RASAL

LINGÜÍSTICA

Recibido: 25.08.2023 | Aceptado: 20.12.2023

DOI: https://doi.org/10.56683/rs241003

Individuación y despersonalización en mapudungun. Una contribución al estudio de la referencialidad en lenguas amerindias

Individuation and depersonalization in Mapudungun. A contribution to referentiality in Amerindian languages

Lucía Golluscio
Universidad de Buenos Aires
Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas
https://orcid.org/0000-0001-8808-7611

Resumen

Exploraré aquí el dominio de la referencialidad en mapudungun (andina periférica, aislada, centro-sur de Chile y sur de Argentina, Sudamérica). Un estudio de la referencialidad necesariamente abarca dos dimensiones: la individuación de los referentes y su anclaje en el discurso (Lehmann, 2015). Este artículo se centra en algunas estrategias de individuación, en particular, la identificación, democión o realce, y supresión de referentes, a partir del análisis de la construcción inversa, la voz pasiva y la incorporación nominal en esta lengua, tópicos con importante trayectoria de investigación a ambos lados de los Andes. Me propongo, por un lado, unificar y profundizar resultados de mi autoría en diálogo con los de otros investigadores sobre estos temas, en el marco de una teoría de la referencia y, por otro, proporcionar nueva evidencia para la hipótesis de que el mapudungun se caracteriza por la prevalencia de los rasgos semántico-pragmáticos de los referentes sobre los roles temáticos en la determinación de las funciones sintácticas (Golluscio, 2010). En la primera parte, identifico y comparo los valores referenciales del agente en las construcciones inversa y pasiva. En la segunda parte, pongo el foco en la incorporación nominal, proceso productivo en mapudungun, incluyendo verbos intransitivos en el análisis. Finalmente, propongo una explicación integral desde la perspectiva de la individuación que abarca los tres fenómenos aquí considerados.

palabras clave: individuación; despersonalización; construcción inversa; voz pasiva; incorporación nominal; mapudungun.

Abstract

I will explore the domain of referentiality in Mapudungun (peripheral Andean, isolate, Central-Southern Chile and Southern Argentina, South America). A study of referentiality necessarily encompasses two dimensions: the individuation of referents and their anchorage in discourse (Lehmann, 2015). This article focuses on some individuation strategies, in particular, the identification, demotion or highlighting, and deletion of referents in this language, based on an analysis of the inverse construction, the passive voice and noun incorporation, all of which have been subject to research on both sides of the Andes. I therefore aim, on the one hand, to unify and further accounts of my own authorship along with those of other researchers, within the framework of a theory of reference, and on the other hand, to provide new evidence for the hypothesis that Mapudungun is characterized by the prevalence of semantic-pragmatic features of the referents involved over thematic roles in determining syntactic functions (Golluscio, 2010). In the first part, I identify and compare the referential values of the agent in inverse and passive constructions. In the second part, I focus on noun incorporation, a productive process in Mapudungun, including intransitive verbs in the analysis. Finally, I propose an integral explanation from the perspective of individuation encompassing the three phenomena here considered.

keywords: individuation; depersonalization; inverse construction; passive voice; noun incorporation; Mapudungun.

1. Introducción1

El mapudungun (también conocido en la literatura como araucano o mapuche; ISO 639:arn) es una lengua aislada2 hablada con distintos grados de vitalidad en el centro-sur de Chile y sur de Argentina. Este artículo se inscribe en una investigación más amplia que se propone el estudio de la referencia y los medios lingüísticos para lograrla en esta lengua.3

Siguiendo a Lehmann (2015, 2021), la referencialidad es una propiedad de un signo lingüístico que funciona en un discurso. Los signos lingüísticos en cuestión son, en general, expresiones nominales, incluidas sus formas reducidas que se producen a partir de la pronominalización (véase también Kibrik, 2011). La referencia en el discurso engloba dos operaciones básicas: la individuación de los referentes y su anclaje en el discurso (véase 2).

Este artículo se centra en algunas estrategias de individuación, en particular, la identificación, la democión o realce, y la omisión de referentes en esta lengua a partir del análisis de la construcción inversa, la voz pasiva y la incorporación nominal.

Me guía un doble objetivo: (1) unificar y profundizar resultados previos en este dominio, propios y de otras y otros autores, en el marco de una teoría de la referencia y (2) proporcionar nueva evidencia para la hipótesis de que el mapudungun es una lengua de base semántica (Dixon, 1994) que se caracteriza por la prevalencia de los rasgos semántico-pragmáticos de los referentes sobre los roles temáticos en la determinación de las funciones sintácticas (Golluscio, 2010).

En cuanto a su perfil tipológico, el mapudungun es una lengua altamente sufijante y aglutinante, que exhibe características de las lenguas polisintéticas (causativos morfológicos, incorporación nominal, entre ellas). Además, es una lengua de argumento pronominal y marcación en el núcleo: sus argumentos se indexan sobre el verbo en forma de sufijos. De hecho, la gramática del mapudungun está centrada en el verbo. El verbo mapuche tiene una morfología compleja que se refleja en una vasta cantidad de sufijos que manifiestan categorías flexivas y derivadas. Entre los recursos de ajuste de valencia, exhibe sufijos causativos y aplicativos productivos, así como voz pasiva, marcación reflexiva-recíproca e incorporación nominal.4 Finalmente, el mapudungun se caracteriza por un complejo sistema de inversión que recuerda al sistema algonquino (véase 3).

El artículo está organizado de la siguiente manera. Luego de esta Introducción (1), en la que presento el tema, los objetivos centrales y algunas características del mapudungun, en (2) defino algunos conceptos relevantes y en (3) amplío los rasgos tipológicos del mapudungun, pertinentes para esta investigación El análisis de los datos ocupa las secciones siguientes. En la primera parte (4 y 5), identifico y comparo los valores referenciales del agente en las construcciones inversa y pasiva y su papel en la determinación de las funciones sintácticas. La segunda parte (6) está centrada en la incorporación nominal. En las Conclusiones (7), propongo una explicación integral que abarca los fenómenos aquí considerados.

2. Algunos conceptos relevantes

Siguiendo la propuesta teórica de Christian Lehmann anticipada en la Introducción, la referencia es una operación mental que evoca una entidad, llamada referente, en el universo del discurso. Por lo tanto, esta se crea cuando comienza el discurso y se desvanece cuando este concluye.

Se pueden identificar dos componentes de este dominio semántico: la individuación y el anclaje de los referentes en el discurso. En cuanto a esta última operación, el autor citado afirma: “Un referente es parte del conjunto-intersección de la conciencia de los interlocutores. Crear un referente implica entonces hacer que el interlocutor cree una representación en su conciencia. Para lograrlo, el hablante debe recurrir a algo ya compartido con el oyente. Esto es el ancla del referente”5 (Lehmann, 2021, p. 13). Tal operación se produce en cualquiera de los cuatro espacios disponibles en un acto de habla: situación de habla (deixis), universo de discurso (endófora), conocimiento enciclopédico y experiencia compartida.

En este artículo, me centraré en el primer componente: la individuación. Según el autor citado, si definimos al individuo como una representación mental particular con una identidad que se opone a un concepto abstracto y general que puede subsumir al individuo, entenderemos individuación como “la operación de identificar un conjunto particular de individuos en base a un concepto” (Lehmann, 2021, p. 30-34). En la literatura se reconocen cuatro tipos de referencia que se organizan en una escala de acuerdo con los distintos grados de individuación que exhiben tales entidades, a saber: (1) genérica, cuando la entidad designada por el signo lingüístico funciona como argumento de un predicado y hace referencia a un concepto semánticamente no determinado; (2) no específica, cuando la entidad designada por el signo lingüístico es uno o varios subconjuntos del concepto sin importar los individuos particulares de la clase en cuestión que son objetos de la referencia; (3) específica, en los casos en que la entidad designada por el signo lingüístico es un sub-conjunto de la extensión de un concepto cuyos individuos son conocidos por el hablante y (4) única, cuando la entidad designada por el signo lingüístico está prefigurada como una entidad memorizada almacenada en el conocimiento enciclopédico o compartido y ambos interlocutores pueden identificarlo; solo un individuo califica como referente.

Para comprender los fenómenos lingüísticos analizados en este artículo es necesario introducir otro concepto fundante: el concepto de jerarquía referencial. Siguiendo a Haude y Witzlack-Makarevich, defino jerarquía referencial como “una representación escalar de tipos de referentes o expresiones referenciales clasificados de mayor a menor de acuerdo con sus propiedades deícticas, semánticas, y/o pragmático-discursivas” (2016, p. 433). Sobre la base del trabajo seminal de Silverstein (1976), la principal idea que subyace a las diferentes jerarquías referenciales propuestas por distintos lingüistas en las últimas décadas es, en términos de las autoras citadas, que “tal jerarquía semántica puede explicar pautas morfosintácticas. En efecto, parece casi imposible dar cuenta de ciertos fenómenos morfosintácticos sin recurrir a cierta clase de jerarquía referencial” (2016, p. 433-434).

En la literatura lingüística, las jerarquías referenciales han recibido importante atención en las últimas décadas (véanse, desde Comrie, 1979, 1989 [1981]; Croft, 1990; Dixon, 1979; Gildea, 1994; Haude y Witzlack-Makarevich, 2016; Payne, 1993; Silverstein, 1976 y los autores citados a continuación, entre otros).

Para analizar el mapudungun, ha resultado pertinente incorporar el concepto de jerarquía de empatía -desde Kuno (1976) y Kuno y Kaburaki (1977), también definida en la literatura como jerarquía de animacidad, véase Comrie (1979, 1989 [1981]). La misma incluye en su formulación la jerarquía de persona: las personas locales (primera y segunda) están más altas en dicha jerarquía debido, en parte, a la empatía más alta del hablante con respecto a ellas. Además, permite incorporar, para las lenguas donde esta oposición es pertinente, como es el caso de la lengua aquí considerada, la distinción proximativa-obviativa en las terceras personas, ya que, como lo anticipa Comrie, el proximativo está más alto en la jerarquía que el obviativo.

Lehmann, a quien sigo en este trabajo, en la obra arriba citada propone la siguiente jerarquía de empatía:

hablante > participante del acto de habla (SAP,6 en adelante) > ser humano > animal > objeto individual > incontable > entidad abstracta.7

Ambos fenómenos –la jerarquía de empatía y la individuación– están estrechamente relacionados, lo cual resulta clave para el análisis de la referencialidad en mapudungun. Como afirma el mismo autor, “Una importante precondición para la empatía es la individuación. En otras palabras, cuanto mayor es la empatía con una entidad, más individuada estará la misma. Entonces, la jerarquía de empatía es también una jerarquía de individuación” (Lehmann, 2021, el subrayado es propio).

3. Perfil lingüístico del mapudungun

Como anticipé en (1), el mapudungun es una lengua sufijante y aglutinante que manifiesta características de las lenguas polisintéticas de marcación en el núcleo. Exhibe un orden de palabras relativamente libre y una amplia gama de categorías morfológicas de ajuste de valencia verbal. Estas incluyen tanto categorías detransitivizadoras -voz pasiva, reflexivo -recíprocos e incorporación nominal -como marcadores de aumento de valencia- causativos y aplicativos.8 Es, además, una lengua de argumento pronominal, con sus argumentos centrales indexados en el verbo y pronombres indeclinables, y manifiesta omisión de sujeto.

Se caracteriza por exhibir alineamiento acusativo en las cláusulas monotransitivas (dos argumentos, un agente (A) y un paciente (P). En cuanto al alineamiento en las construcciones ditransitivas, definidas como construcciones con tres argumentos -un agente (A), un receptor (R) y un tema (T)-, este se rige por la misma jerarquía de empatía que definí en 2. Por lo tanto, el mapudungun manifiesta alineación secundativa9 en la codificación de eventos ditransitivos, con indexación del receptor (R) sobre el verbo. Tanto en la construcción directa como en la inversa, la pasivización, las construcciones recíprocas y la relativización, el receptor se alinea con el paciente, pero no con el tema (R=PT) (Golluscio, 2010).

A diferencia del verbo, la morfología nominal es simple. El mapudungun carece de marcación de casos y el género y el número no son categorías flexivas en esta lengua. La construcción del sintagma nominal estándar es (DET +) MOD + N, siendo DET un artículo (definido, indefinido), un determinante demostrativo y/o un pronombre posesivo, y MOD un atributo (adjetivo o sustantivo), este último integra ya sea una construcción “parte-todo” o una construcción “poseedor-poseído”.10

Finalmente, el mapudungun exhibe un complejo sistema de referencia personal con inversión cuyo funcionamiento desarrollo en 4 a continuación.

4. Sistema de alineamiento inverso

Para el desarrollo de este tópico, tomo en consideración aportes previos, propios y de otros autores.11 Es de destacar que el primer académico que describe acertadamente el sistema en mapudungun es Adalberto Salas (1978). Posteriormente, Grimes (1985); Salas (1979, 2006 [1992]); Arnold (1996); Díaz-Fernández (2003); Zúñiga (2006a); Golluscio (2010), Golluscio y Hasler (2017) contribuyen al desarrollo del tema.12

El mapudungun manifiesta un sistema de alineamiento inverso integrado (Gildea, 1994), de interés particular para el estudio de la referencialidad. Este sistema está gobernado por una versión de la jerarquía de empatía (2) que otorga relevancia y pone en interacción, especialmente, dos fenómenos: (a) el estatus de cada participante en el ranking de participantes del acto de habla (SAP) y (b) la saliencia discursiva entre las terceras personas (oposición proximativa/obviativa). 13

Véase a continuación la versión de la jerarquía de empatía para el mapudungun:

  • (1)
1SG/PL > 2SG/PL > 3SG/PL proximativa > 3SG/PL obviativa

En escenarios locales (interacción entre participantes del acto de habla -SAP) y escenarios mixtos (interacción entre SAP-No SAP), la construcción directa se utiliza cuando el referente de A ocupa un lugar más alto en la jerarquía de empatía (2). El marcador directo es . En el marco de esta construcción, el sufijo -fi, pronominal que marca un objeto primario de tercera persona de referente específico en el verbo, se utiliza para indexar en el verbo el paciente, en las construcciones transitivas (2), o el receptor, en las ditransitivas, cuando este es una tercera persona definida (5a) (Golluscio, 2010).

Por el contrario, cuando el referente de P/R ocupa un lugar más alto en la escala de empatía que el de A, se desencadena una construcción inversa (3). En escenarios no locales (3 > 3), se utiliza el inverso cuando un referente recién introducido en el discurso actúa sobre otra tercera persona. En este caso cobra relevancia la oposición proximativo-obviativo (4a- b). Recordemos que, en mapudungun, “próximativo” y “obviativo” son categorías implícitas y morfológicamente no marcadas. Las mismas se vuelven formalmente evidentes en la selección del directo vs. formas inversas en una relación 3→3. En el fragmento del epew recogido por Adalberto Salas (4a)-(4b), se advierten también las posibilidades discursivas de este rasgo de la lengua en la construcción del fondo y primer plano (background/foreground) narrativos.

Los marcadores de inversión son dos: -e, utilizado en construcciones mixtas o no locales (4b) y -mu, utilizado en el caso de relaciones locales de 2DU/PL → 1SG/DU/PL y mixtas, 3SG/PL → 2DU/PL.14 En el caso de que una construcción inversa marcada por el sufijo -e manifieste un agente de tercera persona, se agrega un marcador adicional -(m)ew ~ -(m)eo, al que gloso como OBL(icuo), porque propongo que se trata de la gramaticalización de la posposición mew (Golluscio, 2010) e indexa justamente el hecho de que se ha alterado el orden prototípico en la jerarquía de persona (3), (4a).15

Veamos a continuación algunos ejemplos en escenarios mixtos y no locales de cláusulas monotransitivas y ditransitivas.

  • (2)
pe-fiPA chi wentru P.
ver-3.OP-IND.1SG DEF2 hombre
‘Vi al hombre.’
  • (3)
pe- eA-nP-ew chi wentru A.
ver-INV-IND.1SG-OBL DEF2 hombre
‘El hombre me vio.’
(Golluscio, 2010, p. 717)
  • (4)
a. welu feipi-rk-eA- y-(∅)P-eo chi ngürü A…”
pero decir.así-REP-INV-IND.(3)-OBL DEF2 zorro
‘Pero [la puma] fue hablada así por él, cuentan, el zorro, “…”.’ [El zorro le dijo a la puma…]
b. welu feipi-rke- fi P-y-(∅)A chi ngürü P “…”’.
pero decir.así-REP-3.OP-IND.(3) DEF2 zorro
‘Pero [la puma] le dijo al zorro, “…”.’
(Salas, 2006 [1992], p. 116)
  • (5)
a. elu-fiR-(i)ñ ta ti waka.T.
dar-3.OP-1SG DET.NTR DEF1 vaca
‘Le di la vaca.’
b. elu-eA-n-ew ta ti waka.T.
dar-INV-1SG-OBL DET.NTR DEF1 vaca
‘Me dio la vaca.’
(FM, datos propios)

En (5) se da un ejemplo de una construcción ditransitiva directa, que se puede comparar con la construcción monotransitiva en (2). No hay marcas en el tema o el destinatario, y solo hay un único elemento de indexación de objetos, el sufijo -fi, que indexa el objeto primario de tercera persona.

Si comparamos las funciones de los participantes en las construcciones monotransitivas y ditransitivas en mapudungun, veremos que mientras en las primeras (directa e inversa) los argumentos indexados en el verbo son A y P, en las construcciones de tres participantes, los argumentos indexados en el verbo son A y R, en tanto que T funciona como adjunto. Esto, por un lado, confirma el alineamiento secundativo del mapudungun en ditransitivos anticipado en 2. Por otro, provee argumentos para la hipótesis propuesta en Golluscio (2010) respecto de la prevalencia de la jerarquía de empatía sobre los roles temáticos y las relaciones gramaticales en esta lengua.

Para un análisis en detalle del funcionamiento del sistema de inversión en todos los escenarios y en las formas finitas y no finitas, véase Zúñiga (2006a).

5. Construcción pasiva

Las construcciones pasivas han sido definidas, siguiendo a Givón (1981) por estas tres funciones: asignar status de tópico al paciente, suprimir el agente y hacer menos activo al verbo. Shibatani (1985) y otros autores otorgan una relevancia especial a la supresión del agente en la definición de las pasivas.

En el caso del mapudungun, Zúñiga (2006a) analiza en detalle las distintas posiciones: frente a los autores que definen la construcción V-nge como pasiva distinguiéndola de la construcción inversa (posición que asumo en este trabajo, aunque es un tema de debate abierto), véase la postura de Adalberto Salas, quien unifica el tratamiento de las construcciones inversa y pasiva proponiendo lo que él llama “jerarquía interpersonal de focalización” (Salas, 2006 [1992], p. 115ss.). Veamos un ejemplo de su comportamiento en construcciones monotransitivas y ditransitivas en (6a) y (6b) abajo.

  • (6)
a. femngechi entu-nge-ke-y ta rakiduam
así sacar-PAS-HAB-IND.(3) DET.NTR pensamiento
ülkantun dungu mew. omisión obligatoria de A
canción asunto PPOS
‘Así es como se exterioriza el pensamiento en el ülkantun (una canción no sagrada).’
(Ülkantun Pewma, HM. Versión en ELAN e interlinearización propias.)
b. elu-nge-yR-(∅) mansun. omisión obligatoria de A
dar-PAS-IND.(3) buey
‘[A]Ella le fue dado [Se le dio] un buey.’ (Zúñiga, 2006a, p. 221)

Como en la construcción inversa, en la pasiva el sufijo persona-número del verbo remite a P en monotransitivas y a R en ditransitivas (Golluscio, 2010). En otras palabras, es R el que aparece indexado en el verbo, nunca T. Esta característica de la voz pasiva resulta muy funcional para las cláusulas impersonales y, en esa línea, se constituye como recurso genérico generalizado en los textos instruccionales (7).

  • (7)
¿Chumngechi dewma-nge-ke-y kako?
cómo hacer-PAS-HAB-IND.(3) mote
‘¿Cómo se prepara el mote?’16
fey tüfa wüne tuku-lel-nge-ke-y ta ko.
D.NTR D.PROX primero poner-APL2-PAS-HAB- IND.(3) DET.NTR agua
‘Para hacerlo, primero se agrega agua.’
(Fragmento de texto instruccional, Harmelink, 1996, p. 253-254. Versión en ELAN e interlinearización propias.)
  • (8)
nü-nge-y ta ñi awela.
agarrar-PAS-IND.(3) DET.NTR POS.1SG abuela
‘La agarraron a mi abuela.’
ye-nge-y wenosayre.
llevar-PAS-IND.(3) Buenos.Aires
‘La llevaron a Buenos Aires.’
(Fragmento del “Nawel Ngütram (Historia del Tigre)”, Golluscio, 2006, p.175ss. Versión en ELAN e interlinearización propias.)

Comparando la construcción inversa y la voz pasiva en mapudungun, ambas son similares en cuanto al estatus sintáctico desjerarquizado que porta el agente. Sin embargo, usualmente difieren en el grado de explicitud e identificabilidad del mismo: mientras que A se suprime obligatoriamente cuando se produce una construcción pasiva, puede ser identificable en el contexto en el caso de las construcciones inversas (Salas, 2006 [1992)].No obstante esta afirmación que se cumple generalmente, en el ngütram (historia) cuyos enunciados introductorios se leen en (8), durante la ejecución la audiencia sabía que el agente de todas las desgracias de la protagonista son los blancos. Su omisión, en este caso, puede haber sido deliberada; en otras palabras, el narrador seleccionó el uso de la voz pasiva con un fin retórico, pero guiado también, quizá, por mandatos culturales. “Hay una antigua costumbre de no nombrar a las personas malas para no llamarlas, convocarlas ni darles entidad. También creo que es miedo” (LC, comunicación personal).

Finalmente, mientras el verbo se vuelve intransitivo en la voz pasiva, en las construcciones inversas, el verbo mantiene su valencia, aunque se invierten los roles temáticos de los argumentos.

6. Incorporación nominal

6.1. Antecedentes

La incorporación nominal (IN) se define como una construcción morfológica en la que se agrega un elemento nominal léxico a un elemento verbal léxico para formar un nuevo verbo (Mithun, 1984; Baker, 1988; Baker et al. 2005, entre otros). Es relevante para la teoría lingüística, ya que involucra un proceso estructural con importantes consecuencias sintácticas y semánticas. Se extiende a ambos lados del límite entre la morfología y la sintaxis (Mithun, 1984; 2010).

A lo largo de la historia de la disciplina ha habido aproximaciones contrapuestas a este proceso, que se pueden resumir en dos posiciones principales: una explicación lexicalista, que considera la incorporación como una especie de composición, y una explicación anti lexicalista, que la considera como un proceso sintáctico. Ambas están enraizadas en la más genuina tradición americanista. En la década de 1980, las posturas polémicas de Mithun y Sadock (Mithun, 1984, 1986; Sadock, 1985, 1986) renovaron el debate sobre el tema.

6.2. Características de la IN en mapudungun

El mapudungun se caracteriza por la incorporación nominal productiva. Los ejemplos (9) y (10) muestran casos canónicos de IN en esta lengua.

  • (9)
a. ngilla-me-a-n kofke iñche.
comprar-DEST-FUT-IND.1SG.A pan yo
‘Voy a comprar pan.’
b. ngilla-kofke-me-a-n iñche.
comprar-pan-DEST-FUT- IND.1SG.A yo
‘Voy a comprar pan.’
  • (10)
a. ñi chao kintu-le-y ta chi pu waka.
mi padre buscar-PROG-IND.(3.A) DET.NTR DEF2 COL vaca
‘Mi padre está buscando las vacas.’ (Traducción original de Salas: ‘Mi padre está buscando las vacas.’)
b. ñi chao kintu-waka-le-y.
mi padre buscar-vaca-PROG-IND.3.A
‘Mi padre está buscando vacas.’ (Traducción original de Salas: ‘Mi padre está buscando las vacas.’)
(Salas, 2006 [1992]: 181)

En un trabajo anterior, describí características del proceso e identifiqué los principales tipos de IN en mapudungun, según datos de campo recogidos en comunidades de Argentina (Golluscio, 1997). Años después, avanzamos explorando la dimensión sintáctica (Baker et al. 2005). Otros autores también han indagado el tema (Smeets 2008 [1989].; Salas 2006 [1992]; Zúñiga 2022 [2006b]; Loncón 2017). Sobre la base de los resultados de los estudios propios y de los investigadores citados, en el presente artículo propongo profundizar la investigación sobre las implicaciones semánticas (y sintácticas) de las relaciones particulares entre los sustantivos incorporados y los verbos incorporantes, en el marco de una teoría de la referencia. En esa línea, analizaré la continuidad o transformación de las relaciones gramaticales y los roles temáticos involucrados, como resultado del proceso de IN. Como aporte al estudio de la referencialidad en esta lengua, interesa indagar los rasgos semánticos que resultan relevantes a la hora de determinar las funciones sintácticas en la IN con verbos intransitivos.

La incorporación nominal en mapudungun exhibe características que la hacen teórica y tipológicamente relevante. Entre ellos, podemos identificar las siguientes:

1. La mayoría de los casos documentados de IN en las lenguas del mundo evidencian un orden N+V. Además, algunas lenguas se caracterizan por un proceso especial de yuxtaposición. En mapudungun, por el contrario, el sustantivo incorporado, como muestra nuestro corpus, aparece inmediatamente después del verbo (orden V + N) (Golluscio, 1997; Baker et al., 2005; Loncón, 2017).

2. La construcción incorporada generalmente tiene una contraparte analítica -véanse (9) y (10) - que puede diferir de la construcción incorporada formal y semánticamente, como veremos más adelante.

3. Si bien el verbo transitivo concuerda con su objeto directo (11a), ya no lo hace una vez incorporado este último (11b). Esto explica por qué el marcador de objeto primario (tercera persona) -fi está excluido de la construcción incorporada.17 Compare la aparición obligatoria de -fi en (11a) con su aparición agramatical con el sustantivo incorporado en (11b).18

  • (11)
a. kintu-fi ti waka.
buscar-3.OP-1SG DEF1 vaca
‘Busqué la vaca’.
b. iñche kintu-waka-(*fi)-ñ.
yo buscar-vaca-(*3.OP)-1SG
‘Busqué vaca/s.’
(FM, datos propios)

4. Como muestran los ejemplos anteriores, y como se ha documentado en otras lenguas, los argumentos que se pueden incorporar al verbo cumplen el papel de paciente –con los transitivos (12a)– y de tema –con los ditransitivos (13). El objeto receptor (meta/benefactivo) no se puede incorporar (Baker et al., 2005, p. 140). Los ejemplos siguientes provienen del trabajo citado.

  • (12)
a. Mapuche nie-kawell-la-y-ngün.
Mapuche tener-caballo-NEG-IND-3PL
‘Los mapuches no tienen caballos.’
b. Mapuche nie -la-y-ngün kawell.
Mapuche tener-NEG-IND-3PL caballo
‘Los mapuches no tienen caballos.’
  • (13)
a. ñi chao kintu-waka-lel-fi-y xwan.
mi padre buscar-vaca-APL2-3.OP-IND.(3.A) Juan
‘Mi padre buscó vaca/s para Juan.’
b. *ñi chao kintu-xwan-lel-fi-y ta chi pu
mi padre buscar-Juan-APL2-3.OP-IND.(3.A) DET.NTR DEF2 COL
waka.
vaca
[No: ‘Mi padre buscó a Juan por la(s) vaca(s).’]

5. El mapudungun no suele permitir la incorporación con verbos intransitivos (14), a excepción de sujetos intransitivos con poseedor explícito o semántico, como en (15) (Baker et al., 2005). Esto es clave para la discusión que nos ocupa. En 6.3. analizaré los contextos especiales en los que se permite la incorporación con verbos intransitivos y las consecuencias sintácticas que esto implica.

  • (14)
*furkü-mate-y
enfriar-mate-IND.(3)
‘El mate se enfrió.’
(FM, datos propios; citado en Baker et al., 2005, p. 141)
  • (15)
waw.yuw-n
sangrar.nariz-1SG
‘Me sangró la nariz [‘Sangré de la nariz’].’
(HM, datos propios (Mellico et al. 2016); véase también Smeets (2008 [1989] , p. 570) y Loncón (2017, p. 43)

6. En la mayoría de las lenguas con IN, el proceso siempre produce detransitivización. El mapudungun parecería transgredir esta tendencia, de modo que los verbos involucrados en el proceso de incorporación mantienen su valencia,19 aunque el proceso cambie el valor referencial del sustantivo incorporado, como veremos más adelante.

7. El mapudungun acepta la incorporación de toda una construcción atributiva. Esto desafía la Restricción “No a una Frase” (Botha, 1981, en Mithun, 2010, p. 38).

  • (16)
kintu-angkü-mamüll-me-ke-y
buscar-madera-seca-DEST-HAB-IND-.(3)
‘Siempre va a buscar madera seca.’
(FM, datos propios)
  • (17)
weda ilotu-wera-furü-kawell-fe
mal comer-herido-lomo-caballo-AG
‘[El pájaro es] un mal comedor de carne de lomo lastimado del caballo.’
(Golbert, 1975, p. 19)

8. Sin embargo, no se puede incorporar un determinante (incluyendo demostrativos y posesivos) (Golluscio, 1997; Mellico et al. 2016).

  • (18)
a. iñche katrü-mamüll-me-ke-n
yo cortar-madera-DEST-HAB-1SG
‘Siempre voy a cortar leña.’
b. * iñche katrü-chi-mamüll-me-ke-n
yo cortar DEM-madera-DEST-HAB-1SG
‘Siempre voy a cortar la leña.’

9. Además, un pronombre demostrativo o posesivo, así como un atributo no se pueden dejar separados de su núcleo sustantivo (‘stranded’, en inglés) (19). Según Baker et al. (2005) -véase ejemplo (20), los poseedores serían los únicos modificadores/determinantes que pueden ocurrir en esa posición. Sin embargo, no queda claro en ese ejemplo por qué se considera inequívocamente Poseedor a un participante que podría ser entendido como Beneficiario o Recipiente de la acción del verbo. Es este un punto para revisitar en futuros trabajos de campo.

  • (19)
* iñche katrü-mamüll-me-ke-n tüfa-chi
yo cortar-madera-DEST-HAB-1SG D.PROX-ADJR
‘Siempre voy a cortar esa madera.’
  • (20)
Xwan ngilla-waka-fi-y Pedro
Juan comprar-vaca-3.OP-IND.(3) Pedro
‘Juan compró la vaca de Pedro.’
(Baker et al., 2005, p. 167)

10. Finalmente, el mapudungun exhibe: 1. IN no productiva lexicalizada y 2. IN productiva no lexicalizada, con verbos originalmente transitivos.20

Propongo un continuo entre estos dos polos. El primer grupo corresponde al IN Tipo I definido por Mithun (1984), es decir, aquellos casos donde la construcción incorporada es un compuesto léxico. En esos casos la construcción V+N constituye una actividad convencional e institucionalizada, como muestran los ejemplos (21)-(23). Dentro de este grupo, distingo entre: 1. Aquellos donde el significado del sustantivo incorporado es opaco (o está en vías de volverse opaco) para los hablantes, como ko 'agua' en (21) y; 2. Aquellos en las que el sustantivo incorporado también ha perdido valor referencial, como ngürü ‘zorro' en (24), ya que el compuesto en su conjunto remite a una actividad convencional -langüm. ngürü ‘matar zorros’. Sin embargo, el significado del componente incorporado es semánticamente transparente. Otros ejemplos proporcionados por Salas son: ina.mara- 'cazar liebres' y entu.soyüm- 'atrapar camarones' (2006 [1992], p. 181). Véase también Fernández Garay (2001).

  • (21)
a. püto.ko-n iñche.
beber.agua-IND.1SG yo
‘Bebí.’ o ‘Bebí agua.’
(FM, datos propios)

Para algunos consultantes, cuando el verbo incorporante se usa de forma intransitiva, significa ‘beber agua’. Pero, se puede aplicar, como verbo transitivo, con el significado de ‘beber’, a algunos otros líquidos (aparentemente claros), como muday ‘chicha’ en el siguiente ejemplo (21b). En esos casos, el significado referencial de ko ‘agua’ es totalmente opaco:

  • (21)
b. pütoko-a-n muday.
beber-FUT-IND.1SG chicha
‘Voy a tomar un poco de chicha.’
(FM, datos propios)

Curiosamente, püllkü 'vino' no se puede incorporar ni combinar con este verbo incorporante. Nuestra hipótesis (Golluscio, 1997) es que podría haber un componente clasificatorio funcionando en este tipo de IN, por ejemplo, líquido claro vs. líquido no claro.21

  • (21)
c. putu-n püllkü.
beber-1SG vino
‘Bebí un poco de vino.’
d. * putu-püllkü-n
beber-vino-1SG
‘Bebí un poco de vino.’
e. * putoko-n püllkü.
beber-1SG vino
‘Bebí un poco de vino.’
(FM, datos propios)

En suma, en este conjunto de verbos, el sustantivo incorporado ha perdido (o está en vías de perder) su significado específico. Mientras que con pütokon 'beber agua/beber' se pierde total o casi totalmente el significado de ko 'agua' y la lexicalización parece estar totalmente terminada o en proceso (comparar 21a con 21b), en casos como (22), el significado del sustantivo incorporado sigue siendo transparente:

  • (22)
langüm-ngürü-me-a-n iñche.
matar-zorro-DEST-FUT-1SG yo
‘Voy a matar zorros.’

Finalmente, el ejemplo (23) parece pertenecer a este segundo subgrupo, ya que se refiere a una actividad convencional, pero el componente ko sigue siendo transparente:

  • (23)
wutruko-ñma-(y)a-e-n ta ñi rayen?
verter.agua-APL3-FUT-INV-1SG DET.NTR POS.1SG flor
‘¿Regarás mi flor para mí?’
(Golluscio, 1997, p. 159-160)

El segundo gran grupo de verbos (IN No lexicalizada), en cambio, permite la incorporación manteniendo el valor referencial del sustantivo incorporado. La evidencia del valor referencial del sustantivo incorporado surge del hecho de que el sustantivo puede resumirse anafóricamente en el discurso. Los ejemplos siguientes han sido recogidos en el campo y aparecen publicados en Baker et al. (2005, p. 146).

  • (24)
ngilla-waka-n. Fey langüm-fi-ñ.
comprar-vaca-1SG luego matar-3.OP-1SG
‘Compré una vaca. Luego, la maté.’
  • (25)
Xwan ngilla-pullku-la-y. Iñche ngilla-fi-ñ.-ñ.
Juan comprar-vino-NEG-IND.(3) yo comprar-3.OP-1SG
'Juan no compró vino. Yo lo compré.’

Estos casos de IN se utilizan productivamente con fines discursivos, para resaltar alguna información, como el peso cultural del sustantivo no incorporado en (26)22 o para fundamentar alguna información conocida, como en (27).23

  • (26)
kim-winka-dungu-la-y.
saber-blanco-lengua-NEG-IND.(3)
re che dungu müten kimü-y.
pura gente lengua REST saber-IND.(3)
‘Ella no conocía la lengua de los blancos. Solo conocía la lengua de la gente pura.’
(Fragmento del Nawel Ngütram ‘Historia del Tigre’ (Golluscio, 2006, p. 176)
  • (27)
kiñe kellu-wen rütre-ke-y pali ñi tripalwe püle
INDF ayudante-DIAD empujar-HAB-IND.(3) pelota 3.POS meta hacia
kangelu ingka-wen katrütu-pali-ke-y.
otro amigo-DIAD atajar-pelota-HAB-IND.(3)
‘Un equipo empuja la pelota hacia su arco y el otro lado trata de atajarla.’
(Harmelink, 1992, p. 135, citado en Baker et al., 2005, p. 145)

En síntesis, este grupo de ejemplos corresponde a la IN de Tipo III de Mithun, definida como la IN relacionada con la “manipulación del discurso” (Mithun, 1984), esto es, aquella que juega un papel activo en el discurso y dentro del cual hemos ubicado la IN en mapudungun (Baker et al. 2005).

11. Finalmente, siguiendo el objetivo de este trabajo -el estudio de la referencialidad en mapudungun-, los sustantivos que se pueden incorporar se ubican en los niveles inferiores de la jerarquía de empatía anticipada en 2, que repito abajo, como (28) y, por lo tanto, responden a los grados más bajos de individuación. Los seres humanos individuados no pueden ser incorporados, como veremos en el ejemplo (29), donde, además, Rosa es un sustantivo propio, de referencia única. Ngünechen (nombre propio que designa a una entidad trascendente) no se puede incorporar. Tampoco lo hacen sustantivos como am ‘alma’ (Loncón, 2017, p. 46), abstractos, pero quizá considerado culturalmente portando referencia única.

  • (28)
hablante > SAP > ser humano > animal > objeto individual > incontable > entidad abstracta (Lehmann, 2021)
  • (29)
a. llika-y.
asustarse-IND.(3)
‘Ella se asustó.’
b. llika-l-ka-che-y.
asustarse-IAPL1-FACT.-gente-IND.(3)
‘[El/ella] asusta a la gente.’
c. * llika-l-kantu-rosa-y.
asustarse-APL1-JUGAR.-Rosa-IND.(3)
‘Asustó a Rosa en broma.’

6.3. IN con verbos intransitivos: ascenso del poseedor a la función de sujeto

Si bien la incorporación nominal es muy productiva en mapudungun, para los verbos intransitivos está restringida a aquellos verbos cuyo argumento S va acompañado de una marca de poseedor semántico explícito (véase la presencia de pronombres posesivos en los ejemplos siguientes). Como resultado de la incorporación, este poseedor asciende a la posición de sujeto, por lo que el verbo concuerda con él (Golluscio, 1997; Baker et al., 2005). Veamos primero el ejemplo (15), copiado aquí como (30).

  • (30)
a. wawü-y ñi yuw
gotear-IND.(3) POS.1SG nariz
‘Me sangró la nariz.’ (Lit.: ‘Sangró mi nariz.’)
b. waw.yuw-n .
gotear.nariz-1SG
‘Me sangró la nariz.’ (Lit.: ‘Sangré (de) mi nariz.’)
(HM, datos propios; véase también Smeets, 2008 [1989], p. 570)

Véanse otros usos de waw- 'gotear', sin IN:

  • (30)
c. waw-i ta ruka
gotear-IND.(3) DET.NTR casa
Lit.: ‘El [techo de] la casa gotea.’
(FM, datos propios; véase también Smeets, 2008 [1989], p. 570)

Estos son otros ejemplos con partes del cuerpo:

  • (31)
a. trafo-y ta=ñi namun
quebrar-IND.(3) DET.NTR=3.POS pie
‘Me rompí el pie.’ (Lit.: ‘Quebró mi pie.’)
b. trafo-namun-ün
quebrar-pie-IND.1SG
‘Me rompí el pie.’
(FM, datos propios)

En mapudungun, la IN con ascenso de poseedor a la función de sujeto no se limita a casos con partes del cuerpo (30)-(31) (véase el mohawk, citado en Baker et al., 2005); puede ocurrir con otros sustantivos que refieren a entidades específicas próximas a la esfera personal del poseedor, como se advierte en los próximos ejemplos:

  • (32)
a. Xwan lüf-ruka-y
Juan quemar(se)-casa-IND.(3)
‘La casa de Juan se quemó.’
b. * lüf-ruka-y
quemar-casa-IND.(3)
‘La casa se quemó.’
  • (33)
iñche lef-kawell-ün
yo correr-caballo-IND.1SG
‘Mi caballo se escapó.’
(Baker et al., 2005, p. 167, 170
  • (34)
a. * af-kofke-y
terminar-pan-IND.(3)
‘Se quedó sin pan.’
b. af-kofke-n
terminar-pan-IND.1SG
‘Me quedé sin pan.’
(Baker y Fasola 2011, p. 596)

En síntesis, la posibilidad de la construcción con ascenso de poseedor a la función de sujeto con verbos intransitivos en mapudungun depende del estatus del poseedor en la jerarquía de empatía y la escala de individuación, más que de alguna característica del referente poseído.

7. Conclusiones: Entre la sintaxis y la referencia, una contribución al estudio de la referencialidad en mapudungun

En este artículo, me he centrado en algunas estrategias de individuación que permiten identificar, relegar o resaltar, y suprimir referentes en mapudungun. En particular, enfoqué el análisis en tres fenómenos lingüísticos: construcción inversa, voz pasiva e incorporación nominal con verbos transitivos e intransitivos.

El análisis permite delinear las siguientes conclusiones:

Primero, la comparación entre la construcción inversa y la voz pasiva en nuestros datos comprueba, por un lado, su similitud en cuanto al estatus sintáctico desjerarquizado que porta el agente. Por otro, plantea dos diferencias importantes en cuanto al grado de explicitud e identificabilidad del mismo: mientras que A se suprime obligatoriamente cuando se produce una construcción pasiva, puede ser identificable en el contexto, en el caso de las construcciones inversas. Sin embargo, un análisis basado en textos permitió reconocer usos retóricos de la voz pasiva, para suprimir formalmente la mención del agente por razones culturales, por ejemplo (pero tal no mención no significa el no reconocimiento por parte del oyente del referente aludido implícitamente), o bien, para impersonalizarlo (recurso genérico en textos instruccionales). Por último, mientras el verbo se vuelve intransitivo en la voz pasiva, en las construcciones inversas, el verbo mantiene su valencia, aunque se invierten los roles temáticos de los argumentos.

Segundo, tanto en el caso de las construcciones inversas como en las construcciones de incorporación nominal con verbo intransitivo, para asignar funciones sintácticas es la jerarquía de empatía la que rige la selección del referente (el más empático) representado en la cláusula, como sujeto de la oración (fenómeno que, en el caso de la IN, se traduce en el ascenso del poseedor de la entidad incorporada a la función de sujeto). Se activa, así, una versión de la jerarquía de empatía basada en el ranking entre los participantes del habla combinado con una distinción proximativa-obviativa en las terceras personas. En última instancia, se trata de una jerarquía referencial que combina un componente semántico y uno pragmático.

Tercero, y en estrecha relación con el punto anterior, en cuanto a la escala de grados de individuación en juego en la selección de los participantes a la hora de determinar las funciones sintácticas, ya hemos afirmado que una escala de empatía es una escala de individuación. Por lo tanto, 1) en las construcciones inversas y pasivas en cláusulas mono o ditransitivas son las entidades que ocupan los grados más altos en la escala de individuación las que pueden aparecer indexadas en el verbo, siguiendo un alineamiento acusativo en las monotransitivas y secundativo en las ditransitivas; 2) en cuanto a la incorporación nominal, se registra un fenómeno doble: por un lado, en general, solo los sustantivos que ocupan los lugares más bajos en la escala de individuación pueden incorporarse; por otro, en el caso de la IN con verbos intransitivos, solo puede aparecer indexado en el verbo el poseedor, que asciende a la posición de sujeto. En ese caso, entonces, el referente del sustantivo incorporado -el poseído- pasa a ocupar un lugar alto en la escala de individuación: exhibe referencia única.

Finalmente, los resultados aquí expuestos complementan y profundizan estudios anteriores sobre estos temas desde una nueva perspectiva, la que ofrece una teoría de la referencia. Asimismo, confirman la hipótesis de la prevalencia de los rasgos semánticos y pragmáticos de los argumentos en la asignación de funciones sintácticas en mapudungun. En particular, muestran la relevancia de las estrategias de inversión y la jerarquía de empatía junto con la escala de individuación como ayudas referenciales preferidas (Kibrik, 2011) en esta lengua.

Abreviaturas

1 primera persona; 2 segunda persona; 3 tercera persona; (3) tercera persona no marcada; A agente; ADJR adjetivizador; AG agente, derivativo nominal (-fe); APL1 aplicativo1 (-l); APL2 aplicativo2, benefactivo (-lel); APL3 aplicativo3, afectado (-ñma); COL colectivo; DEF1 definido 1 (ti); DEF2 definido 2 (chi); DEST destinativo (-me); DET.NTR determinante neutro (ta); DIAD diádico (-wen); D.NTR pronombre demostrativo neutro (fey); D.PROX pronombre demostrativo próximo (tüfa); DU dual; ES esivo; FACT factitivo (-ka); FUT futuro; HAB habitual; IND indicativo; INDF/uno indefinido/uno; INV inverso; JUGAR (-kantu) (Smeets 2008); NEG negación para indicativo; OBL oblicuo (-(m)ew); OP objeto primario; P paciente; PAS pasiva; PL plural; POS posesivo; PPOS (mew); PROG progresivo; R receptor; REP reportativo; REST restrictivo; SG singular; T tema.

En la transcripción de los ejemplos, uso el “Alfabeto Mapuche Unificado” (SOCHIL 1988).

Notas

  1. Agradezco a los coordinadores del dossier sus comentarios y acompañamiento para la redacción de este artículo. Vaya mi agradecimiento también a Felipe Hasler, mi compañero de equipo en el estudio de la referencialidad en mapudungun, y a los revisores anónimos de este artículo, por su lectura atenta, indicaciones y sugerencias que enriquecieron, sin duda, la primera versión del manuscrito. Cualquier error de hecho o interpretación, es mi responsabilidad. Mi reconocimiento especial a nuestros colaboradores Héctor Mariano, Adolfo Meli y Fresia Mellico, por su sabiduría, generosidad y rica intuición lingüística. Los datos aquí informados provienen de una variedad de fuentes, incluyendo artículos, gramáticas y textos publicados, de nuestra autoría y de otros investigadores, así como entrevistas espontáneas y de elicitación lingüística en terreno con los consultantes arriba mencionados. El corpus lingüístico propio reúne ejemplos de la variedad central del mapudungun, especialmente moluche (Salas, 2006 [1992]), hablada a ambos lados de la Cordillera. En Ngulu mapu (Chile), los datos documentados personalmente en 2004 con Fresia Mellico (FM) provienen de la zona de Chol Chol. La información provista por Héctor Mariano (HM) fue recogida a través de elicitación lingüística por Felipe Hasler. En Puel mapu (Argentina), el principal consultante, Adolfo Meli (AM), con quien trabajé en la recolección de textos y elicitación en su casa de Ing. Jacobacci (Río Negro) entre 1978 y 1985, era originario de Cushamen (Chubut), pero su familia de origen, que llegó allí a fines del siglo XIX posiblemente desde el sur de la Provincia de Buenos Aires, era de origen borogano, en Chile (AM, comunicación personal), también área moluche.
  2. Al respecto, Baker y Fasola afirman: “Mapudungun is the primary member of the small Araucanian family -its greater genetic affiliation is uncertain.” (2011, p. 594).
  3. Algunos avances de esta investigación sobre referencialidad en mapudungun se exponen en Mellico et al. (2016); Golluscio y Hasler (2017); Golluscio et al. (2021); Golluscio et al. (2022); Golluscio (2023). Remitiré a dichos trabajos cuando sea pertinente.
  4. Sobre estos temas, véanse Augusta (1903); Salas (1978, 1979, 2006 [1992]); Smeets (2008 [1989]);
  5. Harmelink (1992, 1996); Golluscio (1997, 2000, 2007, 2010); Fernández Garay (2001); Baker et al.
  6. (2005); Zúñiga (2000, 2006a, 2010, 2015, 2022 [2006b]); Loncón (2017), entre otros.
  7. Las traducciones de las citas son propias.
  8. Abreviatura del inglés “speech act participant”.
  9. Véase también su propuesta en Lehmann (2006, p. 170), retomada en Golluscio y Hasler (2017).
  10. Véanse citas pertinentes en n. 4 arriba.
  11. Véase Haspelmath (2005).
  12. Sobre rasgos de la gramática de esta lengua, véanse Augusta (1903); Salas (2006 [1992]); Smeets (2008 [1989]); Zúñiga (2000, 2022 [2006b]); Catrileo (2010), entre otros.
  13. Sobre lenguas con inversión, véanse Hockett (1966); Klaiman (1992); Givón (1994); Zavala (2000); Zúñiga (2006a), entre otros.
  14. En este trabajo, como se anticipa en n. 1, se consideran datos provenientes de la variedad central del Mapudungun. Se han documentado y estudiado diferencias en el sistema de referencia personal con inversión en la variedad huilliche. Para mayores detalles sobre las mismas, véanse Salas 2006 [1992]) y Díaz-Fernández (2003).
  15. En términos de Doris Payne, se podría también definir esta jerarquía como “una jerarquía de saliencia basada en una topicalidad inherente asociada con la clasificación de los participantes del acto de habla y una topicalidad discursiva asociada con una oposición proximativa versus obviativa”. Para la misma autora, “Topicalidad se entiende generalmente como un término de cobertura para varios parámetros interrelacionados. Generalmente, un participante más tópico es más agentivo, más animado, más individuado, más importante local o globalmente, y/o más previsible en el sentido de que puede haber sido mencionado dentro del contexto discursivo en cuestión.” (Payne 1993, p. 316). Gildea, siguiendo a Givón (1994) quien distingue entre inverso semántico (obligatorio) y pragmático (opcional), define el primer componente como alineamiento inverso y al segundo como voz inversa (1994, p. 187 ss.) Por su parte, Fernando Zúñiga en su detallado y exhaustivo análisis del sistema de inversión en mapudungun, enfatiza el componente “dirección”, fundante, sin duda, en sistemas como el que exhibe el mapudungun, oponiéndolo al contraste proximativo-obviativo (“…lo que explica la distribución de formas que toman -e y aquellas con -fi no es obviación, sino dirección”) (Zúñiga 2006a, p. 216). Recordemos que -e es marcador de inverso y -fi es 3OP en construcciones directas. Así, en la culminación de su tratamiento del sistema de inversión en mapudungun, el autor lo define en términos de “alineamiento jerárquico (la jerarquía de indexabilidad gobierna el acceso a las funciones sintácticas) y dirección morfológicamente marcada” (2006a, p. 241).
  16. Nótese la desviación del sistema en escenarios locales (interacción entre participantes del acto de habla (SAP): el sufijo -e (cuya función básica es ser marcador inverso) aparece como marcador de relación directa entre A y P en el caso de 1→ 2 personas, como se ve en el siguiente ejemplo, leli-e-i-yu [mirar-e-IND-1DU] ‘te miré’ (Salas 2006 [1992], p. 120).
  17. Véase el oblicuo como marcador inverso en Arizona tewa, una lengua tanoana (Klaiman 1992). Estoy en deuda con Roberto Zavala por llamar mi atención sobre este fenómeno en las lenguas tanoanas.
  18. Mote (del quechua: mut'i) es el nombre genérico de diferentes granos o legumbres cocidos en agua, consumidos en diversas zonas de América Latina.
  19. El sustantivo incorporado es invisible a la concordancia verbal (Baker et al. 2005).
  20. Este tema constituyó un foco del trabajo de investigación conjunto arriba mencionado, Mellico et al. (2016).
  21. Véase Loncón (2017), en la misma dirección.
  22. El tipo de situación (Aktionsart) inherente a los temas verbales involucrados en estos procesos está en estudio.
  23. En intercambio fructífero, un evaluador anónimo sugiere la posibilidad de intervención de otro componente clasificatorio en este caso; elemento propio/no propio de la cultura tradicional.
  24. Véase el juego retórico del paralelismo que se crea entre los dos enunciados, con sustantivo incorporado y no incorporado.
  25. Un revisor anónimo llamó mi atención sobre la posición de Elisa Loncón, quien expone una interpretación en línea con la aquí propuesta, que surge del uso de la IN documentado en los discursos recogidos en terreno -véanse textos completos en Golluscio (2006). Transcribo la cita: “La presencia de la forma incorporada no quita la posibilidad de recurrir a la forma verbal no incorporada, la diferencia en el uso de una forma sobre la otra es más bien pragmática…” (Loncón 2017, p. 41). Sobre otras aproximaciones en este punto, véanse Fernández Garay (2001), Smeets (2008 [1989]), Zúñiga (2022 [2006b]).

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