Resumen
El artículo examina el rol de las jerarquías referenciales en la codificación de los argumentos en mapudungun. El corpus abarca cláusulas simples declarativas que expresan escenarios no locales (interacción entre terceras personas) y cláusulas complejas que permiten la codificación de un argumento de la cláusula dependiente en la principal, en particular, cláusulas completivas con verbos de cognición y percepción.
El mapudungun manifiesta un sistema de alineamiento inverso gobernado por una versión de la jerarquía de empatía que incluye el reconocimiento de la distinción proximativa/obviativa en las terceras personas. Se comprueba la participación significativa de tal jerarquía, tanto en el uso discursivo que el hablante puede hacer en la selección de la construcción directa o inversa en las cláusulas simples bivalentes consideradas, como en el ascenso del argumento de la dependiente a la principal, en los casos de cláusulas de complemento con verbos de cognición y percepción. Esta investigación confirma con nueva evidencia la prevalencia de los rasgos semántico-pragmáticos de los referentes sobre los papeles temáticos al determinarse las funciones sintácticas de los argumentos en mapudungun. Asimismo, desde una perspectiva tipológica, contribuye a los estudios sobre el papel relevante de las jerarquías referenciales en lenguas de América del Sur.
palabras clave: mapudungun (América del Sur); jerarquías referenciales; jerarquía de empatía; alineamiento inverso; codificación de argumentos.
Abstract
The article examines the role of referential hierarchies in argument coding in Mapudungun. It focuses on simple declarative clauses expressing non-local scenarios (i.e., the interaction between third persons) and on complex clauses that allow the codification of an argument of the dependent clause in the main one, in particular, complement clauses with verbs of cognition and perception.
Mapudungun manifests an inverse alignment system governed by a version of the empathy hierarchy which includes the recognition of a proximate/obviative distinction in the third persons. The significant participation of this hierarchy is proved both in the speaker’s discursive selection of a direct or inverse construction in simple transitive clauses and in argument raising in completive clauses with verbs of cognition and perception. This research provides new evidence confirming the prevalence of semantic-pragmatic features of the referents on thematic roles in determining the syntactic functions of the arguments in Mapudungun. Likewise, from a typological perspective, it contributes to the studies on the relevant role of referential hierarchies in South American languages.
keywords: Mapudungun (South America); referential hierarchies; empathy hierarchy; inverse alignment; argument coding.
Introducción1
El mapudungun (también conocido en la literatura como mapuche o araucano) es una lengua de la periferia andina no clasificada que se habla con distintos grados de vitalidad en el centro y sur de Chile y el sur de Argentina, a ambos lados de la Cordillera de los Andes. Con respecto a sus características tipológicas generales, se trata de una lengua aglutinante y sufijadora con tendencia a la polisíntesis.
En el plano de la cláusula simple, en cuanto a los argumentos, se trata de una lengua de marcación en el núcleo –los argumentos centrales están indexados en el verbo– con alineamiento acusativo en la codificación de los verbos transitivos y secundativo (Haspelmath 2005, 2007) en la codificación de los verbos ditransitivos. Además, exhibe un amplio espectro de categorías morfológicas de ajuste de valencia verbal, que incluyen categorías detransitivizadoras (voz pasiva, reflexivos-recíprocos e incorporación nominal) y de aumento de valencia (causativos y aplicativos) (Smeets 2008[1989]; Salas 2006[1992]; Baker, Aranovich & Golluscio 2005; Golluscio 2007, 2010; Zúñiga 2006, 2011). Su complejo verbal puede incluir un gran número de sufijos que expresan operadores de aspecto, direccionalidad, negación, cuantificación, modalidad, evidencialidad, admiratividad y tiempo. Finalmente, exhibe un orden de palabras relativamente libre (véase un tratamiento detallado en Smeets 2008[1989]: 347-355).
Con respecto a la sintaxis compleja, las cláusulas dependientes se caracterizan por el uso de formas verbales no finitas, con la referencia personal indexada en el adjetivo posesivo que precede a la forma verbal no finita. Junto con estas, para expresar algunos significados modales y aspectuales el mapudungun cuenta con predicados complejos definidos en la literatura como construcciones de raíces verbales seriales o verbos compuestos (Baker & Fasola 2009; Golluscio, Hasler & De Reuse 2014, 2015; Hasler 2017). Asimismo, exhibe monocláusulas desiderativas de verbo conjugado más partícula desiderativa (Golluscio, Hasler & De Reuse 2014).
El mapudungun exhibe un sistema de determinantes (Smeets 2008[1989]; Salas 2006[1992]) en los que la oposición definido vs. indefinido está marcada por los artículos ti y chi ‘el, la’ vs. el numeral/artículo indefinido itkiñe ‘un, una’ (Catrileo 2010: 109). Obsérvese en el siguiente párrafo que el referente domo se introduce sin anclaje relativo a otro referente y, por tanto, determinado por kiñe y, posteriormente, los referentes familia, chao, ñuke, lamngen y karukatu se introducen con atención a domo y, por tanto, determinados por el anafórico chi.
ñam-ürke-y | may | kiñe | nagantü | kiñe | küme | ülcha | domo […] |
sí | INDF | tarde | INDF | buen | joven | mujer […] | |
‘Dicen que un día se perdió una joven mujer …’ |
feymew | chi | ngen-ke | familia | chi | chaw | chi | ñuke |
entonces | DEF2 | dueño-DIST | familia | DEF2 | padre | DEF2 | madre |
‘Entonces, la familia, el papá, la mamá…’ |
chi | pu | lamngen | ka | chi | pu | karukatu | kom | tripa-rke-y=ngün |
DEF2 | COL | hermana | CONJ | DEF2 | COL | vecino | todo | |
‘…los hermanos y los vecinos todos dicen que salieron…’ (Salas 2006[1992]: 203-204) |
Además, el mapudungun presenta un sistema de pronombres demostrativos con tres miembros organizados en torno a la ubicación del referente con respecto a los participantes del acto de habla (speech act participants, SAP), que se pueden adjetivizar por medio del sufijo -chi (Smeets 2008: 84), como se puede apreciar en el Cuadro 1, y un sistema de adjetivos posesivos que considera tanto la persona como el número del poseedor, como se puede apreciar en el Cuadro 2.
tüfa | ‘este, esta, estos, estas’ |
tüfey | ‘ese, esa, esos, esas’ |
tüye | ‘aquel, aquella, aquellos, aquellas’ |
Cuadro 1. Pronombres demostrativos del mapudungun
1s | ñi | ‘mi’ |
1d | yu | ‘nuestro.dual’ |
1p | yiñ | ‘nuestro.plural’ |
2s | mi | ‘tu’ |
2d | mu | ‘su/vuestro.dual’ |
2p | mün | ‘su/vuestro.plural’ |
3 | ñi | ‘su’ |
Cuadro 2. Adjetivos posesivos del mapudungun
Por último, el mapudungun cuenta con un complejo sistema de referencia personal con inversión (Salas 1978, 1979; Grimes 1985; Arnold 1996; Zúñiga 2006; Golluscio 2010), que recibe tratamiento más detallado en la sección 2.2
El objetivo de este trabajo es examinar el rol de las jerarquías referenciales en la determinación de las funciones sintácticas de los argumentos en esta lengua. Más específicamente, se centra en la descripción de las dimensiones semánticas en juego en la alternancia directa-inversa en cláusulas simples transitivas que expresan escenarios no locales, es decir, aquellos caracterizados por la interacción entre terceras personas, y en cláusulas complejas que permiten la codificación de un argumento de la cláusula dependiente en la cláusula principal.
El artículo se organiza de acuerdo con la siguiente estructura: en esta introducción (sección 1) planteamos los objetivos y la hipótesis que sustentan la investigación y presentamos información básica sobre el mapudungun, su vitalidad y su perfil tipológico. A continuación (sección 2), exponemos algunos conceptos teóricos sobre referencialidad pertinentes para nuestro análisis y definimos la jerarquía de empatía, que emerge como relevante para la codificación de los argumentos en esta lengua. En la sección central 3, analizamos dos casos específicos de codificación de argumentos y selección de alternancia directa o inversa en escenarios no locales: el primero, en el nivel de la cláusula simple y el segundo en el nivel de las oraciones complejas con cláusulas de complemento. Las cláusulas de complemento aquí consideradas son aquellas dependientes de verbos de percepción y cognición. La sección 4 resume las conclusiones.
2. Referencialidad: algunos conceptos relevantes
El presente trabajo forma parte de un estudio más amplio sobre el dominio semántico de la referencialidad en mapudungun (véanse avances en Golluscio, Mellico, Mariano & Hasler 2016; Golluscio & Hasler 2017). En esta sección, definiremos en la primera parte, los siguientes conceptos fundantes: referencia, referente, jerarquía referencial y jerarquía de empatía. En la segunda parte, presentamos el funcionamiento del sistema de inversión, estrechamente relacionado con la jerarquía de empatía.
Por un lado, entendemos referencia como “una operación que evoca una entidad, llamada referente, en el universo del discurso a través de una expresión en un texto”. […] A su vez, el referente se define como “una representación que es parte del universo del discurso, esto es, el espacio mental generado y desarrollado durante una situación de habla.” (Lehmann, m. i.).3
Por el otro, siguiendo a Haude & Wizlack-Makarevich, definimos jerarquía referencial como “una representación escalar de tipos de referentes o expresiones referenciales clasificados de mayor a menor de acuerdo con sus propiedades deícticas, semánticas, y/o pragmático-discursivas” (2016: 433). Sobre la base del trabajo seminal de Silverstein (1976), la principal idea que subyace a las diferentes jerarquías referenciales propuestas por distintos lingüistas en las últimas décadas es, en términos de las autoras citadas, que “tal jerarquía semántica puede explicar pautas morfosintácticas. En efecto, parece casi imposible dar cuenta de ciertos fenómenos morfosintácticos sin recurrir a cierta clase de jerarquía referencial” (2016: 433-434).
En la literatura lingüística, las jerarquías referenciales han recibido importante atención en las últimas décadas (véanse Silverstein 1976; Comrie 1979, 1989[1981]; Dixon 1979; Croft 1990; Payne 1993; Gildea 1994; Haude & Witzlack-Makarevich 2016 y los autores citados a continuación, entre otros).
Para analizar el mapudungun resulta pertinente incorporar la jerarquía de empatía (desde Kuno 1976 y Kuno & Kaburaki 1977, véase Lehmann 2006 y m. i.), también definida en la literatura como jerarquía de animacidad (véase Comrie 1979, 1989).4 La misma incluye en su formulación la jerarquía de persona: las personas locales (primera y segunda) están más altas en dicha jerarquía debido, en parte, a la empatía más alta del hablante con respecto a ellas.5 Además, permite incorporar, para las lenguas donde esta oposición es pertinente, como es el caso del mapudungun, la distinción proximativa-obviativa en las terceras personas, ya que, como lo anticipa Comrie, el proximativo está más alto en la jerarquía que el obviativo.
Lehmann, a quien hemos seguido en este trabajo, organiza la jerarquía de empatía como se ve en Figura 1 a continuación. En las lenguas en que la distinción proximativa-obviativa en las terceras personas es relevante, tal distinción se ubicará en el dominio de los referentes animados, o animados más inanimados, según cada lengua.
SAP | |||||||||||
Human | Non human | ||||||||||
animate | inanimate | ||||||||||
individual | mass | ||||||||||
object | place | ||||||||||
entity | proposition |
Figura 1. Jerarquía de Empatía (Lehmann 2006:170)
Hemos elegido la propuesta de Lehmann porque liga esta jerarquía al dominio semántico de la referencialidad como totalidad, de modo que la jerarquía de empatía es definida como una precondición conceptual para la individuación:
La individuación es una operación discursiva. Un individuo es una representación mental particular con una identidad, como opuesto a un concepto, que es abstracto y general y puede subsumir al individuo. Una importante precondición para la empatía es la individuación. En otras palabras, cuanto mayor es la empatía con una entidad, más individuada estará la misma. Entonces, la jerarquía de empatía es también una jerarquía de individuación. Es una escala de distinciones semánticas que otorga a conceptos que pertenecen a clases semánticas y gramaticales diferentes una diferente propensión a la individuación. (Lehman, m. i.)
Así, ambos fenómenos –la jerarquía de empatía y la individuación– están estrechamente relacionados, lo cual resulta clave para el análisis de la referencialidad en mapudungun.
Finalmente, como ya anticipamos, el mapudungun manifiesta un sistema de alineamiento inverso, de interés particular para el estudio de la referencialidad. Este sistema está gobernado por una versión de la jerarquía de empatía arriba descripta que, para el mapudungun, otorga relevancia y pone en interacción, especialmente, dos fenómenos: (a) el estatus de cada participante en el ranking de participantes del acto de habla (SAP) y (b) la prominencia discursiva entre las terceras personas (oposición proximativa/obviativa).6
Veamos algunos ejemplos en escenarios locales y no locales:7
mirar-IND.1SG.A
‘miré’
mirar-INV-IND.1SG.P
‘me miraste’
mirar-3.OP-IND.1SG.A
‘lo miré’
mirar-INV-IND.1SG.P-OBL
‘me miró’
mirar-INV-IND. (3.P)-OBL.(3A)
‘lo miró’
Como se ve en los ejemplos anteriores, en escenarios mixtos (interacción SAP-No SAP), se usa la construcción directa, de carácter no marcado, cuando el agente ocupa un lugar superior en la jerarquía de empatía. El marcador directo es -Ø. En el marco de esta construcción, el sufijo -fi, pronominal que marca un objeto primario de tercera persona de referente específico en el verbo, se utiliza para indexar en el verbo el paciente, en las construcciones transitivas (3a), o el receptor, en las ditransitivas, cuando este es una tercera persona definida (Golluscio 2010).
Por el contrario, cuando es el paciente/receptor quien ocupa el lugar más alto, se desencadena la construcción inversa. Los marcadores de inversión son dos: -e, utilizado en construcciones mixtas o no locales (3b) y -mu, utilizado en el caso de relaciones locales de 2DU/PL → 1SG/DU/PL y mixtas, 3SG/PL → 2DU/PL.8 Además, en el caso de que una construcción inversa marcada por el sufijo -e manifieste un agente de tercera persona, se agrega un marcador adicional -(m)ew~-(m)eo, al que glosamos como OBL(icuo), porque proponemos que se trata de la gramaticalización de la posposición mew (Golluscio 2010) e indexa justamente el hecho de que se ha alterado el orden prototípico en la jerarquía de persona (3c).9
Obsérvese tal contraste en el ejemplo (4), donde el hablante cuenta una interacción que tuvo con un grupo de ancianas, codificado, en este caso, a través de la tercera persona:
kiñe=ina | kontesta-la-e-n-ew |
entonces.luego10 | contestar-NEG-INV-IND.1SG.P-OBL |
‘Entonces luego no me contestaron…’ |
feymew | dungu-we-ke-la-fi-ñ |
entonces | hablar-INC-HAB-NEG-3.P-IND.1SG.A |
‘Entonces, no les hablé más.’ (Golluscio 2006: 137) |
Como se puede observar en el ejemplo anterior, el sufijo verbal de persona-número, que cumple la función de sujeto indexa el agente en la construcción directa y el paciente/receptor en la construcción inversa.
En el caso de escenarios no locales (dos terceras personas en interacción), se vuelve relevante la prominencia discursiva que distingue entre una tercera persona proximativa y obviativa: si se mantiene el mismo tópico, se usa la construcción directa; la construcción inversa se desencadena cuando se introduce un nuevo tópico en el discurso que actúa sobre otra tercera persona (nuevo 3→3) −véase Golluscio (2010: 715)−. Véase este ejemplo clásico de Salas, extraído de un epew (relato de ficción) mapuche:
a. | feymew | chi | ngürü | feypi-fi-y | kuse | pangküll | chi |
entonces | DEF2 | zorro | DEF2 | anciana | puma | ||
‘Entonces, el zorro le dijo a la vieja puma…’ |
b. | feymew | feypi-e-y-ew | chi | kuse | pangküll |
entonces | DEF2 | anciana | puma | ||
‘Entonces, le dijo la vieja puma (al zorro).’ (Salas, 1978: 118; citado en Grimes 1985) |
Los epew, en general, presentan relaciones no locales entre los personajes y estos referentes típicamente ocupan la misma posición en la jerarquía de empatía (animales personificados, por ejemplo). Dada esa situación, la codificación de los argumentos se resuelve prototípicamente sobre bases discursivas −véase (5a, b)−. Por el contrario, cuando esta equivalencia no ocurre porque las entidades referidas ocupan lugares diferentes en la escala de empatía, su posición en tal escala se convierte en el rasgo clave en el momento de asignar las funciones sintácticas.
En ese sentido, en la literatura podemos citar contribuciones relevantes que han descripto las relaciones entre la dimensión semántica y sintáctica de la estructura argumental en términos de las relaciones existentes entre los (macro) papeles semánticos y las funciones sintácticas (Silverstein 1976; Dixon 1979). En mapudungun, en cambio, al resultar el lugar de los referentes en la jerarquía de empatía el factor que determina la selección proximativa/obviativa, será esta misma jerarquía semántica la que actúe en la codificación de los argumentos en esta lengua.
Por último, algunas reflexiones acerca de la relación entre empatía/animacidad y agentividad en mapudungun. Los únicos referentes que pueden manifestar un grado alto de agentividad y manifestar una intención para llevar a cabo una acción son los seres humanos y, en menor medida, los animales. La animacidad, asociada con esos referentes, parece ser especialmente relevante en mapudungun. Por ejemplo, aunque sería lógicamente esperable que el enunciado en (6a) fuera correcto, nuestra consultante se mostró reacia a aceptarlo. De acuerdo con su conocimiento del mundo, “las piedras y los palos no andan volando por ahí golpeando a la gente” (Fresia Mellico, c. p.). En cambio, ella propuso (6b), con kura ‘piedra’ como un adjunto instrumental. Pero aceptó (6c) donde el paciente es un animal, no un ser humano:
a. | ñi | mütrong-e-n-ew | chi | kura |
3.POS | DEF2 | piedra | ||
‘La piedra me pegó.’ (Fresia Mellico, c. p.) |
b. | kewa-wü-n- | iñche | kiñe | kura | mew |
yo | INDF | piedra | OBL | ||
‘Yo me golpeé con una piedra.’ (Fresia Mellico, c. p.) |
c. | chi | kura | mütrong-fi-y | chi | wilki |
DEF2 | piedra | DEF2 | zorzal | ||
‘La piedra golpeó al zorzal.’ (Fresia Mellico, c. p.) |
Es interesante notar que en (6a), la consultante cambió la raíz verbal kewa ‘golpear’ por mütrong-, que significa ‘golpear sin intención’. Asimismo, es de subrayar en el ejemplo siguiente (7) que el sufijo -fi ‘marcador de objeto primario’, siempre asociado con la referencia específica, es decir, con un referente altamente individuado (Golluscio, Mellico, Mariano & Hasler 2016), desapareció en este caso, en el que el paciente es un referente inanimado.
chi | wilki | pe-y | kiñe | kura |
DEF2 | zorzal | INDF | piedra | |
‘El zorzal vio una piedra.’ (Fresia Mellico c. p.) |
En la sección siguiente centraremos el análisis en el desencadenamiento de la construcción verbal directa o inversa en las interacciones no locales (3>3).
3. Análisis
Como adelantamos en la introducción, esta sección discute dos casos de codificación de argumentos y selección de voz directa o inversa en escenarios no locales (entre terceras personas), el primero en el nivel de la oración (3.1) y el segundo en el nivel de la combinación de cláusulas (3.2), más específicamente, aquellas cláusulas complejas con completivas que dependen de verbos de cognición y percepción.
3.1. Cláusula simple: asignación de funciones sintácticas en escenarios no locales
En este nivel, la selección de la construcción directa o inversa está influida por la posición de los referentes de los argumentos en la jerarquía de empatía:11 cuando la tercera persona agente exhibe una posición más alta en tal jerarquía, se desencadena una construcción directa, y cuando es la tercera persona paciente/receptor la que ocupa ese lugar, en general, se tiende a utilizar la construcción inversa. Obsérvese en el siguiente párrafo, extraído de una narración mapuche de carácter ficticio (epew) que trata de la relación entre un hombre y un perro, ambos protagonistas del relato y con un peso discursivo similar: cuando el perro es el agente, entonces se utiliza sistemáticamente la voz inversa y, en contraste, cuando el hombre es el agente, se utiliza sistemáticamente la voz directa.
ka | tripa-tu-rke-e-y-ew | ka | rüngkü-püra-tu-rke-e-y-ew |
CONJ | CONJ | ||
‘Otra vez (el perro) le salió y le saltó encima (al hombre).’ |
feymew | tu-rke-fi-y | chi | pichi | trewa |
entonces | DEF2 | pequeño | perro | |
‘Entonces, agarró al perrito.’ (Salas 2006[1992]: 310) |
Resulta interesante constatar que, como se puede observar en el ejemplo (9), esta distribución tiene lugar incluso en cláusulas en las que el perro asume la posición de objeto luego de haber sido sujeto, lo que descartaría que la resolución tenga que ver exclusivamente con el estatus topical de los referentes interactuantes.
müñal-tu-fii-lu | lef-küle-n | amu-tu-rke-yi | ta | chi | pichi | trewai |
ta | DEF2 | pequeño | perro | |||
‘Cuando lo soltó (al perro), se fue corriendo el perrito.’ |
kisu | ina-nie-rke-fi i-yj | feymew | ina-nie-fii-lu |
solo | entonces | ||
‘Entonces lo siguió (el hombre al perro). Cuando lo estaba siguiendo, |
lef | ñam-nag-rume-rke-yi | pe-we-rume-tu-rke-la-fii-yj |
rápido | ||
…de repente se perdió rápido (el perro). No lo volvió a ver más (el hombre al perro).’ (Salas 2006[1992]: 311) |
Sin embargo, también es posible que una construcción con una tercera persona agente que se ubica más bajo en la jerarquía de empatía que una tercera paciente/receptor se codifique en voz directa: de ser este el caso, el cambio indicaría que el agente asume características intencionales/animadas que le permiten subir en la jerarquía en cuestión y orientaría la interpretación del oyente en ese sentido, lo que confirma la importancia de esta jerarquía no solo en la asignación de funciones sintácticas sino en el significado general de la construcción. Como se puede observar en (10), en primer lugar se utiliza la construcción inversa para marcar la interacción entre el Estado chileno, un referente abstracto y agente de la acción, y la gente de Chile, un referente animado y paciente de la acción: esto es, tiene lugar la situación prototípica. Ahora bien, luego el hablante enfatiza que el Estado argentino ayuda a la gente, lo que contrasta con el Estado chileno que no lo hace: este contraste se marca con la alternancia directa-inversa y, por tanto, cuando es el Estado argentino el agente, la construcción pasa a expresarse con una construcción directa, resaltando la agentividad de este referente, lo que tiene como consecuencia una inversión en la relación entre ambos referentes en el marco de la jerarquía de empatía.
tunten | tripa-n | ko | fente-n | müle-y | ta=ñi | kulli-nge-a-el |
cuánto | agua | ta=3.POS | ||||
‘Lo que sale el agua, eso es lo que hay que pagar.’ |
[kellu-la-e-y-ew | ta | pu | Estado | ta | pu | che] |
ta | COL | Estado | ta | COL | gente | |
‘(En Chile) El Estado no ayuda a la gente.’ |
welu | argentina | nge-la-y | fey-chi | mongen |
pero | Argentina | DEM-ADJR | vida | |
‘Pero en Argentina no hay esa vida.’ |
[fey-chi | Estado | kellu-fi-y | ta | kom | pu | che] |
DEM-ADJR | Estado | ta | toda | COL | gente | |
‘Ese Estado (sí que) ayuda a toda la gente.’ |
Este tipo de cambios en las posiciones relativas de la jerarquía se manifiesta también respecto de las relaciones entre agente animal y paciente humano. En nuestro corpus, una de las pocas interacciones de este tipo que se construyen utilizando la voz directa se encuentra presente en el “Nawel gütram (‘Historia del Tigre’)”: en esta narrativa, la Abuela es perseguida por un Chüpey Toro12 y es, precisamente, el Nawel ‘Tigre’ quien la ayuda, manifestando en ese proceso una serie de rasgos humanos e intencionales, como la posibilidad de comunicarse con la Abuela, guiarla y cuidarla. En el siguiente párrafo, resulta interesante que la Abuela tiene el estatus topical más alto, lo que daría lugar a una relación proximativa, y además se encuentra en un lugar más alto en la jerarquía de empatía y, aun así, se utiliza la construcción directa, resaltando la intencionalidad y agentividad del Tigre en su relación con ella, indispensable para la adecuada comprensión de la historia.
pe-lu | ñi | ina-nge-n13 | ti | nawel | inay |
3.POS | DEF1 | tigre | |||
‘Cuando el Tigre vio que era seguido, siguió.’ |
ta | ti | kushe | amu-le-y | amu-y |
ta | DEF1 | anciana | ||
‘La Anciana estaba yendo. Fue.’ |
ye-fi-y | ta | kiñe | awada | mew | feymew | ta | puwü-l-fi-y |
ta | INDF | aguada | OBL | entonces | ta | ||
‘(El Tigre) la llevó a una aguada, entonces la hizo llegar allá.’ (Golluscio, 2006: 179; consultante: Adolfo Meli) |
En otras palabras, una elección marcada de construcción directa o inversa se utiliza para expresar situaciones donde la agentividad/intencionalidad de los referentes interactuantes también resulta marcada. Comparemos (12)-(13) y (14)-(15) a continuación, obtenidos a través de sesiones de elicitación:
Juan | ünatu-e-y-ew | chi | trewa |
Juan | DEF2 | perro | |
‘El perro mordió a Juan.’ (“Sin que Juan le causara daño, el perro lo mordió”; Héctor Mariano, c. p.) |
chi | trewa | ünatu-fi-y | Juan |
DEF2 | perro | Juan | |
‘El perro mordió a Juan’ (“Juan le pisó la pata y el perro lo muerde”, la mordida es una reacción agentiva causada por un hecho externo; Héctor Mariano, c. p.) |
chi | kawellu | ye-tu-fi-y | ñi | ruka | mew |
DEF2 | caballo | 3.POS | casa | OBL | |
‘El caballo lo llevó a su casa.’ (“El hombre está perdido o inconsciente y el caballo toma el control de la situación”; Héctor Mariano, c. p.) |
ye-tu-e-y-ew | chi | kawellu | ñi | ruka | mew |
DEF2 | caballo | 3.POS | casa | OBL | |
‘El caballo lo llevó a su casa.’ (“Por ejemplo, el hombre fue baleado y no puede caminar pero puede tomar las riendas y manejar al caballo”, Héctor Mariano, c. p.) |
Este tipo de enriquecimiento pragmático también se puede ver en alternancias en las que el agente es inanimado y el paciente es animado, como ocurre en (16) y (17), ejemplos obtenidos a través de elicitación con hablantes de mapudungun. Mientras en (16) el río está personificado (se lleva a la participante paciente como si tuviera la fuerza o la intención de un ser humano) y se produce una alteración en la jerarquía de empatía que desencadena, entonces, una construcción directa –compárese con (6) arriba–, (17) expresa la situación regular, en la que el río ocupa una posición más baja que el ser humano en dicha jerarquía, relación que se refleja en la construcción inversa:
chi | lewfü | ye-fi-y | Juana |
DEF2 | río | Juana | |
‘El río se llevó a Juana.’ (Fresia Mellico, c. p.) |
Juana | ye-e-y-ew | chi | lewfü |
Juana | DEF2 | río | |
‘Juana fue llevada por el río.’ (Fresia Mellico c. p.) |
En suma, en estas situaciones la atribución de causa o intención en referentes que ocupan un lugar bajo en la jerarquía de empatía enfatiza la agentividad de dichos referentes. Consecuentemente, la ubicación esperada de tales referentes en la jerarquía de empatía cambia.
En el próximo apartado presentaremos varios casos de construcciones de ascenso en combinaciones de cláusulas y analizaremos la relevancia de las jerarquías referenciales en la codificación de los argumentos que participan en tales construcciones.
3.2. Cláusulas complejas: construcciones de ascenso con cláusulas de complemento
Con respecto al dominio de la combinación de cláusulas, la prevalencia de la jerarquía de empatía sobre los roles temáticos y las funciones sintácticas se ve reflejada también en lo que se conoce en la bibliografía como construcción de ascenso en el caso de las cláusulas de complemento dependientes de verbos de cognición y percepción. En dichas construcciones, un argumento de la cláusula dependiente se codifica en la cláusula principal, sin pertenecer a la estructura argumental del verbo principal.14 Obsérvese el siguiente ejemplo en mapudungun:
kom | che | kim-a-f-e-ni-ew | [ta=ñii ketro-le-n | ta-ñii | longko] |
toda | gente | cabeza | |||
‘(Lit.) Toda la gente me tendrían sabido mi estar sin cabeza.’ (Salas 2006[1992]: 267) |
En el ejemplo anterior, el experimentante de la cláusula dependiente se codifica tanto en esta cláusula como en la principal, encabezada por el verbo de cognición kim- ‘saber’, aun cuando no pertenece a la estructura argumental de este verbo.
En estos casos, el argumento que asciende siempre es el que ocupa un lugar más alto en la jerarquía de empatía. Veamos a continuación los siguientes ejemplos con verbos de cognición recogidos en el campo, que confirman esta afirmación.
a. | Juan | kim-e-n-ew | [ta=ñi | kewa-fi-el | Pedro] |
Juan | Pedro | ||||
‘Juan sabe que yo golpeé a Pedro.’ (Héctor Mariano, c .p.) |
b. | Juan | kim-e-n-ew | [ta=ñi | kewa-e-t-ew | |
Juan | Pedro | ||||
‘Juan sabe que Pedro me golpeó.’ (Héctor Mariano, c. p.) |
c. | Juan | kim-i | [ta=ñi | kewa-e-t-ew | Pedro] |
Juan | Pedro | ||||
‘Juan sabe que Pedro me golpeó.’ (Héctor Mariano, c. p.) |
Los ejemplos precedentes permiten constatar varios fenómenos, que describimos a continuación. Si el argumento que asciende se encuentra más alto en la jerarquía de empatía que el argumento de la cláusula principal, es el ascendido el que toma la posición de sujeto, independientemente de su papel temático en la dependiente, y codetermina la elección de construcción directa o inversa. Entonces, por ejemplo, en (19a), donde la cláusula dependiente manifiesta construcción directa, el agente de esta cláusula que tiene la posición más alta en la jerarquía referencial nombrada (1SG) asciende a la cláusula matriz (a) desencadenando una construcción inversa al entrar en relación con el experimentante de 3SG de la cláusula principal y (b) asumiendo a la vez el papel de paciente y la función de sujeto. En contraste, en (19b), donde la cláusula dependiente exhibe marcación inversa, es el paciente quien porta la posición más alta en esas jerarquías (1SG) y es, por tanto, el que asciende a la cláusula principal, donde (a) desencadena una construcción inversa y (b) asume el papel de paciente y la función de sujeto, como en (19a). Resulta claro, entonces, que la existencia de una construcción directa o inversa en la cláusula dependiente y el rol temático del argumento ascendido en dicha cláusula no cumplen ninguna función en este proceso.
Es de destacar, asimismo, que, por un lado, en ambos casos la codificación del argumento como sujeto en la construcción inversa en la cláusula principal depende de la evaluación que haga el hablante de la relación entre los argumentos en términos de la de jerarquía de empatía considerada en este trabajo. Por otro lado, esta construcción de ascenso no es obligatoria con los verbos de cognición y percepción. Como confirmó nuestra consultante en el campo, la construcción registrada en el ejemplo (19c) más arriba es también posible, y aun más frecuente en algunas regiones.
Hasler (2017) sugiere que el uso de la construcción de ascenso manifiesta un valor evidencial, en contraste con la construcción sin ascenso, no marcada: el argumento que asciende se interpreta como la fuente de información de la que dispone el experimentante del verbo de cognición o percepción15 para sostener esta relación epistémica con el evento expresado por la cláusula dependiente. Entonces, en una oración como (18) más arriba, la fuente de conocimiento de la gente sería, por ejemplo, la observación empírica del “andar sin cabeza” del referente del argumento ascendido, lo que contrasta con una oración como (19c), también con el mismo verbo de cognición pero sin construcción de ascenso. En ese ejemplo, no se indica nada con respecto a la manera en que Juan, el experimentante del verbo kim- ‘saber’, accedió al conocimiento del evento expresado en la cláusula dependiente.
Un efecto metapragmático semejante se puede interpretar entre las siguientes emisiones (20a-b), ejemplos espontáneos de la consultante para mostrar la no obligatoriedad del proceso. El ascenso del argumento de 1SG a la principal podría indexar la intención de la hablante de enfatizar su intervención personal en la acción en favor del hijo de su amiga.
a. | silbia | dew | kim-e-n-ew | [ta=ñi | elu-fi-el | iyael | ta=ñi | püñeñ] |
Silvia | ya | comida | hijo | |||||
‘Silvia ya sabe que le di comida a su hijo.’ (Fresia Mellico, c. p.) |
b. | silbia | dew | kim-i | [ta=ñi | elu-fi-el | yael | ta=ñi | püñeñ] |
Silvia | ya | comida | hijo | |||||
‘Silvia ya sabe que le di comida a su hijo.’ (Fresia Mellico, c. p.) |
Los siguientes enunciados con verbos de percepción recogidos en el campo confirman el fenómeno descripto más arriba respecto de las cláusulas dependientes de verbos de cognición.
a. | pe-e-n-ew | [ta=ñi | elu-fi-el | yael | chi | narki] |
comida | DEF2 | gato | ||||
‘Me vio que le daba de comer al gato.’ (Fresia Mellico c. p.) |
b. | Juan | pe-e-n-ew | [ta=ñi | kewa-e-t-ew | Pedro] |
Juan | Pedro | ||||
‘Juan vio que Pedro me pegó.’ (Fresia Mellico c. p.) |
a. | Pedro | allkü-y | [chi | trewa | ñii | wangkü-l-e-t-ew | Juani] |
Pedro | DEF2 | perro | POS.3 | Juan | |||
‘Pedro escuchó que el perro ladraba a Juan/ Pedro oyó al perro ladrando a Juan.’ |
b. | Pedro | allkü-e-n-ew | [ñi | wirar-el-fi-el | chi | trewa] |
Pedro | DEF2 | perro | ||||
‘Pedro escuchó que yo gritaba al perro.’/‘Pedro me escuchó gritar al perro.’ (Fresia Mellico, c. p.) |
a. | Pedro | lluwa-e-n-ew | [ta=ñi | ngilla-me-fi-el | chi | kofke |
Pedro | DEF2 | pan | ||||
‘Pedro notó que fui a comprar el pan.’ |
b. | lluwa-pe-n | [ta=mi | ngilla-me-fi-el | chi | kofke] |
DEF2 | pan | ||||
‘Noté que vos fuiste a comprar el pan.’ |
c. | lluwa-e-y-mi=mew | [ta=mi | ngilla-me-fi-el | chi | kofke] |
DEF2 | pan | ||||
‘Notó que vos fuiste a comprar el pan.’ |
En suma,16 si hay una cláusula de complemento que depende de un verbo de cognición o percepción, el sujeto de dicha cláusula puede ser codificado en la cláusula principal y se convierte en paciente del verbo principal. Una vez que el componente codificado se convierte en argumento del verbo principal, este codetermina la selección de la construcción directa o inversa para ese verbo de acuerdo con las reglas del mapudungun para tal selección. Este fenómeno demuestra la relevancia de la jerarquía de empatía en la selección de marcación directa e inversa y, por tanto, en la codificación de argumentos en mapudungun: incluso un argumento que no forma parte de la estructura argumental de la cláusula principal puede codeterminar la selección directa-inversa y ocupar la posición de sujeto si es que se encuentra más arriba en esta jerarquía referencial que los demás de la cláusula.
4. Conclusiones
En síntesis, el análisis expuesto más arriba permite proponer las siguientes conclusiones. En interacciones locales o mixtas, la selección de la marcación directa o inversa depende del lugar del participante en el ranking de participantes del acto de habla (SAP), que forma parte de la jerarquía de empatía. Asimismo, en interacciones no locales, también prevalece el lugar relativo de los referentes en la jerarquía de empatía. Eso no significa que no sea posible una construcción directa con un agente ubicado más bajo que el paciente en la jerarquía de empatía. Cuando esto ocurre, se produce un enriquecimiento pragmático a partir del cual el agente asume rasgos propios de entidades más altas en dicha jerarquía. Ahora bien, cuando ambos referentes ocupan el mismo lugar en la jerarquía de empatía, se activa la prominencia discursiva, asociada con la distinción proximativa/obviativa. En síntesis, en la selección de la construcción directa o inversa desempeñan un rol relevante tanto la distinción proximativa vs. obviativa en las terceras personas como el estatus inherente de cada participante en el ranking de participantes del acto de habla, ambos fenómenos expresados en la jerarquía de empatía. De este modo, dicha jerarquía referencial resulta clave en la codificación de los argumentos de esta lengua.
La relevancia de esta jerarquía va más allá de la cláusula simple, ya que también resulta significativa en las construcciones de ascenso que tienen lugar en cláusulas complejas con completivas con verbos de cognición o percepción. Es el argumento de la cláusula dependiente que ocupa un lugar más alto en la jerarquía de empatía el que puede ser codificado también en la cláusula principal y, si esto se verifica, codetermina la elección de marcación directa o inversa de la construcción y puede, por tanto, ocupar la posición de sujeto.
En suma, la investigación provee nueva evidencia que confirma la hipótesis anticipada en Golluscio (2010) acerca de la prevalencia de los rasgos semántico-pragmáticos de los referentes sobre los papeles temáticos a la hora de determinar las funciones sintácticas de los argumentos. Los resultados de esta investigación complementan estudios anteriores sobre la manera en que funciona el sistema de alineamiento inverso en mapudungun y, además, contribuyen desde el mapudungun a la discusión actual sobre el rol de las jerarquías referenciales en relación con la sintaxis en lenguas de América del Sur.
Abreviaturas
1 primera persona; 2 segunda persona; 3 tercera persona; (3) tercera persona cero; A agente; APL aplicativo; ADJR adjetivizador; ADVR adverbializador; CAUS causativo; COL colectivizador; CONJ conjunción; DEF1 definido1 ( ti); DEF2 definido2 (chi); DEM demostrativo; DIR direccional; DIST distributivo; EVID evidencial; ESTAT estativo; F femenino; FUT futuro; HAB habitual; INC incoativo; IND indicativo; INDEF indefinido; INV inverso; IR marcador de ruptura de implicatura (Golluscio 2000a); NEG negativo; NR1 nominalizador1 (-n); NR2 nominalizador2 (-el); NR3 nominalizador3 (-t); OBL oblicuo; P paciente; PAS pasiva; PL plural; POS posesivo; PROX proximidad; PRPS progresivo persistente (Smeets 2008); RE reversivo; REFL reflexivo; RPN marcador de repentino; SAP participantes del acto de habla (decidimos conservar la sigla del inglés); SG singular.
Notas
Referencias
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