RASAL

LINGÜÍSTICA

Recibido: 31.10.2023 | Aceptado: 04.03.2024

DOI: https://doi.org/10.56683/rs242043

El aspecto en la determinación de las escalas de comparación

Aspect in the determination of scales of comparison

Guadalupe Herrera
Universidad Nacional de La Plata / IFLH, Universidad de Buenos Aires
https://orcid.org/0009-0009-8435-1898

José M. Oliver
Universidad Nacional de La Plata / Universidad de Buenos Aires / CONICET
https://orcid.org/0000-0001-5900-1049

Resumen

En este trabajo abordamos la incidencia del aspecto gramatical en la determinación de escalas de comparación en construcciones comparativas verbales del español. Tomando como punto de partida estudios previos sobre la semántica de estas construcciones, nos enfocamos en comparativas verbales no canónicas con eventos atélicos expresadas en pasado para el perfectivo y el imperfectivo, como en Juan corrió/corría más que María. A partir de observaciones hechas sobre lenguas como el inglés, la literatura reciente sostiene que la escala de comparación está restringida a ciertas dimensiones por la noción de monotonía. Sin embargo, en la interpretación de las construcciones del español aquí estudiadas parecen habilitarse diversas escalas de comparación, incluso algunas que escapan a dicha restricción. Por medio de un estudio de relevamiento de juicios de hablantes nativos, se confirmó que la alternancia perfectivo/imperfectivo incide en la disponibilidad de las escalas de comparación e incluso da lugar, en algunos casos, a escalas no predichas o no necesariamente monótonas.

palabras clave: comparativas verbales; escalas de comparación; aspecto gramatical; monotonía.

Abstract

In this paper, we address the effect grammatical aspect has on the determination of scales of comparison in Spanish verbal comparative constructions. On the basis of previous studies on the semantics of these constructions, we focus on non-canonical verbal comparatives with atelic events expressed in the past tense perfective and imperfective, as in Juan corrió/corría más que María. From observations made on languages such as English, recent literature argues that the scale of comparison is restricted to certain dimensions by the notion of monotonicity. However, in the interpretation of the Spanish constructions studied here, several scales of comparison seem to be available, including some that escape this restriction. By means of a survey study of native speakers’ judgments, it was confirmed that the perfective/imperfective alternation does influence the availability of scales of comparison, giving rise, in some cases, to unpredicted scales or scales which are not necessarily monotonic.

keywords: verbal comparatives; scales of comparison; grammatical aspect; monotonicity.

1. Introducción 1

Las construcciones comparativas expresan una relación de desigualdad o de igualdad entre dos magnitudes (grados o cantidades). En este trabajo estudiamos construcciones comparativas de desigualdad, que se subclasifican entre las que expresan una relación de superioridad (más) entre dos magnitudes y las que expresan una de inferioridad (menos). Las comparativas de desigualdad, a la vez, pueden clasificarse según la categoría sintáctica del constituyente que expresa la noción comparada y según la ‘forma’ del estándar de comparación. Por ‘estándar de comparación’, entendemos la expresión que conforma el llamado ‘segundo término’ o ‘coda’, y cuya interpretación es determinante en la semántica de la comparación, dado que establece la base a partir de la cual se cuantifica la magnitud expresada en el primer término.

Otro criterio para la clasificación de las comparativas las agrupa según la categoría del constituyente que en español es directamente adyacente al cuantificador (CU) más y que, junto con el CU, conforma el llamado ‘primer término de la comparación’. Así, se distingue entre las comparativas nominales, las comparativas adjetivales y las comparativas verbales que se ilustran en (1a)-(1c), respectivamente.

  • (1)
a. Las profesoras compraron más libros que nosotros. nominal
b. Las ventanas son más altas que anchas. adjetival
c. María corrió más que Juan. verbal

En (1a), el significado es equivalente a que la cantidad de libros que las profesoras compraron es mayor a la cantidad de libros que compramos nosotros y puede entenderse en general como: ‘la cantidad Q1 es mayor/supera la cantidad Q2’. El elemento cuantificado es una frase nominal o sintagma determinante, en este caso, (más) libros. En (1b), en cambio, no se compara una cantidad sino una propiedad (ser alto). En la construcción comparativa, se expresa que una propiedad P1 (ser alto) es mayor a la propiedad P2 (ser ancho). Dicho de otro modo, la medida de la altura es superior a la medida del ancho de las ventanas. Finalmente, en la comparativa verbal de (1c), no se compara la cantidad de una entidad ni una propiedad de individuo, sino la propiedad de un evento. La construcción comparativa, entonces, se interpreta de la siguiente manera: la propiedad p en el evento1 (María corrió) es mayor a la misma propiedad en el evento2 (Juan corrió).

Ahora bien, una particularidad de (1c) es que la propiedad o magnitud cuantificada en este caso puede interpretarse de maneras diversas. Una interpretación posible refiere a cantidades de eventos, llamada ‘lectura cardinal’, ‘de frecuencia’ o ‘iterativa’ y expresa el número de instancias que hay del evento de correr. Otra interpretación refiere a cantidades de distintas magnitudes, que incluyen la duración del evento de correr, la distancia corrida, o incluso la velocidad con la que se corre.

En la bibliografía, la disponibilidad de distintas escalas en las comparativas verbales se ha relacionado con la interacción entre el aspecto gramatical y el léxico, esencialmente en sentidos paralelos a lo que ocurre en las comparativas nominales respecto de la interacción del número y la cualidad de masa o contable de los nombres (Wellwood et al., 2012; Wellwood, 2015; Schwarzschild, 2002, 2006). Si bien este tema ha sido extensamente abordado para el inglés, resulta mayormente inexplorado para el español, por lo cual buscamos con este trabajo realizar un aporte especialmente a los estudios sobre la semántica de la comparación y, más indirectamente, a los estudios sobre las alternancias aspectuales y su relación con la interpretación de los eventos.

En el presente trabajo, el foco está puesto en la alternancia perfectivo / imperfectivo en la forma del verbo en las comparativas verbales del español, y el objetivo central es abordar esa alternancia en términos de la disponibilidad de distintas interpretaciones de la comparativa. En concreto, nos proponemos revisar la hipótesis que supone que la disponibilidad de distintas escalas se asocia a la interacción entre el aspecto gramatical y el léxico (Wellwood et al., 2012; Bale, 2006, 2008; Wellwood, 2015). A partir de una encuesta exploratoria a hablantes nativos, en la que se indaga acerca de las lecturas que surgen en dichas construcciones, llegamos a la conclusión de que la determinación de estas lecturas depende de factores sintácticos, como las marcas aspectuales flexivas, pero también de factores semántico-pragmáticos, como la disponibilidad de medidas ‘adecuadas’ en el contexto o incluso la conceptualización que tienen los hablantes nativos de lo que se considera una medida adecuada en instancias particulares del evento. Es decir, la interacción entre aspecto gramatical y léxico que se propone en la bibliografía para comparativas verbales (Nakanishi, 2004, 2007; Schwarzschild, 2006; Wellwood et al., 2012) no es un criterio suficiente para explicar algunas lecturas disponibles del español, y resulta necesario estudiar otros factores que podrían estar condicionando estas lecturas. A pesar de ello, sí se corrobora que la disponibilidad de lecturas varía según el aspecto gramatical y que el imperfectivo (IMP) es el que genera mayor variedad de escalas en general. En suma, el estudio aporta evidencia en favor de las teorías de la semántica de la comparación en las que la noción de monotonía, que suele evocarse para determinar qué escalas están disponibles y cuáles no, está condicionada por la disponibilidad contextual de relaciones comúnmente aceptadas por los hablantes entre las partes del evento y las medidas de esas partes.

La organización del trabajo es la siguiente. En la sección 2 se desarrolla un breve estado de la cuestión acerca de la determinación de las escalas de comparación, la noción de monotonía y los casos del español que parecen habilitar escalas no predichas en los trabajos previos. La sección 3 presenta el diseño metodológico del estudio realizado, donde se buscó conocer los juicios de los hablantes y su relación con la disponibilidad de distintas escalas. La sección 4 constituye el análisis de los resultados obtenidos. Finalmente, se presentan conclusiones y líneas futuras de investigación en la sección 5.

2. Las escalas de comparación

Uno de los interrogantes fundamentales sobre las expresiones de medida, en general, y la expresión de la comparación, en particular, gira en torno a delimitar cuáles son los elementos que determinan la interpretación de una escala y si dichos elementos son categorías funcionales o léxicas. En la mayor parte de la bibliografía sobre la determinación de las escalas de comparación se asume que la interpretación de la escala depende del predicado o ítem léxico que la introduce. Por ejemplo, predicados como medir, pesar, largo, altura en español introducen una escala en su semántica que debe ser saturada con un argumento de grado (Cresswell, 1976; Kennedy, 1999, entre muchos otros).

Por otro lado, en estudios como el de Schwarzschild (2006), se considera que la escala depende de una categoría funcional y su proyección en la sintaxis; es decir, se asume que la escala depende de un núcleo funcional de grado siempre presente en las comparativas.2 En este segundo grupo se encuentran varios autores que proponen o bien al núcleo much o bien al morfema comparativo como locus de la semántica de medida. Para el español en particular hay estudios que ubican la semántica comparativa o bien en el cuantificador más o bien en el encabezador de la coda comparativa (que o de) (por ejemplo, Mendia, 2020, en el primer caso; Brucart, 2003 o Gallego, 2014, en el segundo).

2.1. La determinación de escalas, el aspecto y la noción de monotonía

En línea con propuestas como la de Schwarzschild (2006), en Wellwood et al. (2012), se aborda el paralelismo entre las comparativas nominales y verbales del inglés, del hindi y del búlgaro con el objetivo de mostrar que, en inglés, el elemento more tiene un comportamiento uniforme en ambos tipos de construcciones, tanto en términos sintácticos como semánticos. Los autores evalúan, por un lado, las comparativas nominales en relación con las dicotomías contable/de masa y singular/plural, y, por otro lado, las comparativas verbales en relación con las dicotomías aspectuales télico/atélico del aspecto léxico y perfectivo (PFV) / imperfectivo (IMP) del aspecto gramatical. Su objetivo es mostrar que el requisito de pluralidad que impone la comparación a sus núcleos nominales (*Más estudiante que profesor participó del encuentro) funciona de manera equivalente en el dominio verbal, es decir, restringe el dominio de la función de medida al de los eventos contables y genera lecturas cardinales o no cardinales de eventos según con qué tipo de predicado se combine el cuantificador more en términos del aspecto léxico o gramatical. La etiqueta ‘contable’ para eventos debe entenderse como equivalente a ‘télico’, de modo que la agramaticalidad de oraciones como *El globo explotó más que la bomba se atribuye al hecho de que el predicado explotar denota un evento inherentemente contable.

Es decir, los autores observan que, desde el punto de vista del aspecto léxico y en línea con las generalizaciones hechas sobre el dominio nominal, la comparación de eventos singulares (marcados como PFV, corrió o progresivo, PROG, corría)3 solo será posible con sintagmas verbales (SVS) atélicos, y la escala será cardinal. Por otra parte, desde el punto de vista del aspecto gramatical, a partir de un análisis detallado de datos representativos de la interacción del aspecto gramatical (PFV vs IMP vs habitual, HAB) con predicados télicos (logros) y atélicos (actividades), concluyen que el aspecto gramatical incide en la determinación de la escala de comparación, y de modo más en general, que esta puede quedar determinada tanto por factores léxicos como por factores sintácticos (se pueden contrastar las interpretaciones disponibles en comparativas nominales como Trajeron más vino que agua y Trajeron más vinos que aguas y en comparativas verbales como Dibujaron más que yo y Dibujaban más que yo, respectivamente).4

Si bien algunas de las predicciones que señalan estos autores pueden sostenerse para los datos que se presentan en su trabajo, en español se observan datos como los siguientes, que no se explican necesariamente con el modelo propuesto.

  • (2)
a. Lucía corrió más que Ana.
b. Lucía corría más que Ana.

En (2), las escalas de comparación disponibles no están restringidas a la distancia y a la duración, como sucede en inglés con Lucía ran more than Ana, y podrían darse otras interpretaciones, como que Lucía corrió más rápido o ‘con mayor intensidad o exigencia’, es decir, en estos casos la escala resultante está disponible independientemente del aspecto gramatical, tanto en (2a) como en (2b).

Por otro lado, como anticipan Wellwood et al. (2012), la subespecificación de los morfemas aspectuales podría relacionarse con la disponibilidad de distintas escalas, por lo que en español es pertinente investigar no solo qué escalas están disponibles en (2a) por un lado y en (2b) por otro, sino también si hay diferencias o escalas de preferencia.

Esta cuestión se desprende en última instancia de un interrogante más general respecto de la expresión de medidas: qué tan incidente es la distinción entre calidad y cantidad y en qué nivel o niveles operan esas restricciones al momento de interpretar la estructura. Para las comparativas verbales, esta distinción sería relevante en la medida que se pueda probar que, por ejemplo, los predicados marcados con PFV sistemáticamente dan lugar a escalas basadas en la cantidad (lecturas cardinales, como la frecuencia) y los marcados como IMP a escalas basadas en nociones de calidad (lecturas no cardinales, como la distancia, el volumen, o la intensidad).

En suma, el análisis de las comparativas depende del modelo adoptado para estudiar la cuantificación de eventos. Una propuesta diferente a las mencionadas es la de Bosque y Masullo (1998), quienes estudian la noción de cuantificación inherente desde un enfoque lexicalista para dar cuenta, entre otros, de casos como Llené bastante el balde, en los que el cuantificador tiene alcance estrecho sobre algún elemento predicativo en lo que los autores denominan la estructura subléxica (sublexical structure) siguiendo la obra de Hale y Keyser (1993 et seq.); es decir, en la subespecificación léxica del evento. Si bien, alternativamente, podría interpretarse como una expresión de frecuencia (en la cual se tendría una pluralidad de eventos), lo relevante es que no podría recibir una interpretación de ‘intensidad’ asociada al modo de realizar el evento.

En ese sentido, las comparativas en tanto expresiones de medida, parecen habilitar todas las lecturas mencionadas, es decir, el cuantificador puede tener alcance externo sobre los operadores temporales, por ejemplo, generando lecturas de frecuencia, pero también sobre el evento, generando lecturas de ‘intensidad’ o ‘exigencia’ en (2), o incluso funcionando como un ‘cuantificador inherente’ en el sentido de Bosque y Masullo (1998), que cuantifica sobre la cantidad ‘corrida’ (en ‘unidades’ o ‘medidas’ de duración o distancia).

En última instancia, la cuestión es determinar la incidencia de la estructura del dominio cuantificado (sea un evento, una propiedad o entidades) sobre la interpretación de la medida expresada. De la misma forma en que la distinción masa/contable es relevante en la cuantificación de entidades (más oscuridad contra más café), las distinciones aspectuales y temporales (perfectivo/imperfectivo, habitual/puntual, etc.) son determinantes en las interpretaciones de las comparativas verbales que estudiamos en este trabajo.

Por otro lado, en este trabajo dejamos de lado casos como los llamados ‘logros graduales’ (degree achievements), que pueden recibir tanto lecturas télicas como atélicas dependiendo de las expresiones de medida que los acompañen.

  • (3)
a. Calenté la salsa (durante) 10 minutos.
b. Calenté la salsa en 10 minutos.

Estos predicados parecen incorporar la medida en el núcleo verbal y por lo tanto incluirían una variable con referencia ‘vaga’, o no acotada (unbound), que quedaría especificada como atélica en (3a) pero como télica en (3b), como consecuencia de la limitación introducida por el adjunto en 10 minutos.

  • (3’)
a. ?/*Calenté la salsa más que Juan.
b. *Calentaba la salsa más que Juan.

Como se ve en (3’), la aceptabilidad se degrada en las comparativas con estos predicados, posiblemente porque el mismo verbo incluye la ‘medida’ en su semántica. En términos de Bosque y Masullo (1998), y Kennedy y Levin (2008) para el inglés, el mismo predicado verbal introduce la medida con una variable de referencia no acotada, por lo cual volver a especificar su referencia con expresiones de grado/medida (como las comparativas) resulta incompatible.

En abordajes más recientes a esta problemática, Wellwood (2015) propone que las construcciones comparativas incluyen en su semántica una variable que se satura con funciones de medida que preservan la relación parte-todo del dominio medido. Formalmente, la variable μ que constituye la función de medida es homomórfica respecto del dominio medido en el sentido de Schwarzschild (2002, 2006).5

En la propuesta de Wellwood, para el inglés, la variable μ que constituye la función de medida está introducida composicionalmente por un núcleo funcional (much°) que se combina con el morfema comparativo (-er). El autor propone las denotaciones de (4) para los morfemas -er y para el núcleo funcional much.

  • (4)
⟦-er⟧A = λgλdλα.g(α) ≻ d <<v, d>,<d, <v, t>>
⟦muchμ⟧A = A(μ) <v, d>
a. A(μ) = volumen
b. A(μ) = temperatura
c. A(μ) = duración temporal

A partir de (4) resulta que en cualquier contexto y para toda asignación A, A(μ) solo admite funciones de medida que aplican a dominios estructurados de manera no trivial, es decir, dominios para los cuales la función de medida arroja valores positivos, y el mapeo es monótono en el sentido de Schwarzschild, que se recupera en (5).

  • (5)
Monotonía para funciones de medida
 
Una función de medida μ : D ≼Part ⟼ D ≤ Gr es monótona
ssi para todos x , y ∈ D ≼Part , si x ≺Part y, entonces μ(x) ≺Gr μ(y).

El hecho de que la variable μ en (5) esté restringida a valores que conformen un dominio homomórfico al dominio medido da lugar a escalas de comparación monótonas. Es decir, la escala de medida μ debe preservar la relación parte-todo de aquello medido: dadas x e y partes del dominio medido, si x es parte de y entonces la medida de x (o el grado en el que se manifiesta x) es menor a la medida de y (o el grado en el que se manifiesta y).

En estos términos, en una comparativa nominal como la de (6), la escala de temperatura no es monótona respecto de lo medido (el café), pero sí lo serían las escalas de volumen o de peso, ya que la relación de orden entre dos partes distintas de café se preserva entre los correspondientes volúmenes (por ejemplo, en cm3) o pesos (por ejemplo, en gramos).

  • (6)
Compró más café que yo. VOL, PESO, *TEMP

En (6), la comparativa supone una relación entre dos partes de café (la que él/ella compró y la que compré yo). Tal relación entre las partes tiene un correlato en una escala o dimensión, como el volumen o el peso, que serían por lo tanto escalas monótonas, ya que a partes más ‘pequeñas’ de café corresponden volúmenes pequeños y viceversa. Por el contrario, una dimensión como la temperatura no constituye una escala que preserve una relación entre dos partes de café; dicho de otro modo, la temperatura no es una escala disponible al comparar partes de café, o, en palabras de los autores antes citados, la temperatura no sería una escala monótona para un caso como (6). Debemos notar, sin embargo, que en una oración como Tu café está más caliente que el mío, la comparativa adjetival establece un contraste entre medidas de calor, por lo que la temperatura sí sería una escala monótona en este caso.

La ventaja de la propuesta de Wellwood (2015) es que al hacer depender la lectura comparativa de un núcleo funcional es posible unificar los mecanismos interpretativos para las comparativas nominales y verbales, pero también para las adjetivales. De esta manera, comparativas nominales como la de (6) suponen medidas de café que solo pueden corresponderse con escalas que respetan su mereología, mientras que casos como los de (7) suponen medidas de estados, relativos al calor (7a) y la velocidad (7b).

  • (7)
a. Al drank hotter coffee than Bill did. *VOL, TEMP
Al beber.PAS más-caliente café que Bill AUX.PAS
‘Al tomó el café más caliente que Bill.’
b. Al ran faster than Bill did. DUR, *VEL
Al correr.PAS más-rápido que Bill AUX.PAS
‘Al corrió más rápido que Bill.’

Siguiendo trabajos como el de Wellwood et al. (2012) o Bale (2006, 2008), en Wellwood (2015), la disponibilidad de distintas escalas se asocia a la interacción entre el aspecto gramatical y el léxico en sentidos paralelos a la interacción del número y la cualidad de masa o contable de los sustantivos en las comparativas nominales. Así, la variable introducida por un núcleo funcional que se combina con el morfema comparativo restringe las funciones que aplican a dominios estructurados. Esta restricción parece impedir ciertas combinaciones de aspecto léxico y gramatical, como se ilustra en (8b).

  • (8)
a. She ran more than I did. DUR , DIST, *VEL,*PL
b. ?/* She climbed Mt. Fuji more than he did.

Al volver la atención sobre el español nuevamente, observamos que la propuesta de Wellwood no permite dar cuenta de la variedad de escalas disponibles que pueden presentarse en los casos que abordamos a continuación.

2.2. Escalas disponibles en las comparativas verbales del español

Para evaluar la determinación de escalas en las comparativas verbales del español nos concentramos en casos como el de (2), reiterado en (9) debajo, y en (10).

  • (9)
a. Lucía corrió más que Ana.
b. Lucía corría más que Ana.
  • (10)
a. Estudió más que yo.
b. Estudiaba más que yo.

En contraste con (8), la determinación de las escalas (disponibles o no) para (9) y (10) resulta menos evidente que en los casos del inglés. En el caso de (9) se pueden tener interpretaciones con escalas de comparación con diversas medidas, como la duración en el caso de que Lucía corre más tiempo que Ana, o de distancia si se interpreta que hizo un trayecto más largo. Además, se pueden obtener lecturas con escalas no monótonas respecto de lo medido, como la velocidad, en donde se comparan ‘medidas’ de velocidad para Lucía por un lado y para Ana por el otro a pesar de que la velocidad no es una escala monótona en el sentido de Schwarzschild respecto de las ‘unidades’ del evento medidas (es decir, se interpreta que la velocidad a la que corre Lucía es mayor a la velocidad a la que corre Ana, sin importar qué parte del evento se considere).

Casos como el de (10) ilustran que la escala de comparación puede estar determinada por factores distintos del aspecto léxico o gramatical. En este caso, resulta relevante considerar la concepción que tienen los hablantes del evento denotado por el predicado y su conocimiento del mundo sobre ese evento. La incidencia del aspecto gramatical en la flexión en las dos instancias de (10) podría generar lecturas de escalas diferentes, como la cantidad o el volumen estudiado con la forma perfectiva en (10a) y el tiempo dedicado al estudio con la forma imperfectiva en (10b).

Al observar más detalladamente las comparativas verbales con eventos atélicos y distintas especificaciones gramaticales de aspecto en español, los contrastes con el inglés se vuelven evidentes. Como se ilustra con (11a), en inglés no hay una distinción morfológica entre aspecto perfectivo e imperfectivo en la forma verbal del pasado y la lectura de este tipo de comparativas es exclusivamente singular, es decir, la escala corresponde a la duración o distancia alcanzada en un evento singular de correr terminado en el pasado. En español, por el contrario, la flexión del pretérito está especificada como PFV (11b) o IMP (11c).

  • (11)
a. Mary ran more than John (did).
b. María corrió más que Juan.
c. María corría más que Juan.

Al menos en una evaluación preliminar e intuitiva de estos datos, parece que en casos como (11a) solo es posible interpretar la comparativa como un contraste entre distintas magnitudes relativas a un evento singular (la distancia recorrida o el tiempo que se estuvo corriendo), mientras que, en español, en (11b)-(11c) podrían habilitarse lecturas en las que se comparan cantidades de eventos de correr o incluso la velocidad a la que corre cada individuo. Sin embargo, al momento, no se han esbozado propuestas que permitan justificar por qué el español dispone de distintas escalas de comparación o, aún más importante, si la interpretación resultante se deriva composicionalmente a partir de la semántica, o en qué medida las restricciones pragmáticas determinan las ‘medidas posibles’ en cada caso.

Como ya anticipan Wellwood et al. (2012) y varios de los trabajos que ellos referencian, parece haber una relación entre la especificación de los morfemas flexivos de aspecto en comparativas verbales y la disponibilidad de distintas escalas en la interpretación. Por ejemplo, en actividades y realizaciones, como se ilustra en (12), el imperfectivo (IMP) en búlgaro da lugar a comparaciones en términos de número de eventos pero también admite lecturas comparativas respecto de escalas no cardinales como la duración, mientras que el habitual (HAB) en hindi no induce una escala basada en la duración de los eventos ‘singulares’ sobre los que se cuantifica, es decir, (13) habla de la cantidad de eventos de correr y la duración de cada uno de ellos es necesariamente más corta para María que para Juan.

  • (12)
Búlgaro (actividad-IMP)
V onezi dni Ivan igraeše poveče ot Maria.
En esos días Iván jugar.IMP.PAS más desde Maria
‘En esos días, Iván jugaba más que María.’
  • (13)
Hindi (actividad-HAB)
John Mary-se zyaadaa dauR-taa hai.
John Mary-COMP más correr.HAB ser.PRES
‘Juan corre más que María.’ (Wellwood et al., 2012, p. 222)

El hindi aparentemente admite lecturas para estas comparativas en las que lo comparado es la duración total (añadida de los eventos), lo que equivale a la lectura preferencial del PROG puro en esta lengua. Es decir, el HAB del hindi induce escalas cardinales y no de duración, distinto a lo que sucede en búlgaro y en español.

Otro problema que mencionan relacionado al hindi es que en oraciones marcadas como HAB en las que no se admiten las lecturas durativas de un evento singular, esta lectura aparece en la presencia de una cláusula encabezada por ‘cada vez’, como muestra (14).

  • (14)
.’
un dinon, jab-bhii ve ek-saath dauRte, John Mary-se
esos días cada-vez PRN.3.PL juntos correr.HAB John Mary-COMP
zyaadaa dauR-taa.
más correr.HAB
‘En esos días, cuando corrían, Juan solía correr más que María
(Wellwood et al., 2012, p. 224)

Para los autores, lo relevante de datos como (14) es que, sea cual sea el operador responsable de generar las lecturas habituales, e independientemente de su expresión morfológica, es este mismo operador el que determina la posibilidad de tener comparaciones en términos de cardinalidad, es decir, lecturas plurales.

Sin embargo, si se busca delimitar el rol de la semántica de los núcleos funcionales básicos de estas construcciones (en español más y que/de), esta generalización también debe evaluarse a la luz de los datos del español. Por último, merecen igual atención aquellos casos en los cuales los factores discursivos o relativos al contexto (o circunstancias de evaluación) tienen mayor peso en la determinación de la escala.

Al considerar propuestas como las que se recuperaron en esta sección, se hace evidente que, desde el punto de vista teórico, los planteos que puedan hacerse respecto de determinación de la escala dependen necesariamente de la concepción del léxico que se adopte, ya que esta habilitará el empleo de distintos modelos de semántica para las comparativas y las expresiones de grado/medida con las que se trabaje.

Dadas las observaciones anteriores, la hipótesis que articula este trabajo es que la determinación de escalas de comparación en comparativas verbales del español depende de factores sintácticos, como las marcas aspectuales flexivas, pero también de factores semántico-pragmáticos, como la disponibilidad de medidas en el contexto. Con el objetivo de indagar en la incidencia de estos factores, realizamos un estudio con hablantes nativos del español a fin de conocer de qué manera varían las escalas de comparación en estos casos.

3. Metodología

Se complementó el abordaje de los casos relevados en la bibliografía con un estudio exploratorio de percepción que permitiera recabar datos acerca de los juicios de los hablantes. Para ello, se implementó una encuesta de opción múltiple en la que se solicitó a los informantes que eligieran las opciones que más se ajustaban a su interpretación de una oración con una construcción comparativa verbal. Participaron del estudio 19 informantes en total, todos ellos hablantes nativos de la variedad rioplatense (rango etario de entre 20 y 50 años de edad), escolarizados, estudiantes universitarios o graduados. Fueron contactados por medio de correo electrónico y quienes aceptaron luego recibieron los detalles de la encuesta, que se implementó por medio de un formulario en línea sin tiempo de resolución.

En total, se diseñaron 27 oraciones para el estudio, dentro de las cuales 12 representaban distractores que contenían fenómenos superficialmente similares a las construcciones comparativas verbales. Las 15 oraciones que incluyen el fenómeno a evaluar ilustran comparativas verbales con eventos atélicos expresados en verbos en pasado, con morfología flexiva perfectiva e imperfectiva en cada caso, de modo que los casos alternan entre la forma verbal en pretérito perfecto simple y en pretérito imperfecto. Se relevaron 18 juicios de hablantes adultos de español rioplatense, quienes recibieron la encuesta de opción múltiple, donde se les pidió que indicaran la opción que más se ajusta al juicio, o agreguen los comentarios necesarios.

Para el diseño de las oraciones utilizadas en la encuesta, se consideraron predicados atélicos en el sentido clásico (Vendler, 1957), es decir, se eligieron verbos que denotan eventos en principio no delimitados que refieren a actividades, acciones o eventos de emisión. En el caso de las actividades, se eligieron, por un lado, verbos de movimiento con distintas especificaciones de manera, como correr, caminar y marchar, y por otro lado, verbos de acción que en algunos casos se pueden interpretar con objeto cognado como estudiar, cocinar o dudar. Se incluyó además un par de ejemplos con el verbo de emisión gritar y dos pares de ejemplos con el verbo participar, en los cuales, además de variar la especificación aspectual, se alternó entre sujetos definidos específicos (las profesoras, los estudiantes) e inespecíficos (profesoras, estudiantes). Cabe aclarar que, dado que se trata de un estudio exploratorio y, con el objetivo de no extender demasiado el tiempo de participación de la encuesta, no se incluyeron otros tipos de predicados de interés cuyo abordaje queda pendiente para estudios futuros, como los estados o las realizaciones que integran un componente de actividad y que pueden aparecer con objetos cognados cuando refieren a acciones habituales (María pinta).

A continuación, ilustramos algunos casos incluidos en el diseño de la encuesta.

  • (15)
Casos considerados en la encuesta
a. Oraciones con verbos inergativos de movimiento y alternancia PFV/IMP
Martín corría más que Juan.
Lucía corrió más que Ana.
 
b. Oraciones con verbos de acción y alternancia PFV/IMP
Lucía cocinaba más que yo.
Martín cocinó más que Juan.
José estudiaba más que Martín.
Martín estudió más que Juan.
 
c. Oraciones con verbos de emisión y alternancia PFV/IMP
Julia gritó más que Ana.
Julia gritaba más que Ana.
 
d. Oraciones con verbos psicológicos y alternancia PFV/IMP
Martín dudaba más que Julia.
Ana dudó más que Juan.
 
e. Oraciones con otros verbos de actividad y alternancia PFV/IMP
Participaban más las profesoras que las traductoras.
Participaron más las profesoras que las traductoras.

La selección de los verbos se llevó adelante teniendo en cuenta las variaciones de rasgos de significado que podrían tener alguna incidencia en lecturas cuantitativas o cualitativas del evento. En el caso de los verbos de movimiento, se eligió una tríada de verbos (correr, caminar, marchar) que varían en el rasgo de manera en la que se mueve. Este rasgo de significado no se tiene en cuenta en la bibliografía consultada de manera sistemática, por lo cual consideramos que puede echar luz sobre las determinaciones pragmáticas o relativas al conocimiento del mundo y la posibilidad de tener distintas escalas.

En lo que respecta a los verbos de acción, además del criterio anterior, se tuvo en cuenta la posibilidad que tienen estos verbos de variar entre lecturas delimitadas, como verbos de transitividad cognada con objetos hipónimos (cocinar algo, estudiar algo) y lecturas no delimitadas (el proceso o la actividad de cocinar o estudiar en sí). En estos casos, se predijo que podrían habilitarse tanto lecturas singulares (en las que lo comparado son cantidades de lo cocinado o estudiado por dos individuos o la duración de dos instancias distintas de cocinar o estudiar) como también lecturas plurales, en las que se comparan las cantidades de instancias de cocinar para dos individuos.

Por último, en el caso de participar con variantes en el rasgo de especificidad del sujeto, se tuvo en cuenta la sensibilidad de las construcciones comparativas a los rasgos de número, de definitud y de especificidad, como se ilustra en (16) y (17).

  • (16)
a. Frase correcta
b. Compró más libros que María.
c. *Compró más los libros que María.
  • (17)
a. Asistieron más profesoras que estudiantes.
b. Asistieron más las profesoras que las estudiantes.
c. *Asistió más profesora que estudiante.

En (16), la comparativa solo es interpretable si el objeto cuantificado por más es plural e inespecífico; en (17), se ilustra el mismo requisito de pluralidad6 y se ve que, si bien es posible tener sujetos específicos, como en (17b), la lectura no es comparativa, sino ‘correctiva’, es decir, la cuantificación introducida por más…que afecta la polaridad de la oración y la interpretación resulta equivalente a ‘No diría que asistieron las estudiantes sino más bien diría que asistieron las profesoras’.7

  • (18)
Oraciones con actividad marcadas para el aspecto y especificidad del sujeto
a. Marcadas en IMP
Participaban más las profesoras que las traductoras. sujeto [+ESPECÍFICO]
Participaban más estudiantes que profesores. sujeto [-ESPECÍFICO]
 
b. Marcadas en PFV
Participaron más las profesoras que las traductoras. sujeto [+ESPECÍFICO]
Participaron más estudiantes que profesores. sujeto [-ESPECÍFICO]

En este sentido, se predijo que las comparativas con participar como las de (18) y un sujeto marcado como específico tendrían una interpretación más bien externa (plural, de frecuencia) del evento, es decir, se compararían distintas instancias de participación, mientras que en el caso de sujetos marcados como específicos, la lectura favorecida sería la de una comparación entre cantidades de individuos asociados a un mismo evento o instancia de participación.

En lo que respecta a los distractores, se incluyeron oraciones declarativas con duplicación de clítico objeto, acusativo y dativo, y un adjunto de cantidad bastante.

  • (19)Distractores
    A Martín lo vi sonriendo bastante.
    La vi sonriendo bastante a Lucía.

    Se la vio sonriendo bastante a Julia.
    A José se lo vio sonriendo bastante.

La elección de oraciones como las incluidas en (19) se basó en presentarles a los informantes distintas oraciones con niveles similares de complejidad estructural y contenido semántico que las oraciones evaluadas. Es decir, se eligieron distractores que incluyeran al menos una actividad y una expresión cuantitativa.

En la siguiente sección, se presentan los resultados de la encuesta y un análisis de las tendencias observadas en la elección de escalas de comparación para la interpretación de las oraciones evaluadas.

4. Resultados y análisis

Los resultados obtenidos confirman la hipótesis de partida en el diseño del estudio: los juicios relevados muestran una tendencia de los hablantes a diferenciar las interpretaciones en las construcciones comparativas con predicados atélicos marcados para el aspecto gramatical PFV e IMP. Es decir, las escalas habilitadas para la lectura comparativa no se encuentran siempre disponibles con la misma frecuencia en los juicios recabados, sino que se muestran preferencias por distintas escalas según el predicado esté marcado en PFV o en IMP.

En general, las escalas elegidas para verbos marcados en PFV son las de distancia, duración y exigencia. Es decir, en todos los casos la lectura es singular: se interpreta una comparación entre magnitudes relacionadas con propiedades internas de un solo evento. La escala más elegida es la de distancia, seguida por la escala de duración. La escala de exigencia, entendida como la intensidad o el esfuerzo involucrado en la acción, expresa una comparación entre el grado de exigencia de dos individuos en un mismo evento de correr, fue elegida en porcentajes mínimos en estos casos.8

Para las oraciones con IMP, las escalas elegidas son múltiples y refieren a aspectos tanto internos como externos del evento, en particular, las escalas de distancia, duración, exigencia y velocidad. Para las lecturas singulares que refieren a aspectos internos, las escalas más elegidas son las de distancia y la de exigencia.9

En las formas marcadas en PFV, se encuentran consistentemente juicios donde la comparación se asocia a la estructuración interna del evento. Así, en oraciones con corrió, las escalas de duración y distancia son las más elegidas, la escala de exigencia es solo marginalmente elegida en un 5% de las respuestas. Además, un 94% de los encuestados eligió la escala de distancia, contra un 33% que eligió la de duración, es decir, la escala más elegida para actividades con verbo de movimiento y marca de PFV es la más interna al evento, esto es, la que cuantifica la distancia recorrida en un evento (singular) de correr. En general, los casos que incluyen verbos con marca de IMP habilitan mayor variedad de escalas: en el caso de corría, se eligieron las escalas de distancia, duración, velocidad y exigencia (del individuo al correr), siendo las escalas de distancia y exigencia las más elegidas en un 66% y un 61% de los casos, respectivamente. Las escalas de duración y de velocidad, en cambio, fueron elegidas en un 16% y 5%, respectivamente. Se ilustran estos resultados en la Figura 1.

Figura 1. Escalas elegidas para corría (IMP) y corrió (PFV).

Figura 1. Escalas elegidas para corría (IMP) y corrió (PFV).

En el mismo sentido, en el caso de verbos de acción que pueden tener objeto cognado, como cocinar, la escala más elegida para la forma PFV (en un 94% de los casos) es la de cantidad, es decir, la cuantificación de magnitudes se realiza sobre el objeto (lo cocinado) y no sobre propiedades más ‘externas’ como la cantidad de instancias de cocinar o la velocidad con la que se cocina. La escala de velocidad o rapidez y la de calidad, sin embargo, aparecen como elecciones posibles en un 11% de los casos. Se ilustran las escalas elegidas para el par cocinaba/cocinó en la Figura 2.

Figura 2. Escalas elegidas para cocinaba (IMP) y cocinó (PFV).

Figura 2. Escalas elegidas para cocinaba (IMP) y cocinó (PFV).

Para la variante en IMP, se eligieron (y propusieron) las escalas de frecuencia, cantidad, calidad, velocidad y duración. Las más elegidas (en un 66% de los casos) fueron las dos primeras, y le siguen las demás con porcentajes de 40% para calidad y velocidad, y de 22% para la duración. Es decir, se habilitaron escalas que refieren a propiedades tanto internas (cantidad, calidad, duración) como externas del evento (frecuencia y velocidad) aunque se privilegiaron la lectura plural de eventos (es decir, la que cuantifica la cantidad de instancias de cocinar para dos individuos distintos) y la lectura en la que se compara la cantidad cocinada por un individuo con la cantidad cocinada por otro.

En el caso de estudiar (Figura 3), es interesante que solo se habilitan dos escalas que refieren a propiedades internas al evento: la duración y la cantidad (estudiada). Tanto para la versión en PFV como para la versión en IMP, la escala de cantidad predomina sobre la de duración aunque, en el primer caso, la diferencia es mayor: la escala de cantidad se eligió en un 90% de los casos y la de duración en un 61% de los casos. En el caso de IMP, la escala de cantidad se eligió en un 83% de los casos y la de duración en un 72% de los casos.

Figura 3. Escalas elegidas para estudiaba (IMP) y estudió (PFV).

Figura 3. Escalas elegidas para estudiaba (IMP) y estudió (PFV).

En lo que respecta a los agrupamientos de los distintos verbos basados en variaciones de manera o tipo de actividad considerada, se consideran, en primer lugar, los verbos de movimiento con IMP, por un lado, y con PFV por el otro, que se ilustran en la Figura 4.

Figura 4. Escalas elegidas para corría, caminaba y marchaba (IMP).

Figura 4. Escalas elegidas para corría, caminaba y marchaba (IMP).

Para las oraciones con marcas de IMP, se observó que solo correr y caminar producen lecturas en las que se comparan distancias recorridas por dos individuos en una instancia del evento (lectura singular) y solo marchar genera lecturas habituales en las que se comparan una pluralidad de eventos de correr con otra (lectura cardinal o plural). En el caso de la escala de duración, esta fue la más elegida para caminar (>60% de los casos) y para marchar (>40% casos) pero no para correr (<20% casos), para el cual las escalas más elegidas fueron la de distancia (interna, >60% casos) y la de exigencia (externa, aproximadamente, 60% casos). Las escalas de exigencia y de duración son las únicas que están disponibles en las interpretaciones de comparativas con los tres verbos. La exigencia fue elegida en el 60% de casos para correr, en el 50% para caminar y en el 30% de casos para marchar. La duración en cambio fue elegida en aproximadamente un 60% de casos para caminar, en más de un 40% de casos en marchar y, de forma mucho más minoritaria, para correr, en un 15% de casos.

En el caso de las versiones de esos verbos de movimiento con marcas de PFV (Figura 5), se eligieron solo las escalas de distancia, duración, exigencia y velocidad, que es la única que aparece solo en oraciones con dos de los tres verbos (caminar y marchar).

Figura 5. Escalas elegidas para corrió, caminó y marchó (PFV).

Figura 5. Escalas elegidas para corrió, caminó y marchó (PFV).

Las escalas de distancia, duración y exigencia son comunes para las oraciones con los tres verbos, aunque los patrones de preferencia están claramente diferenciados. En el caso de la escala de distancia, esta fue elegida en aproximadamente un 90% de los casos con el verbo correr, pero en menos del 30% de los casos para caminar y en menos de un 10% de los casos para marchar. La escala de duración, la segunda más elegida en estos casos, fue la preferida para caminar en más de un 80% de casos, seguida por marchar con más del 75% de casos, y fue la menos elegida para correr, en aproximadamente un 35% de los casos. En lo que respecta a las escalas externas al evento, la de exigencia fue mayoritariamente elegida para marchar (aproximadamente 35% casos), y minoritariamente para caminar y correr, donde fue elegida en alrededor del 10% y el 5% de los casos, respectivamente.

En cuanto a los verbos de acción con posibilidad de interpretaciones con objeto cognado, las escalas elegidas en general son, para las lecturas singulares, las de distancia, cantidad, duración, velocidad, calidad o intensidad, y para lecturas plurales de eventos, la de frecuencia. La variación en las escalas elegidas para casos con IMP contra casos con PFV se ve a continuación en las Figuras 6 y 7.

Figura 6. Escalas elegidas para cocinaba, estudiaba, dudaba y gritaba (IMP).

Figura 6. Escalas elegidas para cocinaba, estudiaba, dudaba y gritaba (IMP).

Figura 7. Escalas elegidas para cocinó, estudió, dudó y gritó (PFV).

Figura 7. Escalas elegidas para cocinó, estudió, dudó y gritó (PFV).

Si bien están disponibles las mismas escalas para las dos especificaciones aspectuales, se ve, por un lado, que la lectura plural de eventos aparece mayormente en las formas de IMP y solo con el verbo dudar en los casos con marcado de PFV. Entre las escalas de lecturas singulares del evento, la lectura que cuantifica sobre el objeto cognado aparece de manera mayoritaria en las versiones con PFV, pero también en todos los verbos con marcado IMP: al menos en el 50% de los casos para estudiar, y entre el 50 y el 80% de los casos con PFV. En todos los casos, la escala de velocidad aparece exclusivamente con el verbo cocinar, y en más del doble de casos con IMP contra los casos con PFV. La elección de la escala de duración varía considerablemente entre verbos distintos, pero también según se trate de formas IMP o PFV. En el caso de cocinar, la escala de duración aparece de manera minoritaria (<5% de casos), solo en la forma con IMP, mientras que con el verbo estudiar, no hay gran variación entre formas con IMP contra las de PFV (72% y 61% respectivamente). Los datos con los verbos dudar y gritar presentan la mayor variación para la escala de duración con formas de IMP y de PFV. Para oraciones con dudar, se eligió solo en un 11% de casos con IMP pero en un 61% de casos con PFV, mientras que para oraciones con gritar, no hay variación entre formas con IMP y con PFV, para las cuales la escala de duración fue elegida en el 22% de los casos.

Por último, en lo que respecta a las oraciones con el verbo participar y alternancias del rasgo de especificidad en el sujeto, las figuras 8 y 9 a continuación muestran los porcentajes de elección de las escalas para las oraciones con los dos tipos de sujeto. Los datos correspondientes a las formas con IMP se muestran en azul y las formas con PFV en rojo.

Figura 8. Escalas elegidas para participaban (IMP) y participaron (PFV) con sujetos específicos.

Figura 8. Escalas elegidas para participaban (IMP) y participaron (PFV) con sujetos específicos

Figura 9. Escalas elegidas para participaban (IMP) y participaron (PFV) con sujetos inespecíficos.

Figura 9. Escalas elegidas para participaban (IMP) y participaron (PFV) con sujetos inespecíficos.

Un contraste muy evidente se observa en la disponibilidad general de lecturas que cuantifican cantidades asociadas a la denotación del sujeto (participantes). En este caso, los ejemplos con sujeto inespecífico son los que habilitan esta escala mayoritariamente, en contraste con las oraciones con sujeto específico, para las cuales esta es la escala menos elegida. Para la alternancia aspectual también se observa una diferencia local, ya que esta lectura se obtuvo más con formas en PFV en el caso de sujetos inespecíficos, pero mayoritariamente con IMP cuando el sujeto es específico. Para la escala de duración, se registraron porcentajes equivalentes para formas IMP y PFV en el caso de sujetos específicos, mientras que en las oraciones con sujetos inespecíficos, solo surgió esta lectura para formas con IMP y de manera minoritaria (25% de casos). Por último, la lectura plural de eventos en la que se comparan cantidades de instancias de eventos de participar fue la más elegida con oraciones con sujeto específico, en más del 75% de los casos para formas IMP y PFV, mientras que en las oraciones con sujetos inespecíficos, esta escala fue elegida en menos de la mitad de los casos (<50%). Para los dos tipos de oraciones, sin embargo, se eligió esta escala con las formas IMP más que con las formas PFV.

Es decir, en general, el sujeto específico en comparativas con participar favorece lecturas plurales de eventos y en segundo lugar, lecturas con la escala de duración para eventos singulares. La presencia del sujeto inespecífico, en cambio, se asocia más a lecturas singulares del evento en las que se cuantifica en particular la denotación del sujeto.

En suma, encontramos que, en línea con lo anticipado respecto de las especificaciones aspectuales de los verbos del español, las formas con IMP parecen habilitar más variedad de escalas en general, aunque la elección de la escala está claramente sujeta a otros factores.

Por un lado, la tipología de los verbos parece ser uno de ellos, como se observó en las escalas elegidas en oraciones con verbos de movimiento en contraste con las elegidas en oraciones con verbos con objeto cognado. En el primer caso, las especificaciones de manera se correlacionan con las escalas elegidas; en el segundo, a las posibles especificaciones de manera se agrega la delimitación introducida por el objeto cognado.

Por otro lado, las restricciones introducidas por la sintaxis que se observaron en relación con los rasgos de número, definitud y especificidad del sujeto de verbos inergativos como participar también son determinantes en la elección de escalas en tanto que los sujetos específicos privilegian interpretaciones verbales de la comparativa, en la que se comparan cantidades de participaciones (instancias de participar) de un grupo de individuos con cantidades de participaciones de otro grupo. Los sujetos inespecíficos, en cambio, parecen favorecer interpretaciones nominales de las comparativas, en las que se contrastan cantidades de individuos (participantes) para un único evento.10

Con todo, el estudio realizado para el español provee evidencia en favor de las teorías de la semántica de la comparación en las que la monotonía está condicionada por la disponibilidad contextual de relaciones comúnmente aceptadas entre los hablantes entre las partes del evento y las medidas de esas partes (Schwarzschild, 2006, Wellwood, 2015). En este sentido, la variación observada por ejemplo entre el inglés y el español en las posibles escalas interpretables en comparativas verbales en pasado podría explicarse en términos de las propiedades sintácticas y denotativas del verbo en sí (run vs. correr), pero sin desatender las condiciones contextuales, es decir, considerando aquello que los hablantes de las distintas comunidades lingüísticas entienden o aceptan como eventos de run y eventos de correr, respectivamente. Creemos que, si bien no es posible determinar el grado incidencia de los factores discursivos o relativos al contexto para los datos evaluados, el hecho de que haya una variedad de escalas disponibles para distintas medidas en cada caso es significativo en sí, ya que prueba que efectivamente hay otros factores en juego más allá de las especificaciones léxicas y morfosintácticas.

Es asimismo necesario considerar otras cuestiones que podrían incidir en las diferencias observadas entre el inglés y el español:

En la siguiente sección, se recuperan los hallazgos presentados, se concluye el trabajo y se presentan las cuestiones que abren futuras líneas de trabajo.

5. Conclusiones

En este trabajo, hemos explorado las escalas de medida que se generan en la interpretación de comparativas verbales del español, poniendo el foco en particular en la alternancia de aspecto gramatical perfectivo e imperfectivo en la morfología verbal. A partir de la observación inicial planteada en la bibliografía que establece la relación entre (sub)especificación de morfemas aspectuales en las lenguas y las escalas de comparación interpretables, el objetivo central del trabajo ha sido mostrar que esta alternancia efectivamente condiciona las distintas interpretaciones en las comparativas verbales del español, y proponer que en esta lengua la monotonía (planteada como la restricción fundamental de la semántica comparativa) no es condición suficiente para explicar la aparición de escalas no monótonas en este sentido.

A partir del estudio realizado, hemos comprobado que los hablantes obtienen lecturas en las comparativas verbales con predicados atélicos basadas en distintas escalas de comparación. Los resultados confirman una tendencia a diferenciar las interpretaciones según la construcción esté marcada con aspecto gramatical PFV o IMP. La variación entre estas interpretaciones no es azarosa y se exhiben tendencias en las preferencias por distintas escalas. La mayor variación se da especialmente cuando el aspecto gramatical es imperfectivo. Para el perfectivo, los juicios muestran que se prefieren las lecturas singulares (es decir, no se comparan cantidades de eventos, sino propiedades internas a eventos singulares). Esto, sin embargo, no excluye completamente las escalas no monótonas, como la velocidad, para actividades como caminar, marchar o incluso cocinar. Para las formas de imperfectivo se tienen tanto lecturas singulares como lecturas plurales de eventos. Las lecturas singulares de eventos también incluyen escalas no monótonas respecto del dominio cuantificado (por ejemplo, la exigencia o velocidad para los verbos de movimiento).

Otro de los factores que han mostrado ser determinantes en la preferencia por distintas escalas es la tipología verbal. En el grupo de verbos seleccionados para el estudio, se observó que, para los verbos de movimiento trabajados, las especificaciones de manera se correlacionan con las escalas elegidas, en tanto correr evoca la escala de distancia en proporciones mucho mayores que marchar o caminar, que, por su parte, evocan mayormente escalas de duración. Con los verbos de transitividad cognada, se agrega como otro factor condicionante de la escala la delimitación introducida por el objeto cognado, que genera alternancias entre comparativas verbales, en las que se comparan propiedades de dos eventos (como su duración), y nominales, en las que se comparan cantidades correspondientes al objeto cognado (comida en ejemplos con cocinar, o temas, unidades en ejemplos con estudiar).

Se observó, por otro lado, que los rasgos de número, definitud y especificidad del sujeto condicionan las preferencias por distintas escalas en comparativas con el verbo participar. En estos casos, la presencia de sujetos específicos parece correlacionarse con interpretaciones verbales de la comparativa, donde se comparan instancias del evento de participar. Por el contrario, la presencia de sujetos inespecíficos resulta más bien en interpretaciones nominales de las comparativas, en las que se contrastan cantidades de participantes para una misma instancia de participación.

La conclusión del análisis realizado confirma la necesidad de adoptar modelos y teorías semánticas de la medición y la comparación que precisen las condiciones contextuales que determinan las escalas posibles. En lo que respecta a la hipótesis que articuló el trabajo, creemos que, si bien la incidencia de las especificaciones aspectuales quedó comprobada, la dependencia de la interpretación a factores pragmáticos merece un estudio más profundo, ya que los resultados obtenidos no son conclusivos.

A partir de las observaciones hechas respecto de las restricciones estructurales impuestas por la estructura argumental de los verbos, además, se dejó en evidencia la importancia de articular las descripciones sintácticas de estas estructuras con la determinación de las funciones de medida a través de la composición del significado en la semántica, sin hacer a un lado las posibles determinaciones pragmáticas.

Entre las varias cuestiones pendientes y las líneas de trabajo que se desprenden de los hallazgos, es pertinente mencionar en primer lugar la necesidad de ampliar este estudio con datos de un número mayor de informantes con el fin de corroborar las tendencias halladas. Hemos visto, además, que resulta necesario considerar una serie de aspectos en el diseño de las oraciones o predicados a estudiar, ya que la interacción entre el aspecto gramatical y el aspecto léxico y la noción de monotonía no parecen ser los únicos factores que entran en juego en la determinación de una escala.

En este sentido, se debe indagar con más detalle en restricciones relativas a cuestiones léxico-semánticas de los predicados, como la tipología verbal, las especificaciones de manera y la (a)telicidad. En particular, deberán considerarse otros tipos de verbos, sobre todo verbos composicionalmente télicos (realizaciones) e inherentemente télicos (semelfactivos), para evaluar qué escalas están disponibles en distintos tiempos y con distintas especificaciones aspectuales en cada caso.

Asimismo, la distinción de especificidad en sujetos de predicados como participar (inergativos agentivos) también debe estudiarse en detalle, ya que, como se observó en los resultados, la interpretación comparativa no surge y, si lo hace, es ‘externa’ al evento y sus participantes (p.e., frecuencia).

En cuanto a los factores pragmáticos, se debe ahondar en las cuestiones relativas a la conceptualización de los eventos y el conocimiento del mundo, sobre todo con vistas a realizar aportes a los estudios tipológicos de la temporalidad, por un lado, y la expresión de la medida, por el otro. La profundización en esta cuestión requerirá un estudio similar al que presentamos aquí en el que se testeen los juicios de hablantes (idealmente de distintas variedades del español) y se evalúen las escalas elegidas en términos de la especificaciones léxico-semánticas de los predicados cuantificados y se hagan consideraciones respecto de la estructura informativa, el contexto de evaluación de las condiciones de verdad.

Finalmente, si bien aquí nos hemos concentrado en el contraste PFV / IMP, es necesario indagar en la incidencia de otros marcadores aspectuales en la determinación de las escalas de comparación, como por ejemplo las perífrasis aspectuales que marcan habitualidad (soler + infinitivo), formas perifrásticas progresivas (estar + gerundio) y resultativas (terminar + gerundio, quedar + gerundio).

Abreviaturas

3 tercera persona; AUX auxiliar; COMP partícula comparativa; CU cuantificador; DIST distancia; DUR duración; HAB habitual; IMP imperfectivo; PAS pasado; PFV perfectivo; PL plural; PRES presente; PRN pronombre; SV sintagma verbal; TEMP temperatura; VEL velocidad; VOL volumen.

Notas

  1. Este trabajo se realizó en el marco del Proyecto de investigación FiloCyT FC22-009 "Fenómenos de tiempo y aspecto en la gramática del español", dirigido por el Dr. Fernando Carranza y la Dra. Romina Trebisacce y fue presentado en una versión preliminar en el simposio "Legados y proyecciones de los estudios de la temporalidad en español" durante las Jornadas “Legados, vigencia, proyecciones” en celebración por el Centenario del Instituto de Filología y Literaturas Hispánicas “Dr. Amado Alonso” (2023). Agradecemos a los Dres. Carranza y Trebisacce y a los asistentes del simposio, cuyos comentarios y sugerencias han sido fundamentales para revisar el trabajo y llegar a esta versión final.
  2. Esta propuesta se distingue de otras anteriores como las de Hoeksema (1983), o Bale (2006). En estas últimas, la semántica de grado está introducida por el predicado graduable correspondiente, por ejemplo un adjetivo como alta, o un verbo como medir.
  3. Ferreira (2005) y van Geenhoven (2005) proponen que el perfectivo y el progresivo denotan eventos singulares, y que los imperfectivos-habituales denotan una pluralidad de eventos.
  4. Como los mismos autores aclaran, sobre todo en el ámbito nominal, esta generalización es problemática en principio si se tienen en cuenta propuestas como la de Borer (2005), en las que todos los sustantivos son (léxicamente) de masa y se ‘vuelven’ contables solo en la medida que se combinen (sintácticamente) con el morfema -s plural. De todas maneras, aunque la distinción relevante se derive gramaticalmente, es la misma presencia del plural la que permite cumplir el requisito de definitud del more ‘nominal’ (moreN).
  5. “Una dimensión es monótona sobre una relación parte-todo si la ‘medida’ en la que algo tiene esa dimensión es necesariamente mayor que la medida en la que sus partes propias la tienen” (Schwarzschild, 2006, p. 107, la traducción es propia).
  6. La definición y funcionamiento de esta condición de pluralidad de distintas expresiones cuantitativas y de medida es objeto de debate en la bibliografía. En Hackl (2000), por ejemplo, se formaliza la condición de pluralidad para comparativas nominales el inglés como un requisito de definitud sobre el argumento de grado de la función de medida, que solo puede operar sobre conjuntos de individuos, es decir, ‘pluralidades’ en el sentido de Link (1983) (retículos, lattices, o conjuntos estructurados de individuos atómicos). En un trabajo posterior, este requisito se incluye como condición de definitud del elemento more, cuya semántica, para Hackl, se compone de una función de medida (much/many) y un morfema comparativo (-er). Esta propuesta de Hackl (2001) constituye una formalización de la de Bresnan (1973).
  7. Agradecemos la sugerencia de un revisor anónimo de considerar la lectura 'frecuentativa' que puede recibir (17b), la escala sería de frecuencia y el significado parafraseable como ‘hubo más ocasiones en las que las profesoras participaron que ocasiones en las que participaron las estudiantes’. Si bien coincidimos con el revisor en la necesidad de testear esa lectura con hablantes de distintas variedades, creemos que la imposibilidad tener una lectura cardinal (como la de (17a)) es lo importante en este caso, ya que parece evidenciar que la cuantificación comparativa tiene un alcance ‘amplio’, sobre las capas externas al dominio eventivo.
  8. Los porcentajes de aparición aproximados son 71 para la escala de distancia, 25 para la escala de duración y menos de 4 para la escala de exigencia. La aproximación toma como 0 los valores con decimales entre 0,1 y 0,6; y como 1 los valores con decimales entre 0,7 y 0,9.
  9. Los porcentajes de aparición aproximados son 44 para la escala de distancia, 41 para la de exigencia, y siguen la de duración, elegida en un 11% de casos, y la de velocidad con un 3%. Para las lecturas plurales y escalas ‘externas’, se obtuvieron los siguientes porcentajes pero en algunos de los verbos más que en otros: 80 para la frecuencia (lectura plural) e intensidad 50%. Estas diferencias entre los tipos de actividades se desarrollan a continuación.
  10. Según qué teoría semántica se adopte para modelar la interpretación de la temporalidad de eventos en estos casos, se deberá ajustar el dominio de cuantificación de la expresión span.italicasmás...que de la comparación. Es decir, se debe evaluar si la comparación expresa contrastes entre magnitudes de tiempos, instancias de eventos, extensiones máximas de intervalos, u otros, y especificar cómo se distribuyen los rasgos semánticos relevantes entre las denotacimás por un lado y de span.italicasque (o de) por el otro.

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