo discurso.

4. Escisión en jopara: léxico español, gramática guaraní

El fenómeno jopara ha suscitado diferentes denominaciones que intentan dar cuenta del contacto entre el guaraní y el español. De esta manera se han propuesto los términos guarañol y casteñí para referirse al jopara con una estructura morfosintáctica guaraní en el primer caso y con una morfosintaxis determinada por el español en el segundo (Gómez Rendón, 2008b, p. 210). En estrecha relación con estos, se ha planteado también la existencia de un “guaraní paraguayo” que corresponde al guaraní con préstamos integrados y un “castellano paraguayo” con préstamos integrados también (Boidin Caravias, 2006, p. 326).

Todas estas denominaciones dan cuenta de la dificultad de identificar una única lengua como el origen histórico de esta variedad. En la gran mayoría de las lenguas, gran parte de la gramática y del léxico se reconocen como “heredados” de una sola lengua predecesora. Las lenguas mixtas en cambio se caracterizan por presentar una escisión o split en su ascendencia, es decir que los componentes de su sistema lingüístico son identificados como pertenecientes a lenguas diferentes (Thomason, 1997, p. 3; 2008, p. 54), tal como sucede en el guaraní jopara.

Esta escisión estructural determina diferentes tipos de lenguas mixtas. Algunas muestran un porcentaje significativo del léxico proveniente de una lengua y la estructura gramatical de otra, como en la media lengua quechua, donde gran parte del vocabulario es de origen hispánico y la gramática quechua. Otro tipo de lengua mixta es aquella donde la bifurcación se manifiesta a nivel del léxico, con nominales de una lengua y verbos de otra; un ejemplo de esto es el michif, que presenta un sistema nominal francés y un sistema verbal proveniente del cree (Muysken, 2008, p. 211). Un tercer tipo, denominado por Bakker (2017, p. 222) como frame-roots, se caracteriza por presentar estructuras morfosintácticas de una lengua y raíces de otra, como en el portugués de Sri Lanka. Este autor menciona además otros dos tipos de lenguas mixtas, uno representado por el gurindji kriol (lengua mixta de Australia) que se caracteriza por presentar predicados formados por verbos de origen kriol (criollo basado en inglés) y coverbos —verbos seriales gramaticalizados como adposiciones (Lehmann, 2002, p. 92)— y sintagmas nominales provenientes de la lengua gurindji. A su vez, el léxico de los sintagmas nominales puede provenir de cualquiera de las dos lenguas.

De particular interés para este trabajo, es el tipo de lengua mixta, identificado por Bakker (2017, p. 223) como L-INFL Mixed Languages, que se caracteriza por presentar las raíces verbales y léxicas de una lengua y la inflexión verbal proveniente de otra lengua, de manera análoga a la incorporación de préstamos verbales del español en el guaraní jopara. Según el autor existen solo dos lenguas conocidas con estas características: el hubner Mischsprache (alemán con flexión verbal eslovena) y el mednyj aleut. En el ejemplo (2), correspondiente al mednyj aleut, las raíces verbales y los temas nominales corresponden al aleut (subrayados), mientras que la morfología flexiva verbal corresponde al ruso.

(2) taana-x̂ ni-buud-iš ukuu-tʲ
tierra-sg neg-fut-2sg ver-inf
‘tu no verás la tierra’ (Sekerina 1994: 22-25, en Bakker 2017:224)

Desde el punto de vista lingüístico, y en contraposición a lo propuesto por Gómez Rendón (2007, p. 526; 2012, p. 74), observamos a nivel del sintagma verbal una clara distinción entre el léxico y la gramática, donde temas verbales, nominales y adjetivales de origen hispánico son incorporados como verbos a partir de la afijación de morfología verbal guaraní.

En primer lugar, la estructura morfológica guaraní, de carácter aglutinante y polisintético, determina la forma de entrada de los préstamos que ingresan desprovistos de afijos flexivos que, por su carácter fusionado (manifiestan varios significados gramaticales en una unidad morfológica insegmentable), son incompatibles con el perfil tipológico del guaraní. De acuerdo con el principio de compatibilidad de sistemas propuesto por Field (2002, p. 40) para analizar de qué manera la tipología morfológica de las lenguas en situación de contacto lingüístico promueve o inhibe el préstamo; una lengua aglutinante como el guaraní no puede incorporar a su estructura afijos flexivos.

En jopara, los verbos ingresan bajo la forma de temas verbales (raíz y vocal temática), como se observa en (3). Los sustantivos (4) y adjetivos (5), por su parte, ingresan en su forma en singular, sin afijos flexivos. Una vez incorporados como préstamos, los temas verbales seleccionados ingresan al paradigma de verbos activos; los adjetivos del español son recategorizados como verbos inactivos —proceso documentado en otra lengua de la misma familia, el tapiete (Ciccone, 2015, p. 244)— y los sustantivos son recategorizados como verbos, a partir de la derivación denominal con el prefijo causativo -mbo.

Forma de origen Préstamo
(3)
[conoc- Raíz [e Vocal Temática]Tema]
nd-a-konose-i-’akue
neg-1sg.act-conocer-neg-pas
‘yo no (lo) conocí’
(4)
[corral]
a-mo-ngora
1.sg.act-caus-corral
‘acorralo’
(5)
[difícil]
i-difisil la guaraní
3.inac-dificil la guaraní
‘es difícil el guaraní’

Cuadro 1. Forma de entrada de los préstamos verbales

En cuanto a la tendencia a la polisíntesis, contrariamente al menor grado de síntesis que observa Gómez Rendón en el guaraní paraguayo (2007, p. 526), en nuestro corpus se observa la productividad de estructuras multiverbales que presentan un alto grado de síntesis. En estos casos, la palabra verbal constituye una unidad compleja, formada por morfemas léxicos y gramaticales. En (6) la posición de V1 (verbo en primera posición) es ocupada por el préstamo lee (‘leer’) que proporciona el contenido léxico y recibe marcas flexivas de persona y número. El verbo kuaa por su parte, ocupa la posición de V2 y expresa las categorías de TAM.

(6) re-lee kuaa-’akue guaraní=me
2sg.act-leer saber- pas guaraní=loc
‘sabías leer en guaraní’

La secuencia de verbos constituye una unidad morfológica, de ahí que las marcas de persona precedan a ambos verbos y las marcas temporales vayan pospuestas a toda la construcción. Por otra parte, no es posible negar individualmente los verbos que integran la construcción, y toda la estructura queda bajo el alcance de la negación, tal como se observa en (7).

(7) che nd-a-lee-kuaa-i
1sg.inac neg-1sg.act-leer-saber-neg
‘yo no sé leer’

Estas construcciones pueden ser también objeto de nominalización. Tal como se describe en 3.3, el determinante la puede nominalizar por sí solo este tipo de construcciones verbales. En (8) el verbo -mbo. ‘hablar’ complementa al préstamo verbal aprender, y todo el compuesto es nominalizado por la.

(8) iñ-importante la o-ñe’ẽ aprende
3.inac-importante det 3.act-hablar aprender
‘es importante que se aprenda a hablar’

Asimismo, este procedimiento morfológico manifiesta el antiguo orden de palabras guaraní, caracterizado por el objeto preverbal. Además, no se ha observado la transferencia de morfemas ligados del español, y la morfología flexiva y derivativa de los préstamos verbales corresponden al guaraní.

Los datos muestran que en el guaraní jopara es significativa la presencia de préstamos en el dominio verbal guaraní, razón por la cual podríamos identificar esta variedad con una lengua L-INFL Mixed Languages, ya que en todos los casos analizados los temas verbales, nominales y adjetivales del español van acompañados de la morfología flexiva guaraní.

4.1 Procesos de préstamo y relexificación en jopara

La relexificación, es decir el reemplazo de gran parte del vocabulario nativo a partir de la incorporación en gran escala de préstamos, es uno de los principales procesos implicados en la formación de una lengua mixta (Muysken, 2008, p. 214). En el caso del jopara, las evidencias que presentamos se circunscriben al dominio verbal, donde observamos un alto porcentaje de préstamos de origen hispánico. Sin embargo, hay evidencias de que la influencia léxica del español en guaraní no se limita al préstamo de verbos, y de hecho la categoría de los sustantivos es la que presenta mayores porcentajes en los préstamos (Gómez Rendón, 2012, p. 70), tal como se ha constatado en nuestro corpus, aunque su cuantificación y análisis está fuera de los objetivos del presente trabajo.

El corpus oral fue recogido en sucesivas instancias de trabajo de campo durante el período 2013-2016 en las ciudades de Formosa (departamento homónimo) y Laguna Blanca (departamento Pilcomayo), con hablantes bilingües guaraní-español, descendientes en primer y segundo grado de inmigrantes paraguayos, hecho que determina en algunos casos que la lengua materna sea el guaraní y en otros, el español. En este marco, se ha documentado 28 textos orales, de los cuales 16 constituyen textos interaccionales producidos en situaciones de entrevista. Integran el corpus otros 4 textos producidos por elicitación y una interacción de servicio (compra y venta de productos) registrados en la ciudad de Formosa (grabadas también con el consentimiento de los consultantes). También se ha registrado por escrito, a partir de la observación participante (en el ámbito familiar de la investigadora), una conversación, entre un hablante mayor. Excepto la conversación, todos los demás textos que integran el corpus fueron documentados en audio, sumando un total de 6 horas de grabación.

Este corpus, fuente primaria del análisis y considerado como una muestra representativa del jopara, está integrado por un total de 1018 entradas léxicas y morfológicas. El léxico verbal está conformado por un total de 263 tipos correspondientes a verbos, de los cuales 108 constituyen voces patrimoniales y 155 son verbos formados por ítems léxicos —temas verbales, nominales y adjetivales— incorporados como préstamos. Los préstamos verbales representan un 59% de los predicados verbales y un 15,22% respecto al total de entradas léxicas del corpus, tal como se muestra en el Cuadro 2.

Nº de ítems léxicos Porcentaje
Temas verbales guaraníes 108 41%
Temas verbales hispánicos 155 59%
Total, léxico verbal 263 100%

Cuadro 2. Forma de entrada de los préstamos verbales

Otro aspecto por considerar en la incorporación de los préstamos y su relación con los procesos de relexificación es su impacto en el inventario léxico nativo. En el corpus jopara, sobre un total de 155 préstamos verbales, 38 no presentan una expresión equivalente en guaraní, con lo cual se puede inferir que incorporan una forma y un significado que contribuye a completar posibles lagunas léxicas. Un reducido grupo de 15 préstamos están en variación en el corpus oral con palabras nativas. Por último, 102 ítems corresponden a préstamos para los cuales se propone una expresión equivalente en los diccionarios. La figura 2 muestra el porcentaje significativo de préstamos que sustituyen palabras nativas, un 66%, lo cual es un indicador, en el dominio léxico de los verbos, del incipiente desplazamiento del vocabulario patrimonial guaraní.

Figura 2. Estatus léxico de los préstamos verbales

A diferencia de quienes sostienen que el jopara no presenta el grado de relexificación característico de las lenguas mixtas (Zajícová, 2009, p. 86), es necesario reconocer que la formación de las lenguas mixtas es un proceso gradual. La relexificación se manifiesta como un continuuum cuyos polos están representados, por un lado, por el préstamo extremo, que según Bakker y Mous (1994, p. 5) nunca excede el 45% del léxico, y por otro lado, por las lenguas mixtas que, según estos autores, presentan un 90% de préstamos léxicos. La variedad jopara entonces ocuparía entonces un punto entre esos dos extremos, al igual que el chamorro y el malti (Stolz, 2003), lenguas mixtas menos prototípicas. La naturaleza escalar del proceso de préstamo léxico y su incidencia en la conformación de variedades mixtas es reconocida también por Gómez Rendón (2014, p. 5), quien observa que, en la media lengua (considerada como el prototipo de lengua mixta) el grado de relexificación no se manifiesta de manera uniforme en todas las variedades, y existe una brecha importante entre el catalangu (92%) y la media lengua de Imbabura (75%).

4.2 El jopara como variedad autónoma

El jopara ha sido caracterizado también por su alta variabilidad (Gómez Rendón, 2008a, p. 155) y la ausencia de un sistema lingüístico establecido (Dietrich, 2010, p. 49). Si bien existe una estrecha relación entre el español regional, el guaraní jopara y el guaraní criollo, hay elementos que nos indican que la variedad estudiada constituye en sí misma un sistema autónomo. En este sentido, Bakker (2003:125-128) sostiene que una evidencia de que las lenguas mixtas constituyen sistemas autónomos es que los cambios en las lenguas antecesoras no implican un cambio en la lengua mixta y, a su vez, los cambios en las lenguas mixtas pueden no manifestarse en las lenguas que la originaron.

En guaraní, como en otras lenguas de la misma familia, los sufijos nominalizadores participan tanto en los procesos de formación léxica como en la formación de cláusulas relativas (CR) y cláusulas de complemento (CC) (veáse González y Ciccone, 2010 para el tapiete; Seki, 2000, p. 179 para el kamaiura). Estos procesos convergen en el uso de la morfología, pero difieren en las formas resultantes: en el primer caso, un nuevo ítem léxico y, en el segundo, una construcción con funciones sintácticas propias de un sustantivo; de ahí la distinción entre nominalización léxica y nominalización gramatical (Shibatani, 2019, p. 21).

En jopara el sufijo guaraní -va no forma nuevos lexemas, sino más bien marca estructuras complejas, como cláusulas de complemento y relativas. En (9) el predicado iporãite ‘es muy bueno’ exige un argumento, expresado, en este caso, a través de una cláusula de complemento marcada con el nominalizador -va.

(9) i-porã-ite ko a-lee-va
3act-bien-ints det 1sg.act-leer-nom
‘es muy bueno esto que leo’

La construcción con -va puede formar una cláusula relativa (CR), es decir una subordinada que delimita la referencia del sintagma nominal especificando el papel del referente de ese sintagma en la situación descripta en la cláusula relativa. Cuando los sintagmas nominales que constituyen el antecedente de la CR están en la cláusula principal, las construcciones se denominan “externas” (Andrews, 2007, p. 206). En (10) el núcleo nominal de la CR, la rifa, aparece en la cláusula principal y la construcción relativa aparece pospuesta al nominal; de igual manera en (11) la CR especifica al núcleo nominal la mitã contenido en la cláusula matriz.

(10) nd-o-hopyty-i la rifa o-ñe-vende-va
neg-3.act-alcanzar -neg la rifa 3.act-entender -nom
‘no alcanzaba la rifa que se vendía’
(11) a. la mitã kuéra nd-o-ntende-i-va la guaraní=ko
la niño pl neg-3.act-entender-neg-nom la guaraní=ev
‘los niños que no entienden el guaraní ciertamente’
b. nd-oi-katu moã-i o-ñe’ẽ otra persona
neg-3.act-poder suponer-neg 3.act-hablar otra persona
‘supongo que no pueden hablar (con) otra persona’

En los ejemplos presentados es recurrente la concurrencia del determinante español la en construcciones nominalizadas con -va, tanto en las formas verbales patrimoniales como en los préstamos. El guaraní clásico no presentaba la categoría léxica de artículos, y según Gregores y Suárez (1967, p. 144), esta lengua ha incorporado como préstamo la forma la, utilizada como determinante singular, y la forma neutra lo como un determinante plural. Sin embargo, en el guaraní jopara de Formosa, se observan diferencias respecto a las funciones atribuidas a los artículos, la oposición la/lo no se mantiene y la única forma utilizada es la, tanto para el singular como para el plural. En el corpus, los predicados verbales formados a partir de préstamos pueden ser nominalizados solo con el nominalizador la, como se comprueba en los ejemplos (12-13).

(12) oĩla nd-o-entende-i ha ore ro-puka
3.haber det neg-3sg.act-entender -neg conj 1pl.exc 1pl.exc.act-reir
‘había quien no entendía y nosotros nos reíamos’
(13) iñ-importante la o- aprende la guaraní
3inac-ser.importante det 3act-aprender conj det guaraní
‘es importante que se aprenda el guaraní’

En este caso, el préstamo del artículo la supone un proceso de convergencia de ambas gramáticas, a nivel del sintagma nominal. Los hablantes identifican funciones formales comunes en los elementos gramaticales de ambas lenguas: en español, los determinantes —entre ellos, los artículos— tienen la capacidad de nominalizar elementos pertenecientes a diferentes categorías léxicas. En guaraní, este procedimiento se manifiesta en la morfología a través de la aplicación del sufijo derivativo -va.

A su vez, este cambio de función en guaraní del préstamo del artículo español la constituye una innovación respecto a la gramática guaraní —que no presenta una categoría de artículos y donde la nominalización se realiza a través de sufijos— y también del español, donde la nominalización léxica no participa de procesos sintácticos como la subordinación.

5. Conclusiones

El artículo presenta los resultados de una investigación cuyo objetivo fue identificar los rasgos lingüísticos y sociohistóricos del guaraní jopara en Formosa. Inserto en el marco de los estudios sobra la formación y desarrollo de las lenguas mixtas bilingües, el trabajo presenta evidencias que permiten definir el guaraní jopara como una lengua mixta, en tanto que presenta rasgos estructurales en el dominio verbal característicos de estas variedades emergentes del contacto tales como la escisión entre léxico y gramática, un significativo grado de relexificación y procesos de cambio específicos. Dado que una lengua mixta se define no sólo por sus propiedades estructurales, sino también por las condiciones sociohistóricas en las que surge, se ha abordado la conformación de esta lengua mixta en el marco más general de los procesos de mantenimiento de la lengua. El guaraní jopara se configura como expresión de una identidad grupal de inmigrantes y descendientes de paraguayos. La dinámica de desplazamiento territorial desde Paraguay hacia Formosa acentuó aún más la mezcla de un guaraní fuertemente hispanizado, con el español, en un proceso de retención de la estructura morfosintáctica de la lengua nativa —asociada a sus orígenes— y reemplazo del inventario léxico patrimonial a través de préstamos del español, lengua dominante.

El artículo presentó los resultados del análisis de estudio del guaraní en general y la discusión sobre la situación de contacto con el español a partir de datos de una variedad que hasta el momento no había sido objeto de estudio. Para tal fin, se ha analizado un corpus recogido en las ciudades de Formosa y Laguna Blanca, a partir del trabajo de campo desarrollado entre los años 2013-2016, con hablantes bilingües.

En este sentido, el análisis realizado constituye una primera aproximación no solo al estudio del guaraní jopara hablado en Formosa, sino también a la indagación del impacto del español en el dominio verbal guaraní, a partir de datos lingüísticos primarios. Como tal, más allá de las limitaciones metodológicas derivadas de la extensión del corpus o del mismo análisis de los datos, es esperable que los resultados presentados abran la posibilidad de nuevas investigaciones y discusiones sustentadas en evidencias empíricas que permitan tener una comprensión más amplia de las consecuencias del contacto en la lengua guaraní.

Abreviaturas

1 primera persona; 2 segunda persona; 3 tercera persona; act activo; caus causativo; conj conjunción; det determinante; ev evidencial; fut.neg futuro negativo; inac inactivo; ints intensificador, loc locativo; neg negación; nom nominalizador; pas pasado; pl plural; sg singular.

Notas

1 Adoptamos el glotónimo guaraní criollo (Dietrich, 2002, p. 31) o simplemente guaraní, para referirnos a lo que en la bibliografía especializada se denomina guaraní paraguayo, ya que consideramos que el apelativo “paraguayo” circunscribe una realidad lingüística a un territorio y una nación, sin dar cuenta por lo tanto de la amplia extensión geográfica de la lengua más allá de los límites territoriales del Paraguay.

2 La novela Ramona quebranto, de Margot Ayala de Michelagnoli.

3 Mi traducción, glosas del original.

4 La forma corresponde a la transcripción ortográfica al español de la voz guaraní jopara.

5 Una importante limitación metodológica reconocida por la misma autora al momento de recoger los datos tiene que ver con la ambigüedad de ciertas respuestas, que puede ser considerada un indicio de la presencia deljopara: “Una tercera dificultad era que la respuesta español/guaraní que ciertos informantes daban en algunos casos, era ambigua. Desafortunadamente no siempre indagué si por esto el informante quería decir que usaba ambos idiomas en un mismo discurso alternando del uno al otro (codeswitching) o si quería decir que diversos factores personales no especificados en el cuestionario determinaban que usara uno u otro idioma pero no ambos en una misma ocasión. Yo entendí que esta respuesta significaba una respuesta bilingüe pero no clarifiqué la ambigüedad salvo en aquellos casos donde pude obtener datos adicionales Por lo tanto, aunque sé que en el Paraguay existe codeswitching no pude identificar las variables sociales que determinaban su uso a través del cuestionario” (Rubin, 1974, p. 327).

6 En el marco de las nuevas integraciones regionales, como el MERCOSUR (Mercado Común del Sur), fue declarada en 1995 como lengua histórica de la región y lengua de trabajo en el año 2014.

7 A partir del año 2017, la Coordinación de la Modalidad Intercultural Bilingüe (dependiente del Ministerio de Educación y Cultura de Formosa) ha iniciado en el marco del Plan Provincial de Formación Docente Continua una capacitación en Lengua y Cultura Guaraní destinado a docentes bilingües guaraní - español.

8 Los verbos guaraníes presentan flexión de persona en dos paradigmas pronominales específicos, denominados activo e inactivo. Por lo general, los prefijos de la clase activa son utilizados de manera exclusiva por raíces verbales transitivas (o-gueru ‘trae’), mientras que las raíces intransitivas pueden recibir marcación activa (o-mano ‘murió’) o inactiva (ne-mandu’a ‘recuerdas’), fenómeno conocido como intransitividad escindida.

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